Adjuntas - En medio de los 52 paneles fotovoltaicos que cubren el techo de la Plaza de la Independencia Energética, en este municipio, se abre paso una imponente obra de arte que permite que le atraviesen los rayos solares para tatuar, cada día, la “solidaridad” del espacio.

Esa palabra, que resume el significado del establecimiento de microrredes comunitarias, se mueve al ritmo del sol, apareciendo en diferentes puntos de la plazoleta con una variedad infinita de intensidades de luz. El momento cumbre es a la 1:30 p.m., cuando el sol se posa en el medio del espacio, aledaño a la sede de Casa Pueblo, la organización que gesta el proyecto.

Para Arturo Massol Deyá, director asociado de Casa Pueblo, la obra –del artista Antonio Martorell– integra “el sol con el arte, la tecnología y la aspiración de una comunidad que quiere una transición energética justa, en manos comunitarias al acceso y democrática”.

La nueva microrred de Casa Pueblo cuenta con 120 placas solares –que instaló Maximo Energy–, divididas entre el “canopy solar” de la plaza y el techo de dos residencias. La potencia solar es de 55 kilovatios y 80 de almacenaje en baterías.

“Hemos construido una microrred que es tres veces más grande que la microrred de Casa Pueblo, que tiene conectado la radio y el cine solar. Esta, en particular, son múltiples techos para darles luz eléctrica y seguridad energética a cinco vecinos (cuatro viviendas y un negocio) y la plaza, como un oasis energético para la comunidad”, explicó Massol Deyá, quien destacó que esta sería la primera red de microrredes en Puerto Rico.

Aunque la nueva microrred, en sí, es un paso adicional hacia la “insurrección energética” que Casa Pueblo promueve, la creación de la Plaza de la Independencia Energética –oficialmente inaugurada este sábado– representa una oportunidad para probar la viabilidad de las redes de microrredes.

Precisamente, el futuro de las microrredes y su posible interconexión ha sido el área de estudio del ingeniero Maximiliano Ferrari, del Laboratorio Nacional de Oak Ridge, en Tennessee, por los pasados tres años.

“Este proyecto de investigación ha integrado a Casa Pueblo como parte de nuestro estudio, porque ellos tienen una infraestructura en la plaza y, ahora, estamos trabajando esta infraestructura, donde tenemos múltiples microrredes. Entonces, es un lugar ideal para ir estudiando cómo las microrredes pueden ser interconectadas”, abundó Ferrari.

“Normalmente, las microrredes están aisladas, pero, si podemos conectar múltiples microrredes, una microrred puede comenzar a apoyar la otra. El objetivo es extender el período en el cual las microrredes pueden estar sin conexión a la red eléctrica”, dijo sobre la iniciativa que integra a la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, la Universidad de Tennessee y la Universidad de Florida Central.

A partir de la interconexión de microrredes solares, el proyecto también tendrá el Centro de Investigaciones de Red de Microrredes Solares para continuar desarrollando conocimiento y afinando la tecnología para unir estos sistemas fotovoltaicos.

El director de Casa Pueblo resaltó que el Centro proveerá una oportunidad para llevar las investigaciones más allá de los modelos y las variables en computadoras a pruebas en un escenario real. Además, quieren que sea un espacio para adiestrar a ingenieros y electricistas en lo que concierne a las microrredes.

“Este espacio, además de dejar una huella de servicio, también va a generar conocimiento para avanzar en esa transición energética que uno quiere ver en Puerto Rico y que uno la quiere ver avanzando en el Caribe y en el mundo entero”, verbalizó Massol Deyá.

La conexión de las microrredes de Casa Pueblo y la Plaza se hará inicialmente de forma directa y, el próximo año, se probará un sistema electrónico de potencia.

“Parte del proceso de investigación fue ver cuál es la manera más fácil de interconectar microrredes, y lo que nos dimos cuenta es que la forma más ‘plug and play’ de conectar microrredes –que pueden tener diferentes controladores, diferentes equipos, diferentes dueños– es con convertidores de energía, que lo que hacen es convertir la energía de AC (corriente alterna) a DC (corriente continua) y de DC a AC de nuevo”, indicó, por su parte, Ferrari.

El espacio donde actualmente se ubica la Plaza de la Independencia Energética solía ser una casa abandonada, que la organización adquirió con el dinero que habían ahorrado de las donaciones mensuales que hacen los Amigos de Casa Pueblo.

“Hemos transformado estos espacios urbanos, que estuvieron abandonados, en un espacio público”, acentuó Massol Deyá.

Más allá del asunto energético y tecnológico, la Plaza será un espacio comunitario y artístico. Muestra de ello son la obra de Martorell y las nueve “columnas que hablan”, cubiertas por murales que crearon diversos artistas basados en los valores de Casa Pueblo.

El espacio también cuenta con una estación meteorológica, un sistema de captación de agua de lluvia, conexión WIFI y el bosque solar de Casa Pueblo. También, tiene un jardín para mariposas y un huerto urbano, que desarrolló Corali Massol Ortiz.

Además, tendrán en exhibición el documental “Casa Pueblo: La gota que se vuelve río”, de Filmes Zapatero. La pieza de 29 minutos abunda sobre el “poder social” que une las capacidades individuales de las personas para un bien colectivo, algo que, según Massol Deyá, ha hecho posible la gesta de tantas organizaciones comunitarias como Casa Pueblo.

Esta iniciativa es un “peldaño superior” a lo previamente construido, anotó Massol Deyá, por la relevancia ante la realidad energética del país, por lo cual desean que el proyecto inspire y ejemplifique una ruta hacia una transición energética.

“Puede alimentar, ayudar, aclarar y ver que esa transformación está al alcance, que se puede hacer, que existe, que está ocurriendo, que lo que se requiere es voluntad y visión para actuar”, destacó, al establecer que el concepto “independencia energética” atraviesa el discurso político, pues repercutiría en el desarrollo del país y, eventualmente, estar en posición de escoger una alternativa descolonizadora.