El Centro de Conservación de Manatíes del Caribe solicitó a la ciudadanía donativos de fórmula para alimentar a una manatí de tres días de nacida rescatada el miércoles, en Loíza.

El rescate, junto al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, se logró luego de que un ciudadano alertara a Manejo de Emergencias, en horas de la mañana, sobre una cría varada en las costas de la playa Punta Iglesias. Al no identificar a su madre en la zona, el equipo de rescate la trasladó al Centro, que es parte de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, en Bayamón.

Allí, los veterinarios certificaron que la manatí presentó colitis y deshidratación. Hasta el momento, ha respondido adecuadamente al tratamiento de antibióticos y se encuentra estable dentro de su condición, afirmó el director del Centro, Antonio Mignucci.

“La vemos adaptándose poco a poco, pero estas primeras semanas son bien delicadas y (la bebé manatí) estará en cuidado intensivo hasta que esta infección se le quite y se estabilice de la deshidratación”, dijo el biólogo, en entrevista vía telefónica con El Nuevo Día.

Agregó que la “manatina” ya comenzó a descansar y mantiene un patrón de alimentación satisfactorio, dos factores que, según Mignucci, son importantes para su recuperación.

Las personas interesadas en aportar a la recuperación de la cría pueden llevar su donativo de “EleCare” –una fórmula administrada comúnmente a infantes– al Centro. La fórmula se consigue en farmacias, tiendas por departamentos e internet.

“Cada animal cuenta, pero más importante aún son las hembras como ella… que cuando ella vaya y se haga madura, a sus 5 o 6 años, ya empezará a reproducirse. En toda su vida, podría darnos hasta unos 20 a 10 cachorros, que ayudan a la población a salir del peligro de extinción”, resaltó Mignucci.

La recién nacida, quien todavía no tiene un nombre oficial, permanecerá al cuidado del Centro hasta que esté lista para ser liberada al mar en dos a tres años.

Los manatíes son mamíferos en peligro de extinción que habitan en las costas y desembocaduras de ríos en Puerto Rico. Por su naturaleza inofensiva, suelen estar vulnerables a golpes de vehículos marítimos y otros tipos de maltrato de parte de los humanos. Lastimar, tocar o perseguir a un manatí silvestre puede conllevar consecuencias legales a nivel local y federal, desde multas de miles de dólares hasta un año de prisión.