Si bien es cierto que Chávez no es ni la sombra de Golovkin, y si otrora campeón del montón y mago de las excusas cuando pierde, hay que aceptar, de una vez por todas, que Canelo ha convertido el ring en un aula, aprovechando su traspié con Mayweather en pan de enseñanza, y su mejoría en técnica es continua porque vela sus armas en el gimnasio como si fuera alimento para el alma.