Apenas son las 6:00 a.m. y ya se escuchan los lamentos. No se quieren levantar de la cama o, peor aún, empiezan desde la noche anterior. Entre llantos, quejas y gritos les suplican a los padres que no los lleven a la escuela. ¿De quiénes hablamos? De los preescolares.
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Evita llantos y traumas en la etapa preescolar
Para muchos niños es duro este periodo de transición
Nota de archivo
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