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Deliciosa apuesta criolla en el Restaurante Tío Pepe

El espacio gastronómico, que es uno de los más populares en Aibonito, ofrece un abarcador menú para todos los gustos

19 de abril de 2024 - 11:10 PM

Presenta una monumental oferta culinaria especializada en la sazón criolla. (Isabel Ferré Sadurní )

José Luis Rodríguez Rodríguez comenzó a trabajar en la industria de los restaurantes desde abajo, cuando apenas era estudiante de mercadeo en la Universidad del Turabo de Caguas, sin pensar que esa sería la base de su futuro empresarial.

Tenía cerca de 21 años, al aceptar un empleo a tiempo parcial en uno de los establecimientos de comida más reconocidos de Aibonito, en el que fue escalando posiciones desde fregar, mesero, bartender, cocinero y finalmente el área de compras.

Así fue aprendiendo a correr un negocio hasta que tuvo la oportunidad de montar un establecimiento propio, en una casa de madera que era utilizada por sus antiguos dueños para veranear.

Es la historia de Rodríguez Rodríguez, propietario del Restaurante Tío Pepe, uno de los centros gastronómicos de mayor popularidad en la llamada ´Ciudad de las Flores´, el cual presenta una monumental oferta culinaria especializada en la sazón criolla.

“Yo empecé desde abajo, en un ‘part time’ que tenía en otro restaurante muy reconocido en el pueblo, el Rincón Familiar de don Jacinto Colón, quien nos dio la oportunidad de entrar a trabajar. Siempre digo que era Papa Dios preparándonos el camino”, confesó el hombre de 56 años que es oriundo de la comunidad San Luis.

No obstante, su interés por la industria gastronómica seguía creciendo, en la medida que aprendía más de su funcionamiento. De esa manera, con 23 años, tomó la propiedad que actualmente alberga su concepto culinario y decidió emprender por sí mismo, de la mano de quien es hoy su esposa, Wanda Martínez.

El restaurante abrió sus puertas el 3 de septiembre de 1993.

“Comencé con un restaurante de ocho mesas y ocho ‘stools’ de la barra, sin estacionamiento. Mientras tanto, íbamos trabajando y seguíamos haciendo mejoras. Luego compré dos solares al frente que es ahora el estacionamiento grande, porque cuando abrimos aquí, no había estacionamiento tan amplio como ese”, recordó.

“Ya teníamos el salón de actividades, pero cuando hacíamos una boda se nos apagaba el restaurante porque no había espacios de estacionamiento. Ahí hicimos el estacionamiento y comenzamos a desarrollar el concepto como queríamos”, mencionó el también padre de dos hijos.

Asimismo, destacó que parte del plan era preparar las dos habitaciones que tenía la casa con el objetivo de hacer un ‘guest house’.

“Abrimos dos habitaciones mientras construíamos dos más y vimos que era una alternativa para la gente que quería venir a Aibonito a visitar distintos lugares, pues entonces, ya tenían en dónde quedarse. Lo comenzamos hace ocho años”, manifestó.

“Son cuatro habitaciones con camas queen, aire acondicionado, televisor, nevera, cafetera, microondas y le damos servicio diario de mantenimiento. Continuamos con el salón de actividades a donde se hacen eventos de hasta 200 personas sentadas, pista para bailar, barra, baño; todo independiente al restaurante”, agregó.

Entretanto, el menú consta de unos 35 platos principales que son confeccionados con recetas creadas en el lugar.

“Es una propuesta criolla con variedad de mariscos, carnes rojas y todos nuestros cortes de carne son angus de primera calidad. Trabajamos el churrasco, T-bone, porterhouse, filete miñón, chuleta can-can, Tomahawk y costillas”, detalló al mencionar que la operación genera unos 12 empleos a tiempo parcial.

“En mariscos, ofrecemos filete de rodaballo, filete de salmón, filete de chillo, camarones, langosta, chillo entero, entre otros. El menú es bien amplio y todos los meses tiramos unas cositas diferentes para que nuestros clientes no se cansen del mismo menú”, aclaró.

Sin embargo, la reina de la casa es la pechuga rellena a la Tío Pepe.

“Nosotros tenemos aquí cerca la planta To-Ricos y nos hacen un corte especial para nosotros. Es una pechuga deshuesada y la rellenamos de ocho maneras: camarones, langosta, maduro, yuca, jamón y queso, entre otras. Hacemos una salsa de tres quesos que la derretimos y se la tiramos por encima. Es uno de los platos principales”, sostuvo.

Mientras que la variedad de aperitivos consta de “empanadillitas artesanales de cuatro quesos, carne, espinaca, espinaca con queso, tocineta o pizza”.

“También tenemos tostones rellenos de camarones, langosta, churrasco, pescado, longaniza, entre otros. Tenemos longaniza de pollo, quesito frito, sorullitos de maíz, bolitas de queso, carne frita encebollada, chicharroncitos de pollo y tostones de pana. La idea del restaurante es que el cliente se sienta en confianza, como si estuviese en su casa”, apuntó.

Entretanto, los postres son elaborados en su cocina, con alternativas que van desde flanes de queso, vainilla o coco, cheesecake con variedad de ‘toppings’, entre estos, fresa, guayaba, caramelo y chocolate.

“Tenemos dulce de lechosa que se lo compramos localmente a una señora que los hace y lo servimos con quesito blanco. También tenemos casquitos de guayaba y crème brûlée”, esbozó.

Igualmente, aseguró que su cava de vinos es la más amplia del centro de la isla con unas 375 etiquetas.

“En cuanto a coctelería, contamos con variedad de tragos ‘old fashion’. Pero acá arriba se usa mucho los frappés; tenemos nueve sabores: tamarindo, fresa, parcha, coco y también hacemos los mojitos. Además, vendemos la cerveza Patria que es una cerveza artesanal de un comerciante aiboniteño”, manifestó.

Para detalles: 787-735-9615 o 787-447-0385.

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