Científicos presentan los resultados y adelantos de sus investigaciones interdisciplinarias subvencionadas por Para la Naturaleza
Científicos presentan los resultados y adelantos de sus investigaciones interdisciplinarias subvencionadas por Para la Naturaleza
15 de diciembre de 2024 - 10:00 AM
A un año de ser subvencionados por el Instituto de Botánica de Para la Naturaleza (PLN), cinco investigadores divulgaron los resultados y actualizaciones de sus proyectos, con los que buscan contribuir a que esta disciplina sea parte integral del acontecer humano en sus diferentes dimensiones.
Los proyectos abarcaron áreas tan diversas como el uso de la botánica en la medicina, la etnobotánica con la documentación y rescate del uso de plantas tradicionales, arqueología botánica, la estimulación de proyectos comunitarios, y la mezcla de botánica y arquitectura.
“Desde esa ceguera sobre nuestra flora en Puerto Rico, surge crear este Instituto (de Botánica), en 2021, que busca promover y dar a conocer otros valores que conocemos que están ahí, pero que tenemos que darles voz. Tenemos que darle relevancia a la flora de Puerto Rico”, dijo Elizabeth Padilla, gerente de Ciencias, Educación y Voluntarios de PLN.
En total, PLN recibió 47 propuestas de investigación, de las cuales solo cinco fueron subvencionadas, en noviembre del año pasado, bajo los siguientes criterios: experiencia, enfoque multidisciplinario, innovación, planificación y efectividad del presupuesto. Cada una recibió un máximo de $5,000.
Los proyectos que completaron el ciclo fueron “Evaluación de los extractos de especies de planta Kalanchoe sobre la viabilidad de las células supresoras derivadas de mieloides en el cáncer”, de Kevin Alicea Torres; “Flora rural: la botánica de paredes vivas”, de Fabiola Guzmán Rivera; “Ciudad Huerto del Este”, de Ileana Rodríguez Vélez; “Fitolitos de suelos modernos como método auxiliar a la reconstrucción paleoambiental en Puerto Rico y el Caribe”, de Lara Sánchez Morales; y “Jardín Botánico Medicinal Tramil”, de Jannette Gavillán Suárez.
“La flora produce frutas, oxígeno, agua… Y, ¿qué más? Salud medicina, bienestar, belleza. Así que estas investigaciones son una promesa de todo lo que se puede hacer”, destacó Padilla.
A fin de sustituir la quimioterapia como tratamiento contra el cáncer, científicos de la Universidad de Puerto Rico en Humacao (UPR-H) descubrieron la posibilidad de un nuevo tratamiento con la hoja de la planta Kalanchoe, compartió Alicea Torres, investigador principal del proyecto.
“Esperamos que se logre poner fin a los que es la quimioterapia y, eventualmente, combinar lo que es la inmunoterapia con plantas medicinales para tener un mejor efecto y, a la misma vez, tener menos efectos secundarios”, subrayó.
Según las conclusiones preliminares, la planta redujo la viabilidad y propició la muerte de células cancerosas, por lo que Alicea Torres la calificó como candidata para el tratamiento contra el cáncer.
“(Rodríguez Vélez, profesora de la UPR-H) había encontrado ciertas características de estas plantas Kalanchoe que tienen efectos antibióticos, y yo le hice la pregunta: ‘¿qué tal si evaluamos esto en unas células que yo estudio, que queremos eliminar, para tener una mejor respuesta contra esta enfermedad (cáncer)?’”, apuntó el catedrático auxiliar del Departamento de Biología.
Ilustró, de paso, que más del 50% de los medicamentos actualmente provienen de plantas, microbios y otras fuentes de la naturaleza.
“En términos de lo que es diseño experimental, tomamos las hojas de estas plantas, las almacenamos, las filtramos, centrifugamos, filtramos y formamos estos extractos acuosos, los cuales aplicamos a los distintos cultivos celulares. En esos cultivos celulares, preparamos esas células que crecemos en el laboratorio y las estimulamos, para que tengan esas funciones inmunosupresoras en un plato de cultivo, y a ese plato le aplicamos los extractos de las plantas en distintas concentraciones”, explicó sobre el procedimiento de la investigación.
A futuro, destacó, la intención es aplicar al tratamiento a animales y humanos en el Recinto de Ciencias Médicas de la UPR.
Con miras a promover la sustentabilidad y contribuir a la salud de un grupo multigeneracional en el sector San Salvador, en Caguas, el Jardín Ecológico de San Salvador (JESS) creó un huerto con plantas que sirven como remedios a los problemas de salud que aquejan a la comunidad.
Según estadísticas del JESS, el huerto cuenta con plantas específicas para aliviar más de 50 problemas de salud.
