Asimismo, se conservó la antigua estructura del puente 194 en dicho municipio
Asimismo, se conservó la antigua estructura del puente 194 en dicho municipio
Tras varios años de construcción, el gobierno de Puerto Rico reinauguró el puente 194 en Naguabo, que está ubicado sobre el Río Blanco de este municipio. Este proyecto, que fue liderado por la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT), busca mejorar el tránsito en la zona, particularmente en tiempos lluviosos.
“Ahora Naguabo cuenta con un puente resiliente, robusto, lo que alivia a las comunidades aledañas y les brinda una tranquilidad que antes no tenían”, apuntó el doctor Edwin González Montalvo, director ejecutivo de la ACT.
Este proyecto se realizó con una inversión total de $11.5 millones, combinados entre fondos provistos por la Administración Federal de Carreteras (FHWA) y la ACT. Asimismo, la obra de infraestructura generó 186 empleos directos e indirectos.
De acuerdo con el funcionario, el diseño de la nueva estructura, que se construyó sobre el Río Blanco, beneficiará a los ciudadanos de los sectores Río Blanco, Peña Pobre, Maizales, Higuerillo, Cubuy y Florida del referido municipio. Igualmente, indicó que favorecerá a los conductores de la carretera PR-31 en ruta desde Naguabo, Ceiba y Fajardo hacia Juncos, Gurabo y Caguas.
Informó que el proyecto consistió en la construcción de un puente de tres tramos de hormigón armado con vigas pretensadas. La nueva estructura vial cuenta con dos carriles, uno por dirección, y con paseo en ambos lados. El funcionario expuso que la extensión del puente es de 65 metros y se construyó con una elevación de tres metros por encima del puente antiguo para atender el problema de las inundaciones en periodos de lluvias intensas.
La planificación del proyecto para la sustitución del puente antiguo se realizó por fases que, según González Montalvo, son parte de una larga cadena de planificación y coordinación con diversas agencias estatales y federales.
“Son proyectos a largo plazo, que requieren planes establecidos con mucha antelación. No tan solo hay que hacer estudios hidrológicos e hidráulicos, sino obtener los permisos del Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos y otras agencias federales”, dijo.
Además, entre los trabajos realizados por la agencia está la instalación de un puente modular temporero para permitir el paso de la comunidad mientras se construía el puente nuevo.
Valor histórico y turístico
Por otro lado, señaló que los líderes comunitarios impulsaron la preservación de la estructura de metal del puente antiguo, respaldados por la alcaldesa Miraidaliz Rosario Pagán y la senadora Wandy Soto.
“No tan solo (se consultó al) Instituto de Cultura Puertorriqueña, sino a la State Historic Preservation Office (SHPO), que requiere estudios arqueológicos especializados para mantener la integridad de la zona a las generaciones futuras”, explicó el funcionario.
Ante esto, González Montalvo reconoció la aportación de la profesora Maribel Bonilla, a quien describió como “una líder comunitaria muy comprometida” que ayudó a impulsar la preservación del puente original.
“No era un asunto considerado en el plan original pero, ante esa iniciativa tan importante, buscamos el asesoramiento para realizar el proceso con la mayor integridad posible”, apuntó.
González Montalvo consideró que el puente original no podía resistir las cargas para su traslado. “Sin embargo, se pudo mover sin mayores complicaciones y ya está ubicado como un atractivo turístico para la zona, y ahora tiene el potencial para desarrollar una actividad comercial que también beneficie al municipio y a las comunidades más cercanas con una oportunidad de apoderamiento”, enfatizó.
Resiliencia replicada
Sobre la construcción del puente, el director ejecutivo señaló el uso del riprap –una combinación de piedras que se utilizan para crear una barrera de contención que previene la erosión por el paso de las aguas del río.
“Además, para reducir el impacto de golpes de agua que tanto afectaron al puente anterior, el nivel se elevó tres metros –casi diez pies– sobre el puente antiguo. Los usuarios ahora pueden estar más confiados, porque se atendió el tema de la resistencia a futuras crecidas”, recalcó.
González Montalvo está convencido de que esta experiencia respaldará el desarrollo de otros puentes que están en fase de construcción.
“Después del impacto de los huracanes, muchos de estos proyectos se detuvieron para mitigar (los daños)”, explicó el director ejecutivo. “Incluso, hubo que repensar varios proyectos porque nos dimos cuenta de que había que aumentar la resistencia de los puentes ante eventos de lluvias copiosas y crecidas”, continuó.
Entre ellos, González Montalvo mencionó el puente en la PR-359 en el municipio de Yauco, que se vio afectado por los temblores de 2020, y que ya está próximo a inaugurar. “Ese puente siguió los mismos parámetros utilizados para construir el puente de Naguabo”, detalló el director ejecutivo.
Otros proyectos en agenda
El director de la ACT aseguró que el puente sobre el Río Blanco es parte de unos noventa proyectos que la agencia tiene en su calendario de trabajo, con una inversión de más de $600 millones. “Ahora mismo se está trabajando en la (instalación de infraestructura) luminaria para la PR-30 para mejorar la seguridad vial de esa zona”, mencionó.
El funcionario también indicó que entre los trabajos que realiza la agencia están las obras en el puente de la PR-30 sobre la carretera PR-189 en Gurabo, mejoras en la PR-2 en el tramo entre Sabana Grande y Guánica y la rehabilitación del puente en el kilómetro 49 de la PR-52, a la altura del Monumento al Jíbaro, en Salinas.
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