28 de enero de 2025 - 2:02 PM
Las manatíes Loíza y Taicaraya se unieron este martes a la población de mamíferos acuáticos que habita el este de Puerto Rico, luego de que el Centro de Conservación de Manatíes del Caribe, de la Universidad Interamericana de Puerto Rico (UIPR), las liberara en Río Grande.
El reencuentro de estas mamíferas con su hábitat natural se dio luego de que fueran rescatadas, cuando tenían apenas días de nacidas, y rehabilitadas, por más de cinco años, en el Centro, ubicado en el recinto de Bayamón de la UIPR.
La liberación de Loíza, de 506 libras, y de Taicaraya, de 546, tuvo lugar en la desembocadura del río Espíritu Santo, donde el equipo de voluntarios y biólogos marinos las trasladaron hasta el agua de mar.
“Esta área, donde el río se encuentra con el mar, es ideal para la liberación de manatíes. Ofrece una combinación de agua dulce y agua salada, praderas de yerbas marinas y arrecifes de coral, esenciales para su readaptación a la vida silvestre”, indicó Carla Rivera, coordinadora de rescate del Centro y profesora de Ciencias Marinas de la UIPR, en un comunicado de prensa.
Loíza fue rescatada, en condición crítica, en diciembre de 2019, en un caño del río que lleva su mismo nombre. Mientras, Taicaraya fue encontrada varada, en mayo de 2020, por un grupo de ciudadanos en Luquillo.
“Su rehabilitación tomó aproximadamente cinco años, durante los cuales se implementaron protocolos de alimentación especializados para manatíes huérfanos”, explicó, por su parte, el doctor Antonio Mignucci, director del Centro y también profesor de Ciencias Marinas.
El Centro monitoreará la reincorporación de ambas manatíes, con radiotransmisores satelitales, en colaboración de la Fundación Alma de Bahía, de Bahía Beach Resort.
Con la liberación de Loíza y Taicaraya, son cuatro los manatíes que el Centro ha liberado en lo que va de 2025, y 11 desde su fundación.
Hace unas semanas, El Nuevo Día presenció el emotivo reencuentro de los manatíes Nanichi y Baharí, una hembra y un macho, con el mar Caribe, en la bahía de Bramadero, en Cabo Rojo.
Las liberaciones se dan en una apuesta por repoblar las costas boricuas del llamado “mamífero nacional de Puerto Rico”, que está en peligro de extinción, con una población estimada entre 300 y 400 ejemplares.
La liberación de hembras es particularmente importante porque son las que cargan con la reproducción efectiva de su especie.
“Una hembra puede reproducir en su vida casi 20 manatíes. Así que Nanichi es sumamente importante, porque puede ser la que tenga la clave para repoblar 20 manatíes más a nuestra población”, indicó, en ese momento, Mignucci.
El director del Centro instó a las personas a que informen si ven a los manatíes, para constatar que están bien, y a que no les toquen o alimenten.
“Ellos ya se graduaron, tienen que hacer su vida ahí. No queremos que estén mangoneándolos”, abundó, al enfatizar en que los nautas no deben removerles el transmisor que tendrán en su cola por espacio de seis meses.
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