Chicago, Illinois - Un mes después de inyectar energía a su partido, y en busca de ser la primera mujer presidenta de Estados Unidos, Kamala Harris aceptó formalmente, en la noche del jueves, la candidatura demócrata a la Casa Blanca con un mensaje en el que afirmó que en esta elección Estados Unidos tiene la oportunidad de “dejar atrás el cinismo, y las batallas divisorias del pasado”.

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“Este es nuestro turno...es una oportunidad de trazar un nuevo camino hacia adelante. No como miembros de un partido o facción en particular, sino como estadounidenses. Sé que esta noche hay personas de diversas opiniones políticas que nos están viendo. Y quiero que sepan: prometo ser una presidenta para todos los estadounidenses.”, dijo Harris en su mensaje.

Harris prometió “escuchar, ser realista, práctica y con sentido común” como presidenta.

Y en busca de hacer contrastes con su oponente, el expresidente Donald Trump, se reafirmó como una pesona que proviene de la clase media y la entiende.

“Desde los tribunales hasta la Casa Blanca, ese ha sido el trabajo de mi vida...Sabemos que una clase media fuerte siempre ha sido fundamental para el éxito de Estados Unidos. Y construir esa clase media será un objetivo definitorio de mi presidencia. Esto es personal para mí. La clase media es de donde vengo”, agregó.

Para Harris, las consecuencias de un segundo mandato de Trump serian extremadamente graves, ante el manual que le ha preparado el conservador grupo de estudio de la Fundación Heritage, por medio del Proyecto 25, y luego de la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos que otorga amplia inmunidad al inquilino de la Casa Blanca por sus actos como presidente.

Indicó que una presidencia de Trump eliminaría, entre otras cosas, el Departamento de Educación, la Agencia Federal de Protección Ambiental, programas de bienestar social como Head Start y el acceso a medicamentos para controlar el embarazo.

“Imaginen una segunda presidencia de Donald Trump sin barandas”, dijo, al recordar cómo incitó a la insurrección contra el Congreso y quiere “liberar a extremistas violentos” que participaron de ese ataque.

Cuatro años después de convertirse en la primera mujer, primera persona negra y del sur de Asia en ser vicepresidenta, Harris ha vivido cuatro semanas extraordinarias luego de que el presidente Joe Biden le pasara el batón el 21 de julio, una vez se convenció de que, tras un desastroso debate frente al expresidente Donald Trump, se le habían cerrado las oportunidades de triunfo.

“En nombre del pueblo, en nombre de todos los estadounidenses, sin importar el partido, la raza, el género o el idioma que hable tu abuela. En nombre de mi madre y de todos los que alguna vez emprendieron su propio e improbable viaje. En nombre de los estadounidenses como la gente con la que crecí, gente que trabaja duro, que persigue sus sueños y se cuida unos a otros. En nombre de todos aquellos cuya historia solo podría escribirse en la nación más grande de la Tierra, acepto su nominación para presidente de los Estados Unidos”, dijo Harris, quien es, a su vez, la primera mujer negra y con orígenes en el sur de Asia en ser candidata a la presidencia por uno de los dos principales partidos de Estados Unidos.

Harris, quien cumplirá 60 años en octubre, utilizó el mensaje –hasta el momento, el más importante de su carrera política, que ha incluido ser secretaria de Justicia y senadora federal de California- para contar con más detalles su historia personal como mujer afroamericana nacida en Oakland, California, que creció junto a su madre, oriunda de la India, una hermana, y su padre, natural de Jamaica.

“Mi madre- Shyamala Harris-, tenía 19 años cuando cruzó el mundo sola, viajando desde la India hasta California con el sueño inquebrantable de ser la científica que curaría el cáncer de mama... Fue principalmente mi madre quien nos crió. Antes de que finalmente pudiera …comprar una casa, alquiló un pequeño apartamento en East Bay”, indicó la vicepresidenta.

La noche final- que terminó con el candidato a vicepresidente, Tim Walz, y su esposa, agarrados de la mano con Harris y su marido, Doug Emhoff-, estuvo dedicada a destacar los esfuerzos por defender la libertad, la democracia, el derecho al voto, los derechos reproductivos de la mujer, la vida frente a la violencia con armas de fuego y el ambiente.

Harris y Emhoff celebraban esta noche su décimo aniversario de bodas.

Nada más lanzar su candidatura a la Casa Blanca, Harris comenzó a revivir el apoyo financiero a la campaña presidencial demócrata, que recaudó $310 millones en julio, superando al expresidente Donald Trump.

A 75 días de las elecciones, la vicepresidenta Harris ha logrado nivelar o sacado una ligera ventaja en las encuestas de los siete estados claves que ahora se cree decidirán las elecciones –Pensilvania, Wisconsin, Michigan, Georgia, Carolina del Norte, Arizona y Nevada- mientras logra superar por estrecho margen a Trump a nivel nacional, según el promedio de Real Clear Politics (48.3% versus 46.6%).

El Partido Demócrata estadounidense aprobó el lunes su programa de gobierno.

Con su mensaje de esta noche, Harris comenzó a ampliar su propia agenda, que en el área económica incluye una prohibición federal de la manipulación de precios de alimentos, la expansión del crédito por niños dependientes, recortes tributarios para la clase media e incentivos para la compra de una primera vivienda.

Harris también abogó por legislar a nivel federal la protección del derecho al aborto, un asunto para el que necesitaría al menos 60 escaños demócratas en el Senado, lo que ninguno de los dos partidos parece que podrá tener a corto plazo.

La vicepresidenta dijo además que impulsará una reforma de inmigración que asegure la frontera y ofrezca un paso hacia la ciudadanía estadounidense. “Como presidenta, promoveré de nuevo el proyecto bipartidista de seguridad en la frontera que (Trump) mató y lo convertiré en ley”, señaló Harris, ante unas 20,000 personas en el United Center de Chciago, el hogar de los Bulls de la NBA.

En los alrededores hubo continuas protestas en contra de la guerra en Gaza y los ataques militares de Israel, que pueden haber causado la muerte de más de 40,000 palestinos.

Con respecto a la guerra en Gaza, Harris acentuó su llamamiento a un cese el fuego, a liberar a los rehenes de la guerra y reconocer la existencia de los estados de Palestina e Israel. Al condenar al grupo terrorista Hamás, la vicepresidenta hizo claro además que reconoce el derecho a defenderse de Israel y la libre determinación de Palestina.

“La gente de Israel nunca debe volver a enfrentar el horror que esa organización terrotista llamada Hámas ha causado”, sostuvo. Al mismo tiempo, afirmó que “lo que ha pasado en Gaza es devastador”.

Al marcar más distancia con Trump, Harris dijo además que nunca acogerá a dictadores y que defenderá la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El expresidente Trump ha criticado que Harris aún no haya publicado aún una agenda propia y ha intentado proyectarla como una política demasiado liberal como fiscal y ahora como candidata a la Casa Blanca.

En tanto, la vicepresidenta no ha cesado de recordar que Trump fue convicto por 34 delitos graves relacionados a registros comerciales falsos, y que ha sido imputado de incitar a la insurrección del 6 de enero de 2021 contra el Congreso, de buscar revertir los resultados de las elecciones de 2020 y hallado responsable de difamar a una mujer que le acusó de violarla. Ha insistido, además, en que, como fiscal, sabe como lidiar con “perpetradores” como el expresidente Trump, con quien se medirá en un debate el 10 de septiembre.

Con respecto a Puerto Rico, el programa demócrata incluye promover un plebiscito vinculante para el gobierno federal entre la estadidad, la soberanía en libre asociación y la independencia –excluyendo el actual status territorial-, impulsar la salida de la Junta de Supervisión Fiscal y la paridad en programas federales de asistencia alimentaria, Medicaid y el crédito por niños dependientes.

Pero, Harris, quien estuvo en Puerto Rico el pasado 22 de marzo en un viaje oficial que incluyó un evento de recaudación de fondos, tiene aún una página en blanco con respecto a los temas de la isla. En su visita a la Isla, dijo que se mantuvo al tanto - por medio del desarrollador Nicholas Prouty-, de la emergencia en la Isla tras el azote del huracán María.

