El exceso de velocidad, la falta de iluminación, los rótulos tapados y vehículos estacionados en la línea amarilla de la calle José De Diego, en Río Piedras, encabezan la lista de quejas de adultos mayores de la antigua égida Dr. Leopoldo Figueroa, donde, en los pasados meses, han muerto tres personas en condiciones sospechosas, y muchos de los residentes temen también que la transitada vía se convierta en una amenaza a sus vidas.

“Ellos salen de madrugada a coger citas, hacerse análisis, y no vamos a esperar que maten un viejo aquí (en la calle). ¿Están esperando que maten a un viejo para que pongan un semáforo?”, señaló el presidente del Consejo de Residentes del complejo Leopoldo Figueroa, Norberto García, en referencia a que muchos vecinos cruzan hacia el Hospital Metropolitano San Francisco, que queda frente al edificio residencial.

La Comisión de Bienestar Social de la Cámara celebró este miércoles una segunda vista ocular a las afueras del complejo de vivienda pública, a la que fueron citados el Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP), la Negociado de la Policía y el Municipio de San Juan.

“No hay ningún tipo de regulación de tránsito en términos de velocidad, y el pasado lunes una persona fue arrollada en bicicleta. Estos adultos mayores nos dicen que, a veces, a las 5:00 a.m. tienen que cruzar a citas médicas o laboratorios, y están altamente preocupados por cómo se conduce en el área y no se sienten seguros”, explicó la representante de Proyecto Dignidad Lisie Burgos, presidenta de la comisión cameral.

El sargento Tayron Miranda Ortiz no proveyó estadísticas de accidentes en la zona, pero comentó que también el viernes se reportó otro incidente en el que el conductor se llevó uno de los rótulos de tránsito.

El tráfico en la Calle José de Diego, de 6:00 a.m. a 9:00 a.m., corre en una sola dirección, pero han visto conductores que no siguen las normas. “Se debe trabajar la manera en que los rótulos que indican esa dirección puedan ser más grandes para que puedan percibirlos”, planteó el oficial de la Policía.

Miranda Ortiz aseguró trabajan para asignar personal adicional y aumentar el patrullaje. “No hay alumbrado. Esto aquí es boca de lobo”, comentó.

“El lunes, golpearon a un señor en una bicicleta. Cuando pasan, vienen a velocidad de 100 millas la gente. A las 5:00 a.m., no hay quien viva aquí por el ruido de los carros. No hay nada que lo pare. Frente a un hospital, se supone que reduzcan velocidad”, señaló, por su parte, Onésimo Ramírez, de 80 años.

“Soy anciano ya, tengo 80 años. Tengo que pararme allí (en medio de la calle) y pedirles a los vehículos que se paren, porque no hay nadie que les diga. Eso es peligroso”, enfatizó Cornelio Ramírez, quien reside hace 15 años en la zona.

Además, señaló que vecinos “que salen para sus citas médicas” han sido atracados en la parada de la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA), y denunció que el semáforo de la intersección con la avenida Barbosa lleva dañado desde el paso del huracán María, en 2017.

Al final de la vista ocular, Burgos enumeró algunas de las alternativas propuestas por el DTOP, entre ellas, que personal de la agencia se reúna con la administración de LUMA Energy, a cargo de la distribución y transmisión de electricidad en la isla, para evaluar las luminarias en la zona. La dependencia gubernamental también propuso instalar una torre de vigilancia con un biombo intermitente que sirva de disuasivo para los conductores.

El DTOP también se comprometió con la comisión cameral en verificar si se puede instalar un reductor de velocidad, aunque se trata de una carretera estatal.