Kamala Harris quedó como la clara ganadora del debate del martes frente a Donald Trump, según el consenso de los análisis y encuestas hechas de inmediato.

Un sondeo de la cadena CNN entre electores que vieron el debate consideró, en proporción de dos a uno, que Harris dominó el debate. Entrevistas del diario The Washington Post con 25 indecisos también reflejaron mayor respaldo para Harris tras el evento. Pero, cualquier avance, si alguno, de la vicepresidenta de Estados Unidos no estará claro quizá hasta la semana próxima.

Harris, vicepresidenta de Estados Unidos y candidata demócrata a la Casa Blanca, mantuvo a Trump, republicano, a la defensiva, lo que le permitió acentuar su argumento de que es hora de “ir hacia delante” y dejar atrás la política de caos que ha marcado la era del expresidente tanto en la Casa Blanca como líder de oposición.

Desde el inicio, Harris hizo clara su estrategia de estar a la ofensiva, al acercarse a saludar a Trump. “Kamala Harris”, dijo, al presentarse. “Diviértete”, le respondió a Trump. (Ambos volvieron a encontrarse en la mañana del miércoles en el evento de conmemoración de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, en Nueva York. Ella, con el presidente Joe Biden y el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg entre ellos, volvió a acercarse a él).

Aunque Harris puede haber sobresalido más en los temas sobre el aborto, los ataques raciales de Trump y en la imagen internacional del expresidente, la vicepresidenta fue efectiva también en tratar temas que tocan el ego de su oponente, como el tamaño de las manifestaciones que el republicano lleva a cabo y el grado de lealtad de sus seguidores.

“Habla de personas ficticios como Hannibal Lecter (de una novela de horror). Habla de que los molinos de viento causan cáncer. Y lo que también notarán es que la gente empieza a marcharse temprano de sus mítines por cansancio y aburrimiento. Y les diré que de lo único que no le oirán hablar es de ustedes. No lo oirán hablar de las necesidades de ustedes, de sus sueños y sus deseos”, señaló Harris.

El expresidente Trump no pudo evitar defender con prioridad cuanta gente asiste a verle. “La gente no se marcha de mis mítines. Tenemos las manifestaciones más grandes, los más increíbles de la historia política”, sostuvo, al alegar que Harris paga a personas para que asistan a sus eventos. Un análisis de The Washington Post ha reflejado que el tamaño de los eventos de ambos candidatos, nivelados en las encuestas a menos de ocho semanas de las elecciones, es bastante similar.

Para entonces, sin embargo, Harris había cumplido con su objetivo de sacar de sus cassillas a Trump en un tema que el expresidente Barack Obama subrayó en su mensaje en la convención presidencial demócrata, haciendo un gesto con sus manos. “Esta extraña obsesión con el tamaño de las multitudes”, dijo Obama en la convención demócrata de Chicago, el pasado 20 de agosto.

David Plouffe, asesor de la campaña de Harris, indicó que no hubo un momento de mayor aceptación de la presentación de la vicepresidenta, según los sondeos de su comité electoral, que cuando ella trató el tema de los derechos reproductivos desde el punto de vista de una mujer que necesita atención médica durante complicaciones de su embarazo.

“El gobierno y Donald Trump no deben decirle a la mujer qué hacer con su cuerpo”, sostuvo Harris.

Pero, la vicepresidenta también aprovechó con fuerza las preguntas sobre la insistencia de Trump en cuestionar la identidad negra de Harris, quien sería la primera mujer presidenta de Estados Unidos, y sobre asuntos de política internacional.

“Lo que ella quiera ser está bien conmigo”, señaló Trump, sin evitar alegar falsamente que no fue hasta recientemente que Harris se identificó como negra.

La vicepresidenta afirmó que Trump tiene un largo historial de buscar dividir a Estados Unidos debido a la raza de las personas, al recordar que como propietario de viviendas se le imputó negarle alquiler a personas negras, que en Charlotesville (Virginia) defendió a gente que participó en una manifestación de grupos supremacistas blancos, publicó un anuncio para pedir la ejecución de cinco jóvenes negros que luego resultaron inocentes por un acto de violación en el parque central de Nueva York e impugnó la ciudadanía estadounidense del primer presidente negro, Barack Obama.

“Consecuentemente, (Donald Trump) ha tratado de usar la raza para dividir al pueblo estadounidense…La gente en Estados Unidos quiere cosas mejor que esas”, dijo Harris.

Cuando Trump cuestionó las ejecutorias del gobierno del presidente Joe Biden, Harris sostuvo que “no soy Joe Biden, no soy Donald Trump”. Al aludir indirectamente a la diferencia de edad con Trump- ella cumple 60 años en octubre y él tiene 78 años, lo que le haría el presidente más viejo de la historia, unos meses más que Biden-, la vicepresidenta Harris afirmó que representa “una nueva generación”.

Harris también provocó a Trump cuando afirmó que unos 200 republicanos le han respaldado y que ex altos funcionarios de su administración, incluido el que fuera jefe de Gabinete de la Casa Blanca, el general jubilado John Kelly y el exsecretario de Defensa Mark Esper, han destacado el peligro de darle un nuevo mandato. Trump sostuvo que se trata, en algunos casos, de gente que despidió por ser incompetente.

Un momento que perseguirá a Trump fue cuando, como ha hecho su candidato a vicepresidente, el senador republicano JD Vance (Ohio), alegó que en Springfield, Ohio, inmigrantes comen perros y gatos. Vance ha hecho alusión directa a inmigrantes haitianos, lo que ha levantado nuevas denuncias de prejuicio racial.

Harris se burló de Trump y presentó sus comentarios como un ejemplo de las “cosas extremas” que considera marcan al expresidente. Momentos antes, uno de los dos moderadores de la cadena ABC, David Muir, advirtió que el administrador de la ciudad de Springfield ha indicado que no hay ninguna evidencia que sustente esas denuncias en contra de inmigrantes haitianos.

Cuando Trump culpó a los inmigrantes por un alza en la criminalidad - en momentos en que la tasa de delincuencia ha disminuido en Estados Unidos-, Harris puso de relieve el carácter del expresidente, convicto de 34 delitos graves por registros comerciales falsos.

“Esto viene de alguien que ha sido procesado por delitos contra la seguridad nacional, delitos económicos, interferencia electoral, ha sido declarado responsable de agresión sexual y su próxima gran comparecencia ante el tribunal será en noviembre para su propia sentencia penal”, indicó Harris.

Trump, al terminar el debate, fue a la sala en que portavoces de los candidatos a la Casa Blanca por los dos partidos principales buscaron darle un giro favorable al cara a cara.

“Fue mi mejor debate”, dijo, sin precisar si aceptaría un segundo cara a cara como propuso la campaña de Harris antes de comenzar el evento del martes, en Filadelfia. Luego en su red social, pareció descartar un segundo debate.

Pero, incluso sus aliados, como el senador republicano Lindsey Graham (Carolina del Sur), consideraron que Trump pudo haberlo hecho mejor. El gobernador de Nuevo Hampshire, John Sununu, coincidió en que Harris tuvo la mejor noche.

“Estoy de acuerdo en que ella hizo un buen trabajo”, dijo el comentarista republicano David Urban, aunque consideró que Harris obvió respuestas sobre sus cambios de posición en asuntos como política pública. La encuesta de CNN reflejó que Trump, pese a perder el debate, ganó puntos en el tema de la economía.

En un editorial, The Wall Street Journal, de tendencia conservadora, resumió el debate al indicar que Trump “mordió el anzuelo y la señora Harris tendió la trampa”.