Grupos de la diáspora le han solicitado formalmente que presente un plan de acción sobre la isla, lo que la congresista demócrata puertorriqueña Nydia Velázquez (Nueva York) piensa va a ocurrir. En 2020, Biden presentó su agenda sobre la isla en el mes de septiembre.

El miércoles, Tim Walz, gobernador de Minnesota y seleccionado hace dos semanas por Harris como candidato a la vicepresidencia, ofreció su mensaje de aceptación en una jornada dedicada a resaltar su historial como educador, entrenador de fútbol estadounidense, militar y congresista.

Walz, de 60 años, se presentó ante el electorado estadounidense como un buen vecino que respeta las ideas del otro, que defiende a la clase media, las libertades individuales, como derechos reproductivos de la mujer y el derecho a portar armas “con responsabilidad para mantener a nuestros niños seguros”.

“En Minnesota nosotros respetamos a nuestros vecinos y las decisiones personales que toman e incluso si no tomamos las mismas decisiones, tenemos una regla dorada: ocúpate de tus propios asuntos”, dijo Walz.

El cierre de la convención incluyó a la senadora Elizabeth Warren (Massachusetts), quien afirmó que la vicepresidenta Harris trabajará para evitar la manipulación de precios, hacer que los más ricos paguen su parte justa de los impuestos y defender el crédito por niños dependientes, entre otras cosas. “Kamala no puede ser comprada, ni puede ser mandada”, dijo Warren quien recibió un largo y sonoro aplauso que le emocionó.

La jornada también recordó el caso de los cinco negros acusados erróneamente en 1989 de golpear y violar a una mujer en el Parque Central de Nueva York, para los que el expresidente Trump pidió la pena de muerte y luego fueron exonerados, cuando la persona culpable confesó. “Nos quería muertos”, dijo, sobre Trump, uno de ellos Yusef Salam, ahora concejal municipal en Nueva York, quien cumplió siete años de cárcel.

Los entonces jóvenes fueron conocidos como ‘Los 5 del Parque Central’. Junto a Salam estuvieron en la tarima otros tres de sus compañeros.

Los jóvenes, cuatro de ellos en la tarima, fueron presentados por el reverendo Al Sharpton, quien sostuvo que por defender los derechos civiles, de las mujeres, homosexuales y el voto, Estados Unidos rechazará ir hacia atrás. “Estamos en camino hacia la Casa Blanca y no iremos hacia atras”, sostuvo Sharpton.

También se recordó el caso de la escritora E.J. Carroll que logró ganar la demanda de difamación - con un pago de $84 millones- que presentó en contra de Trump, a quien ella acusó de violarla.

Al hablar de la agenda contra el cambio climático, el congresista Maxwell Alejandro Frost (Florida), primero de la Generación Z con un escaño legislativo federal, afirmó que esa lucha es patriótica, diferente a la de Trump, para quien, dijo, “el patriotismo es un mero eslogan en una gorra”.

La excongresista Gabrielle Giffords (Arizona) recordó el ataque a tiros durante un mítin político en el que recibió un disparo en la cara que casi le cuesta la vida. Su marido, el senador por Arizona Mark Kelly hizo referencia a las denuncias que se han hecho de que Trump ha descrito como perdedores y tontos a los soldados caídos en la guerra.

“Los únicos tontos y perdedores vamos a ser nosotros si votamos por él”, dijo Kelly, quien fue uno de los tres finalistas para la candidatura a vicepresidente.

Su hermana, Maya, sus sobrinas, sobrinas nietas, la hija de su marido, Doug Emhoff, las actrices Eva Longoria y Kerry Washingotn, y el DL Hughley, quien - en referencia al cuestionamiento que hiciera Trump de la negritud de Harris-, dijo que la vicepresidenta “ha sido negra por mucho más tiempo de lo que Trump ha sido republicano”. Washington lideró a las sobrinas nietas de Harris para enseñarle a los oponentes de la vicepresidenta como pronunciar correctamente Kamala.