Burbujeante, como el champán francés y ecléctica, con su mezcla de una fantástica historia, y sus aires de modernismo. Así es París, la capital francesa, que ofrece al turista tantas opciones, que se puede visitar varias veces y quedarse con ganas de volver.

Pero la realidad para muchos turistas es que en ocasiones se dispone de muy poco tiempo para verla, ya sea porque se visita en tránsito para llegar a otro destino o porque como parte de un crucero se haga un viaje de un día desde Le Havre, por ejemplo, uno de los puertos más importantes de Francia.

En nuestra reciente visita, tuvimos un día para recorrerla y quisimos aprovecharlo al máximo. Para ello usamos un autobús turístico tipo Hop-on, Hop off de Big Bus Tour, que nos ayudó a ver nuevamente los puntos más importantes de la ciudad. Nos faltó tiempo para hacer el crucero incluido por el Sena, pero sin duda, siempre es nuestra mejor opción para ir de un sitio a otro, evitando largas caminatas o tener que usar taxi o metro.

Abordamos el autobús bien temprano, en la parada de la Torre Eiffel, cercana a nuestro hotel, y decidimos hacer la vuelta completa de dos horas, sin bajarnos, para tomar fotografías en general. Luego bajamos a los monumentos de más interés (aunque con muy poco tiempo en cada uno) y al terminar, esperábamos el autobús nuevamente. