

La idea de tomarse una rica y fría limonada para combatir el calor del verano parece perfecta. Aunque no hay duda de que usted se refrescará, esta bebida cítrica –así como otros comestibles y líquidos– podría afectar su esmalte dental.
El esmalte es una capa exterior que protege los dientes. Por su alto porcentaje de minerales, es la sustancia más dura del cuerpo –más, incluso, que los huesos–. Dichos minerales también son responsables de mantener los dientes blancos y brillantes.
Pero el azúcar o ácido de ciertos alimentos y bebidas puede desgastar el esmalte dental. Lo anterior implica un riesgo doble: por un lado, que los dientes se tornen amarillos u opacos, y por el otro, que estén más expuestos a sensibilidad y dolor. Este problema de higiene oral es lo que se conoce como erosión ácida.
A menos esmalte dental, más probabilidad de caries
Según la Asociación Dental Americana (ADA), cuando usted ingiere alimentos que contienen azúcares, las bacterias en la placa –un sedimento residual adherido a los dientes– reaccionan produciendo ácidos que desgastan el esmalte. También hay comestibles que de por sí ya contienen ácidos, sin que intervengan las bacterias.
“La pegajosidad de la placa mantiene estos ácidos en contacto con los dientes y, con el tiempo, el esmalte se puede romper. Aquí es cuando se pueden formar cavidades”, explicó la ADA. Como resultado, una mancha blanca puede aparecer donde se han perdido los minerales del esmalte dental, lo que es una señal temprana de la formación de caries.
Para combatir los ácidos, los minerales que están en la saliva (como el calcio y el fosfato) y el flúor (que viene en la pasta) ayudan al esmalte dental, pues reemplazan los minerales que se perdieron durante un “ataque de ácido”, expuso el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial.
“Los dientes pasan por este proceso natural de pérdida y recuperación de minerales todo el día”, aclaró el instituto.
Y aunque es un proceso natural, la pérdida del esmalte dental también es un proceso irreversible. De ahí la importancia de prevenirlo –o frenarlo, si ya comenzó–.
Proteja su esmalte dental
El primer paso para proteger su esmalte dental es revisar su dieta, en particular los alimentos altos en azúcares o ácidos. Usted no tiene que eliminarlos –las frutas son importantes por sus nutrientes, a pesar de ser dulces o cítricas– pero sí debe verificar cómo los consume. Por ejemplo, si come algo ácido, combínelo con queso, leche u otro alimento o bebida con menos ácido.
También es importante mantener una higiene oral estricta: cepillado diario usando pasta dental con flúor y uso de hilo dental al menos una vez al día, así como visitas semestrales a su dentista. Cuando usted, o su dentista, identifica que su esmalte dental está comenzando a desgastarse, puede usar una pasta diseñada para fortalecerlo como la Pronamel.
Pronamel es una pasta dental especializada que tiene una fórmula de fluoruro optimizado que fortalece los dientes. Además, el pH de Pronamel es neutro, por lo que es delicada con el esmalte y protege los dientes contra los efectos de la erosión ácida.
Contrario a otras pastas dentales, Pronamel no contiene lauril sulfato de sodio, un químico que se enlaza al fluoruro y otros ingredientes con el propósito de formar espuma –pero que reduce la cantidad de flúor disponible para los dientes–. Así, Pronamel tiene más fluoruro para el esmalte dental, y con cada cepillado, lo fortalece.
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