Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media Brandstudio para B. Fernández & Hnos., Inc.
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B. Fernández & Hnos., Inc.
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Empresa boricua se siente responsable de alimentar a Puerto Rico

B. Fernández & Hnos. ha logrado despachar 25 millones de libras en productos de primera necesidad

2 de noviembre de 2017 - 4:20 PM

(Suministrada)
(Suministrada)

Apenas 48 horas después que el huracán María arrasó con la Isla, los principales ejecutivos de la compañía de distribución B. Fernández & Hnos. llegaron a sus instalaciones en la urbanización industrial Luchetti en Bayamón para evaluar posibles daños a la planta física y comenzar esfuerzos para contactar a los empleados.

Para su grata sorpresa, encontraron un nutrido grupo de compañeros que, desde temprano, se presentaron a su área de trabajo. “Llegamos ese viernes 22 de septiembre y nos sorprendimos al ver la cantidad de empleados que también se presentaron a pesar de las condiciones que había en el país”, cuenta Eva Núñez, vicepresidenta de Recursos Humanos.

Varios de los compañeros que llegaron vinieron desde pueblos como Río Grande, Canóvanas, Fajardo y Caguas.

Como compañía distribuidora de productos de consumo—específicamente, alimentos, bebidas y artículos de primera necesidad—, urgía retomar las operaciones. “Creo que nos motivó, más que nada, esa conciencia de saber que Puerto Rico necesitaba alimentarse y que eso, en gran parte, es nuestra responsabilidad”, añadió Lara Rodríguez, directora de Mercadeo.

La reconstrucción empieza en casa

Dos días después, comenzaron un arduo proceso de acondicionar las instalaciones y restablecer el proceso de distribución. “Ese primer fin de semana después de María fue de limpieza y reacondicionamiento, asegurarnos de que los sistemas estaban funcionales. Ya para el lunes, estábamos prácticamente operacionales”, cuenta Rodríguez.

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El primer paso para alcanzar cierta normalidad fue extenderle la mano a su propia gente.

“Recibimos a nuestros empleados con sus hijos, sus parejas. Organizamos un cuido para los niños. Les dimos almuerzo y comida gratis durante esas primeras dos semanas”, detalla Núñez.

Además, B. Fernández despachó gasolina gratis durante dos semanas a sus empleados, les brindó acceso a artículos de primera necesidad —como cereales, agua, alimentos enlatados—, y les ayudó a gestionar las solicitudes de ayuda para la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA).

“Lo primordial fue que nuestra gente estuviera segura y que tuvieran las herramientas para estar más tranquilos”, afirma la directora de Mercadeo.

Gracias a estos esfuerzos, dice, lograron llevar la operación de la compañía a un 100% a sólo cinco días del paso del huracán.

Extienden la mano al resto del país

Fue durante esos primeros días cuando identificaron las necesidades de empleados que perdieron sus hogares o sus pertenencias.

“Tuvimos 33 empleados que sufrieron pérdidas en sus casas y a ellos les ofrecimos ayudas económicas: $1,000 a quienes perdieron sus casas y $500 a quienes sufrieron inundaciones”, explicó la VP de Recursos Humanos. “Y en ese proceso, nos empezaron a hablar de sus comunidades, para empezar a movilizarnos para llevar suministros”.

Acostumbrados a trabajar con organizaciones sin fines de lucro, prepararon empaques con artículos de primera necesidad de las marcas que distribuyen —como Kellogg’s, Pringles, Hormel, Star-Kist, Spam , agua Zephyrhills, entre otros— para llevarlos a los pueblos de sus compañeros.

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Organizaron una caravana el 14 de octubre en la que participaron más de 40 empleados. Desde entonces, han impactado sectores de Vega Baja, Morovis, Barceloneta y Toa Baja. Durante la primera semana de noviembre, esperan visitar el municipio de Yabucoa y otros en el centro de la isla.

Al Barrio Ingenio, en Toa Baja, llegaron gracias a la intervención de Carlos Muñiz, del departamento de Promociones y Eventos Especiales.

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Muñiz vive en ese sector toabajeño y perdió el techo de su casa. Tras un breve silencio, cuenta que luego de ver tanta necesidad en los pueblos que visitaron, se acercó a su supervisor a pedirle que fueran a su comunidad. “Esto afectó a todo el mundo, pero necesitaba que vieran la gente de mi barrio, cómo perdieron todo y no estaban recibiendo ayuda gubernamental”, afirma.

Su pedido surtió efecto y junto a sus compañeros y voluntarios, llegaron a repartir suministros casa por casa. “Aportar en la comunidad donde uno vive es una gran satisfacción. Era un sitio donde hacía falta la ayuda. Pude poner ese granito de arena y poner en práctica nuestro slogan de: ‘B. Fernández, contigo en cada momento’”, dice sonriente.

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En total, la empresa ha entregado cerca de 50 mil libras de productos de forma directa, además de las donaciones que han realizado a otras organizaciones, explica Rodríguez.

Después de la tempestad

A más de un mes del paso del huracán, tanto Rodríguez como Núñez reconocen que queda mucho por hacer.

La directora de Mercadeo admite que a pesar de que lograron restablecer sus operaciones, aún hay gran parte de la industria de alimentos inoperante debido a los problemas de energía eléctrica y comunicación. “La mayoría de nuestros clientes están trabajando con diesel y esto ha aumentado los costos operacionales. Eso lo entendemos y hemos extendido los términos de pagos, porque entendemos la situación por la que están pasando”, describe.

“Nuestro motor es que la gente de Puerto Rico necesita alimentarse y eso nos motiva a continuar con más fuerza”, concluye Rodríguez.

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