La histórica reunión del Papa Francisco, cabeza de la Iglesia Católica de Roma, y el Patriarca Kirill, figura máxima de la Iglesia ortodoxa rusa, es la culminación de dos años de intensas negociaciones y el fin de casi diez siglos de alejamiento, una alianza que no solo repercutirá en la fe, sino en cuestiones sensitivas de política mundial.
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Kirill y Francisco, gran ejemplo para el mundo
Nota de archivo
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