Esta nueva atracción turística surgió de una necesidad de esta familia tras el paso del huracán Georges, en 1998. El puente de concreto que conectaba estas casas con la carretera principal se derrumbó por las fuertes corrientes del río. Al no haber forma de cruzar y ver que las personas mayores no podían atravesar por el agua, José Guzmán creó este puente colgante para que su familia pudiera sobrevivir. La construcción duró ocho meses y lo utilizaron durante cinco años en lo que le volvían a construir el puente de cemento.