La organización CARAS se consolida como un espacio de aprendizaje comunitario
La marquesina de la casa de Carmen Belén Torres, ubicada en la comunidad Vietnam en Guaynabo, sirve de lunes a viernes como salón de clases, desde las 3:00 p.m. hasta las 6:30 p.m., para alumnos de escuelas cercanas. Allí cuentan con un centro de tutorías para completar sus tareas y estudian para sus exámenes.
En este espacio no solo se verifican las asignaciones de los 36 niños participantes del programa Vietnam Estudia, también se aprenden valores, reciben meriendas, servicios quiroprácticos y psicólogos, se realiza actividad física y aprenden sobre tecnología y agricultura.
De igual manera, CARAS cuenta con programas como Raíces Urbanas, que trabaja varios esfuerzos de restauración de manglares y humedales.
Todos estos elementos complementan su sistema educativo, que sirve para fortalecer los aspectos académicos, emocionales, físicos y la resiliencia de los menores, quienes también desarrollan sus destrezas de liderazgo.
Para Michael I. Fernández Frey, director ejecutivo de CARAS, el propósito de iniciativas como Vietnam Estudia es promover el desarrollo sostenible y la educación integral. “Lo valioso de este esfuerzo es que toda la comunidad se integra. Puedes hacer mucho con tan poco”, dijo.
CARAS, establecida en 2004, crea un balance entre el desarrollo humano y la preservación ambiental. “Este es el segundo año en que sembramos. Con la siembra también queremos enseñar perseverancia, paciencia y que aprendan del proceso, es un ejemplo que puede ayudarles en la vida”, comentó mientras mostraba el conuco donde los niños tienen recao, tomates, piñas y hasta citronelas, repelente natural contra los mosquitos. Mientras que Marilyn Rolón, directora del programa educativo, enfatiza que “es que sembrando cosechamos; este es su futuro”.
A través del esfuerzo de empleados y voluntarios, se ha logrado que siete de cada 10 estudiantes tenga un promedio general de A o B y que más del 60 % esté subiendo sus notas.
Crucial el apoyo
Vietnam Estudia busca replicarse en otros espacios en la Isla. Según Fernández Frey, con ayudas como las de la Alianza por Más Compromiso Social de MCS, se fortalece la prevención de la deserción escolar y se ofrecen alternativas para los niños de estas comunidades.
“Para nosotros, el donativo es es un voto de confianza grande, una apuesta a la iniciativa que tiene y demuestra resultados positivos. Significa que creen en nuestro proyecto y en nuestro sistema de enseñanza”, puntualizó el también maestro.
Mientras que para Rolón, ver al aprovechamiento académico de los estudiantes, “quienes suben sus notas, cambian hábitos, actitudes y se integran socialmente”, es la mejor manera de agradecer a quienes les ayudan.
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