La crisis humanitaria que representa la emigración masiva hacia Europa, y en nuestro entorno, de latinoamericanos hacia los Estados Unidos, es un grito desesperado contra la desigualdad.
La crisis humanitaria que representa la emigración masiva hacia Europa, y en nuestro entorno, de latinoamericanos hacia los Estados Unidos, es un grito desesperado contra la desigualdad.
El problema no es de los emigrantes, es de los países en dirección a los cuales fluyen estos desposeídos de la tierra que, con sus tragedias, denuncian un mundo injusto, enajenado, que no aguanta más. El niño sirio de tres años, símbolo del drama de los que buscan refugio, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en una playa turística turca, era miembro de una familia siria a la que el gobierno de Canadá le había negado asilo. Viajaba esa familia en una barca hinchable, tomando la ruta de miles que buscan llegar a como dé lugar a Europa y así huir del infierno del Oriente Próximo.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: