

20 de marzo de 2025 - 7:54 AM
Washington D.C. - El presidente Donald Trump oficializó esta tarde, en una orden ejecutiva, su intención de desmantelar el Departamento de Educación de Estados Unidos, el cual quisiera que el Congreso eliminara en su totalidad.
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“Vamos a devolver la educación a los estados (gobiernos estatales), donde debe estar”, dijo Trump, en una ceremonia en la Casa Blanca, acompañado de estudiantes y maestros, gobernadores y congresistas.
Después de haber despedido o logrado la renuncia de casi la mitad de los empleados, sobre 1,900 de un total de 4,133 que había cuando asumió la presidencia, la orden establece que la secretaria de Educación Linda McMahon - quien estuvo presente en el evento- deberá “tomar todos los pasos necesarios” para encaminar el cierre de la dependencia, con el propósito de que sus responsabilidades queden en manos de los gobiernos de los estados y territorios.
Trump, sin embargo, no definió esos pasos en la orden, aunque mencionó que el Departamento de Educación federal no debe tener responsabilidad sobre los préstamos estudiantiles.
“La Secretaría de Educación, en la medida máxima que la ley lo permita, tomará todas los pasos necesarios para facilitar el cierre del Departamento de Educación y devolver la autoridad educativa a los estados y las comunidades locales, garantizando al mismo tiempo la prestación eficaz e ininterrumpida de los servicios, programas y beneficios de los que dependen los estadounidenses”, indica la orden.
También señala que “en consonancia con las facultades del Departamento de Educación, la secretaría de Educación garantizará que la asignación de fondos federales del Departamento de Educación esté sujeta al riguroso cumplimiento de la ley federal y las políticas de la Administración, incluyendo el requisito de que cualquier programa o actividad que reciba asistencia federal ponga fin a la discriminación ilegal oculta tras la etiqueta de ‘diversidad, equidad e inclusión’ o términos similares, y a los programas que promuevan la ideología de género”.
Con respecto a los préstamos estudiantiles, la orden afirmó que “el Departamento de Educación no es un banco y debe devolver las funciones bancarias a una entidad equipada para servir a los estudiantes de Estados Unidos”.
Poco después de anunciar la orden, el senador republicano Bill Cassidy (Luisiana), dijo que presentará legislación para eliminar el Departamento de Educación. En el Senado, con una mayoría de 53 a 47, necesitaría al menos siete votos demócratas para lograrlo, lo que es muy improbable.
Solo el Departamento de Educación de Puerto Rico recibe alrededor de $2,430 millones anuales en fondos federales de educación. En el caso de Puerto Rico, un síndico federal controla el uso de los fondos asignados.
Pero, pese a que el gobierno federal asigna casi la mitad de los fondos de Educación de Puerto Rico, el currículo – como en los gobiernos estatales, condados y municipios de Estados Unidos-, es dictado por las autoridades locales.
Trump reconoció que solo el Congreso puede eliminar el Departamento de Educación, creado en 1979, por lo que dijo que espera que los legisladores federales demócratas cooperen con su propuesta cuando presente un proyecto de ley a esos efectos.
Como ha dicho antes la secretaria McMahon, el presidente Trump dijo que el Departamento de Educación continuará implementando todos los programas de la agencia regulados por ley, como la financiación por fórmula, los préstamos estudiantiles, las becas Pell, las asignaciones para estudiantes con necesidades especiales, el programa Título 1 para distritos y escuelas con altos índices de estudiantes en situación de pobreza.
“Cerrar el Departamento no significa recortar los fondos a quienes dependen de él; seguiremos apoyando a los estudiantes de primaria y secundaria, a los estudiantes con necesidades especiales, a los estudiantes universitarios que solicitan préstamos y a quienes dependen de programas esenciales. Cumpliremos con la ley y eliminaremos la burocracia de forma responsable, trabajando con el Congreso para garantizar una transición legal y ordenada”, indicó la secretaria McMahon.
La funcionaria sostuvo que “la educación es fundamentalmente una responsabilidad estatal” y que “en lugar de filtrar los recursos a través de múltiples trámites burocráticos federales, empoderaremos” a los gobiernos estatales y locales.
Pero, el presidente Trump quiere comenzar a reorganizar la agencia de tal forma que cada vez menos ejerza funciones sobre los gobiernos estatales. “Después de 45 años, Estados Unidos gasta mucho más dinero en educación que cualquier otro país, y también gasta mucho más dinero por alumno que cualquier otro país. Y ni siquiera está cerca”, señaló Trump en la conferencia de prensa.
En la orden, Trump añadió que “cerrar el Departamento de Educación brindaría a los niños y a sus familias la oportunidad de escapar de un sistema que les está fallando”, al argumentar que “los puntajes de lectura y matemáticas en Estados Unidos están cerca de mínimos históricos”.
En San Juan, el presidente de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, Víctor Bonilla Sánchez, afirmó que el Departamento de Educación federal ha cumplido con el propósito de “igualar el acceso a la educación, ayudar a las familias trabajadoras y de escasos recursos a pagar la universidad, mejorar el rendimiento estudiantil y allanar caminos hacia buenos empleos, principalmente para la clase media”.
“A quienes más daño hará la eliminación de esta agencia es a los cerca de 26 millones de niños de familias pobres y poblaciones vulnerables en la nación americana, incluyendo a los territorios y a Puerto Rico, que dependen del apoyo adicional que reciben del Departamento de Educación de Estados Unidos para alcanzar su máximo potencial y para garantizar un trato equitativo en la financiación de la educación pública”, indicó Bonilla Sánchez.
Los gobernadores de Florida, Ron DeSantis; Texas, Greg Abbott; Ohio, Mike DeWine; Idaho, Brad Little; Indiana, Mike Braun; e Iowa, Kim Reynolds, estuvieron entre los asistentes al evento.
La minoría demócrata - que puede servir de muro al intento de eliminar el Departamento de Educación-, censuró la decisión del presidente Trump.
“Intentar desmantelar el Departamento de Educación es una de las medidas más destructivas y devastadoras que Donald Trump ha tomado jamás. Esto lastimará a los niños”, dijo el líder demócrata del Senado, Charles Schumer (Nueva York).
Mientras, la líder adjunta de la minoría cameral, Katherine Clark (Massachusetts), afirmó que “las repercusiones serán devastadoras: se recortarán los presupuestos escolares, se recortarán los programas académicos y extracurriculares, aumentará el tamaño de las aulas, las bibliotecas escolares tendrán menos recursos y los estudiantes se quedarán atrás”.
“Esta versión retorcida del Partido Republicano no se detendrá ante nada para ayudar a los ricos a enriquecerse aún más. Y esta vez, son nuestros hijos quienes pagan el precio”, agregó Clark.
Previo a las elecciones, el plan Proyecto 2025 de la muy conservadora Fundación Heritage guía para la la segunda administración de Trump– recomendó reducir la inversión en el programa Título 1 que ayuda a financiar las escuelas con estudiantes de bajos recursos económicos, eliminar los programas Head Start, convertir el programa de Educación Especial en una subvención y privatizar el programa de préstamos estudiantiles.
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