El olor de la Navidad europea es dulce. El aire frío trae aromas a canela, a jengibre y nueces tostadas, y todos esos olores son sinónimo de que llegó la época festiva también al Viejo Continente, pero especialmente en Alemania, cuna de estos mercadillos tan tradicionales de la temporada. De este país se dice que es la cuna de esos espacios callejeros, cada vez más grandes, y este año finalmente de vuelta a plenitud, tras la pandemia.