

Cada año, la temporada de influenza o flu representa un desafío de salud pública. Aunque, en ocasiones, se subestima, esta es una enfermedad altamente contagiosa que puede causar complicaciones, especialmente en niños pequeños, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con afecciones crónicas como diabetes o enfermedades cardíacas o pulmonares. Sin embargo, contamos con una herramienta efectiva y segura para protegernos: la vacuna contra la influenza.
El flu no es solo un resfriado fuerte: puede provocar fiebre alta, fatiga extrema, dolor muscular, tos intensa y, en algunos casos, neumonía o incluso hospitalización. Por ello, vacunarse reduce significativamente el riesgo de contraer la enfermedad y, en caso de contagio, puede hacer que los síntomas sean más leves y la recuperación más rápida.
Además, la vacunación no solo nos protege a nivel individual, sino que también ayuda a reducir la propagación del virus en la comunidad. Esto es especialmente importante para proteger a quienes no pueden vacunarse por razones médicas o a quienes tienen un sistema inmunitario comprometido.
A pesar de la evidencia científica que respalda su efectividad, todavía existen muchos mitos sobre la vacuna contra el flu. Algunas personas creen que esta puede causar la enfermedad, pero esto no es cierto. La vacuna contiene virus inactivos o proteínas virales que no pueden enfermarte, sino que preparan a tu sistema inmunitario para combatir la infección en caso de exposición.
Otro mito común es que la vacuna no es necesaria porque el flu no es grave. Sin embargo, los datos demuestran que puede provocar complicaciones severas, incluso en personas saludables. También se ha dicho que la vacuna no funciona porque hay diferentes cepas del virus. No obstante, si bien es cierto que el virus de la influenza cambia constantemente, los científicos actualizan la vacuna cada año para que ofrezca la mejor protección posible contra las variantes más comunes.
Más allá de la protección directa contra el flu, la vacunación ofrece otros beneficios importantes. Ayuda a reducir la carga en el sistema de salud, evitando hospitalizaciones y consultas médicas innecesarias. También disminuye el ausentismo laboral y escolar, ya que las personas vacunadas tienen menos probabilidades de enfermarse o de contagiar a otros.
En el caso de las mujeres embarazadas, la vacunación contra el flu no solo las protege a ellas, sino que también brinda inmunidad a sus bebés durante los primeros meses de vida, cuando aún son demasiado pequeños para recibir la vacuna por sí mismos.
La mejor época para vacunarse contra el flu es antes de que comience la temporada de contagios, idealmente entre septiembre y octubre. Sin embargo, si no te vacunaste temprano, aún puedes hacerlo, ya que la temporada puede extenderse hasta mayo. Además, la vacuna está disponible en farmacias, clínicas y centros de salud en toda la isla, muchas veces sin costo o con un copago mínimo.
Vacunarse contra el flu es un acto de responsabilidad personal y colectiva, pues no solo cuidas tu salud, sino que también contribuyes a la protección de tu familia, amigos y comunidad. Si aún no te has vacunado este año, te invitamos a dar el paso hoy. Habla con tu médico o farmacéutico de confianza y acude a un centro de vacunación cercano.
En tiempos donde la prevención es clave, la vacuna contra el flu es una de las herramientas más simples y efectivas para mantenernos saludables. Protégete y protege a los tuyos: juntos, hagamos de Puerto Rico una comunidad más fuerte y saludable.
En MCS, queremos ayudarte a cuidar de tu salud y la de los tuyos. Con MCS Classicare (HMO), siempre ganas Salud Completa.
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