Heredamos una deuda por cosas que ni compramos ni disfrutamos. Heredamos un sistema roto y podrido. Heredamos un machismo que se opone al progreso y una serie de religiones que parecen sólo fomentar e...
Heredamos una deuda por cosas que ni compramos ni disfrutamos. Heredamos un sistema roto y podrido. Heredamos un machismo que se opone al progreso y una serie de religiones que parecen sólo fomentar e...
Heredamos una deuda por cosas que ni compramos ni disfrutamos. Heredamos un sistema roto y podrido. Heredamos un machismo que se opone al progreso y una serie de religiones que parecen sólo fomentar el odio, la idiotez y la desinformación. Heredamos una crisis que un político le dejó a otro y el otro heredó del anterior y el que viene va a heredar del tonto de turno y así per sécula seculorum. Heredamos un problema de crimen que parece resguardarse en el ay bendito. Heredamos un país donde ser de un partido o de otro es más importante que la deconstrucción y posterior cuestionamiento (y asesinato) de plataformas troglodíticas. Heredamos discusiones y falta de educación y la mayoría no cuestiona nada porque el estatus quo es más llevadero para el que no protesta.
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