Seguir las indicaciones médicas al pie de la letra es indispensable para lograr una mejor calidad de vida
Seguir las indicaciones médicas al pie de la letra es indispensable para lograr una mejor calidad de vida
Vivir con un picor intenso en la piel puede ser desesperante. Así suelen pasar sus días los pacientes con dermatitis atópica, también conocida como eczema. Esta condición crónica –que afecta la capacidad de la piel para retener humedad y que se distingue por parchos de piel rojiza, reseca o escamosa– se padece toda la vida.
De ahí que sea crucial identificarla temprano para iniciar un tratamiento que aminore sus síntomas y permita al paciente disfrutar una vida normal. Igual de importante es la disciplina: seguir la terapia al pie de la letra.
“La dermatitis atópica implica una inflamación y alteración de la barrera de la piel y tratarla toma su tiempo. Cuando se establece una terapia, el paciente puede tardar semanas en lograr un resultado óptimo”, indicó la dermatóloga María Maymí Soto, quien practica esta especialidad hace 15 años.
Interrumpir o abandonar la terapia sin autorización médica podría provocar que el paciente pierda cualquier avance que haya logrado en controlar la dermatitis atópica, desarrolle resistencia a medicamentos, tenga un relapso al estado original de la condición o, en el peor de los casos, que la vea agravarse, subrayó la doctora Maymí Soto.
El eczema usualmente se diagnostica temprano, a los cuatro o cinco años en el caso de los infantes. En el caso de los adultos, se identifica entre los 20 y los 25 años, si bien lo común es que estos padecieron de dermatitis atópica o de asma en la niñez.
Aunque el tratamiento dependerá de la severidad de cada caso, “por lo general, gran parte de la terapia incluye utilizar humectantes, pues esto es indispensable para los pacientes con dermatitis atópica. Otros medicamentos comunes son cremas, lociones o ungüentos”, expuso la dermatóloga.
La doctora Maymí Soto, quien preside la Sociedad Dermatológica de Puerto Rico, destacó que en años recientes se han desarrollado medicamentos libres de esteroides, lo que representa un beneficio para los pacientes, pues los exime de los efectos secundarios del uso prolongado de estos –como cambios en la pigmentación o afinamiento de la piel y estrías–.
“Por eso es importante educar al paciente y a los padres –que son los que le aplican los medicamentos a sus hijos– para que entiendan el uso correcto de los medicamentos. No por aplicar más cantidad va a mejorar más rápido”, dijo.
La especialista exhortó a los pacientes con dermatitis atópica a mantener sus citas médicas a pesar de la pandemia del novel coronavirus que causa el COVID-19 y a mantener comunicación con sus dermatólogos para evitar una interrupción del tratamiento y que la condición se agudice.
Una vida normal es posible
La aspiración al tratar una condición es que el paciente logre cierta calidad de vida. La buena noticia para los pacientes con eczema es que esto es posible.
“Siempre y cuando estén en un tratamiento adecuado que incluya el cuidado de la piel y humectantes, no hay por qué limitarse en sus actividades diarias. Por ejemplo, los niños que no tengan un tratamiento adecuado no pueden hacer deportes o jugar al aire libre, porque el sudor y el calor exacerban la dermatitis atópica”, mencionó la doctora Maymí Soto.
Una vez controlada la condición y el paciente llega a su punto óptimo, la dermatitis atópica podría manifestarse entre tres y cuatro veces al año, aunque esto varía según el cuadro clínico. Igualmente, depende de variables como cambios extremos de temperatura, periodos de estrés o exposición a factores ambientales o alérgenos, explicó la dermatóloga.
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