Mediante semillas más saludables, el proyecto pretende garantizar la producción del tubérculo más cosechado en la isla
Mediante semillas más saludables, el proyecto pretende garantizar la producción del tubérculo más cosechado en la isla
8 de diciembre de 2024 - 8:00 AM
Ante la baja en la calidad del ñame –el tubérculo de mayor producción en el país– experimentada en los pasados años, el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico lidera un proyecto con miras a conservar la salud de la siembra y mejorar su producción a futuro.
“Esto es un material que, al pasar de los años, su calidad ha ido mermando porque está expuesto a muchísimas enfermedades, así que la calidad de la fuente de semilla que (los agricultores) utilizan realmente es baja. Esto, entonces, provoca que tengan bajo rendimiento, que la calidad cuando se almacena el cultivo no sea la mejor y así sucesivamente. A través de los años, van teniendo más pérdida”, resumió Merari Feliciano Rivera, catedrática y directora de proyectos de investigación en torno al ñame en el RUM.
Igualmente, resaltó que, aunque la demanda del ñame va en ascenso, su producción ha mermado. “A través de los años y las estadísticas, se ha visto que la demanda local por el cultivo se sostiene, pero nosotros solo producimos el 20% de esa demanda local”, señaló.
“(El ñame) tiene varias propiedades. Primero, es el tubérculo de mayor producción en la isla; ocupa el tercer y cuarto lugar entre todos los farináceos. Adicional a eso, tiene una particularidad, y es que algo que experimentamos luego del huracán María (2017) es que, al esto ser un cultivo que se produce bajo tierra, resistió los embates del huracán, y eso nos aporta en todo lo que es la seguridad de alimento”, destacó.
Con este contexto, Feliciano Rivera afirmó que su proyecto “nace de una necesidad de los agricultores locales” y busca solucionar el problema de que estos trabajadores utilizan el mismo producto tanto en la venta como en la siembra.
A fin de producir mejores semillas y más saludables, la doctora y su equipo buscan combinar prácticas regulares y convencionales, junto con el uso industrial de la biología.
Para la producción, emplean la práctica del cultivo de tejido. Esta consiste en extraer pedazos del tallo de la planta de ñame, sembrarlos bajo condiciones estériles –en las que se controla la humedad, temperatura y luz– y, luego, pasan a un proceso de aclimatación al medioambiente para comenzar una nueva siembra. Estos procesos comenzaron hace ocho años.
Por otra parte, en la fase de multiplicación de plantas, se usa un sistema de biorreactores traídos desde Bélgica e instalados en la Estación Experimental Agrícola de Isabela. Este método, utilizado para la propagación del ñame, consiste en extraer parte de las plantas producidas mediante el cultivo de tejidos y colocarlas dentro de un dispositivo mecánico que controla la cantidad de agua y nutrientes que reciben. Comparado con otros métodos, las plantas sometidas a este proceso tienen una tasa de sobrevivencia cercana al 100%; por el contrario, la tasa en otros métodos, como el cultivo de tejidos, es de 30%, abundó Feliciano Rivera.
“Lo que le proveemos al agricultor, que fue lo que estuvimos entregando por primera vez hace unas semanas atrás, es la semilla que producimos libre de enfermedades. Una vez las plantas han sido sacadas del biorreactor y aclimatadas, el agricultor recibe la semilla limpia”, agregó.
“En este primer grupo, impactamos 20 agricultores, que se seleccionaron a base de cuánto están produciendo, características de lo que tienen dentro de su finca. La proyección es, con el próximo ciclo de siembra, impactar 20 agricultores más. Algo que es importante mencionar es que esos agricultores reciben la semilla, pero uno de los requisitos para poder recibir la semilla es que ellos pasan un día completo entrenándose en producción, en conservar la semilla, usar las mejores prácticas. La idea es que ellos puedan seguir produciendo sus propias semillas de calidad”, aseveró.
Según datos del Censo de Agricultura más reciente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que data de 2022, en el país, existen 491 fincas sembradas con ñame.
Actualmente, en el proyecto trabajan agricultores, fitopatólogos (científicos que estudian las enfermedades en los vegetales), profesores del RUM, extensionistas del Servicio de Extensión Agrícola, investigadores de la Estación Experimental Agrícola de Isabela, estudiantes graduados y subgraduados, economistas y técnicos de laboratorio, entre otros.
“La Universidad, especialmente el Colegio de Ciencias Agrícolas en Mayagüez, que tiene los tres componentes –la academia, la Estación Experimental y el Servicio de Extensión Agrícola–, tiene un rol directo para atender las necesidades de los agricultores. Las necesidades de nosotros, en la isla, son bien particulares porque estamos en una posición geográfica que tenemos que considerar todos los ángulos en la producción, así que la Universidad, a través de todos los años, establece unas necesidades de los agricultores y nosotros, dentro del RUM, sometemos propuestas para poder ayudar a esos agricultores”, puntualizó.
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