Cancún, México - De las civilizaciones antiguas, una de las más enigmáticas y con un inmenso legado a la humanidad, son los mayas. Sus descubrimientos en el mundo de las ciencias, las matemáticas y la arquitectura, entre otros, trascendieron a través de los siglos.

Yucatán, en México, es hogar de un gran legado dejado por el pueblo maya, en donde su cultura, lengua y tradiciones se mantienen vivas a través de sus habitantes y sus imponentes vestigios arqueológicos. Por eso, sus autoridades de turismo siguen invitando a los viajeros a que se sumerjan en esa antigua civilización para experiencias de viajes auténticas y diferentes.

Yucatán es uno de los tres estados de la península de Yucatán, y tiene como capital a Mérida. Los otros estados son Campeche y Quintana Roo, a donde llegan la mayoría de cruceros que van a México.

Yucatán cuentan con tres de las zonas arqueológicas más importantes de México, la primera de ellas, Chichén Itzá, a unas dos horas de Mérida, una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. Con imponentes pirámides y esculturas, es una muestra de cómo los mayas fueron expertos astrónomos, y tiene la pirámide de Kukulcán, considerada el “calendario” más grande en el mundo. Es la región de Yucatán más cercana a la Riviera Maya y Cancún, y es muy visitada por viajeros de cruceros que van a ferry de Cozumel a Playa del Carmen, y luego vía terrestre, en una hora por autobús.

Alrededor encontrará varios pueblos mayas, con opciones para conocer sus tradiciones.

En el Pueblo Mágico de Valladolid, una ciudad fundada en 1543 en lo que fue el pueblo de Zací (Gavilán Blanco), poseedor de un gran legado histórico cultural, verá la fusión del esplendor de la época colonial con el misticismo maya. Conocido por varios nombres, como La Sultana del Oriente, la “Perla de Oriente” o la “Heroica Zací”, es un pueblo encantador con calles coloniales, casonas y edificios históricos.

En esos pueblos mayas, podrá tener un auténtico encuentro con esta milenaria civilización. Al visitarlo por uno o varios días, podrá conocer sus tradiciones, aprender a cocinar su comida y degustarla, convivir con ellos durante una o varias noches, y hasta casarse o renovar sus votos con todo el misticismo de las ceremonias mayas.

Una visita obligada es a uno de sus cenotes (cavernas con agua, que son más de 3,000 aunque no todas están abiertas al público), y a sus lagos con diferentes tipos de sales, como la “colorada”, cuyo nombre le viene por el color de sus aguas.

Si quiere hacer una actividad de turismo sustentable, hay un programa “Bee Matter”, que apoya a mujeres de las comunidades mayas que se dedican a salvaguardar a las abejas meliponas, una especie endémica de Yucatán, y muestra cómo producen su miel de manera respetuosa y responsable. La abeja melipona, sin aguijón y delicada, fue encontrada en lo profundo de la selva hace más de 3000 años por el pueblo maya, quienes la consideraban un “manjar de dioses”, y algo sagrado.

La segunda zona arqueológica es Uxmal, cuyo valor histórico le ganó reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. Rodeada de gran vegetación, su arquitectura muestra el resultado y talento de los mayas. La tercera, Ek Balam, era considerada como la gran capital del imperio de Tah. Llamada también “La Acrópolis”, allí vivieron entre 12 a 18 mil habitantes y tiene una de las edificaciones mayas más grandes e imponentes de toda la zona de Yucatán.

Además de su historia, la región es conocida como la casa del flamenco rosado por la abundancia de esa especie, y sus populares playas.

En Progreso, tienen un puerto importante, que ha renacido en los últimos cinco años, donde llegan cruceros de las líneas más importantes. Su malecón, repleto de restaurantes, tiene incluso algunos con Estrellas Michelin, lo que ha reforzado el destino como una también gastronómico, además de que hay algunos beach clubs de lujo.