“Se hizo un sondeo y, entonces, identificamos los problemas de salud, como la artritis, las palpitaciones, la ansiedad”, detalló, en representación de Gavillán Suárez, Margara Reyes López, integrante de la Junta Directiva de la organización TRAMIL Puerto Rico.
Reyes López contó que la entidad entrevistó a 80 personas que identificaron sus problemas de salud y las plantas que usaban para atenderlos.
“Son 12 figuras geométricas, que están clasificadas de acuerdo a los sistemas anatómicos, de manera que una estructura está dedicada al sistema respiratorio; otra, al sistema nervioso. Entonces, la idea es que cada persona, de acuerdo a lo que identifique (como problema de salud), va a acudir a esa estructura para su sanación”, abundó sobre la estructura del huerto y su funcionalidad.
De igual forma, el JESS ofrece talleres y educación a la comunidad sobre la utilidad del huerto y cómo crear remedios a los problemas de salud con las plantas, indicó.
Para contribuir al conocimiento sobre las culturas pasadas, su relación con el medioambiente y el uso que daban a las plantas, Sánchez Morales, del Departamento de Antropología de la Universidad de Nueva York, investiga los restos botánicos en Puerto Rico mediante la arqueología ambiental.
“Los humanos en Puerto Rico han estado transformando nuestros paisajes y, sobre todo, posiblemente, nuestra vegetación desde hace casi 6,000 años, a través de fuegos forestales, el uso de plantas nativas, la introducción de plantas exóticas y la construcción de asentamientos y herramientas para la vida diaria”, indicó.
Explicó que su estudio busca un mejor entendimiento del pasado ambiental y vegetativo en el país mediante la extracción de fitolitos (restos microscópicos de plantas). Ya con las muestras, la investigadora las comparó con observaciones del ambiente actual de donde se recolectaron.
“Nosotros, los arqueólogos ambientales que nos especializamos en este tipo de herramienta, así también como los paleontólogos, vamos a estos suelos antiguos donde están depositados y extraemos los fitolitos para reconstruir aproximadamente qué tipo de vegetación teníamos en esas áreas, en ciertos momentos en el pasado”, expuso.
La investigación consistió en extraer diversas muestras de suelo a 15 centímetros de profundidad, bajo diferentes tipos de vegetación, para comparar los fitolitos con la flora observada en el lugar. Los espacios escogidos para el muestreo fueron bosque seco, bosque lluvioso, humedales llaneros y costeros, pradera y matorral.
Actualmente, Sánchez Morales desarrolla una colección de fitolitos para que sirva como base de datos en futuras investigaciones.
La iniciativa “Ciudad Huerto del Este” surgió con el propósito de reconstruir el huerto de la UPR-H, devastado por el huracán María en 2017, y convertirlo en un centro educativo, de investigación y empresarismo.
Rodríguez Vélez, profesora y química orgánica en el campus, relató que la motivación por reestablecer el espacio surgió luego de que se diseñaran nuevas clases de etnobotánica. En el pasado, contó con 80 plantas medicinales, detalló.
“Llevaban ya como tres años llevando a cabo la clase sin que los estudiantes pudieran visitar el jardín etnobotánico cuando, a principios, era un paraíso llevar esos estudiantes, hablarles de las plantas en el mismo jardín al lado del maguey. Iba y leía un trozo de un libro de Maria Benedetti, una de las exponentes más importantes de la etnobotánica aquí, en Puerto Rico”, relató.
Explicó que el proyecto –ahora en diseño– consistirá en un huerto en espiral y en forma de flor, y uno de los objetivos es que las asociaciones estudiantiles se encarguen de camas de cultivo y mantengan el espacio.
Guzmán Rivera mezcló la arquitectura paisajista y el urbanismo, edificando paredes de tierra compactada y añadiéndoles plantas de pequeñas raíces, como musgos, como alternativa al cemento.
La arquitecta planteó que el sector de la construcción es responsable del 39% de las emisiones de dióxido de carbono, de las cuales 11% proviene de materiales como cemento y acero. “El cemento, como componente principal del concreto, es particularmente intensivo en emisiones por los altos requerimientos energéticos del proceso de calcinación y las reacciones químicas involucradas”, explicó.
“Hay una parte que sí funcionó, como funcionó la hipótesis, pero hay otra parte que yo no me esperaba, y era el desgaste. Entonces, a nivel estructural, son malas noticias porque tengo que buscar una opción donde pueda seguir haciendo paredes con plantas, pero que esa pared, a nivel estructural, no me falle”, agregó sobre los retos de su proyecto.
Ilustró que, al exponer las paredes directamente a los elementos de la naturaleza, los materiales se desgastaron. Señaló, sin embargo, la posibilidad de usar otros materiales como capas protectoras, que reduzcan la exposición a los elementos y, por ende, el desgaste.
Por otra parte, las plantas incorporadas a las estructuras aportaron al enfriamiento de las paredes de tierra.
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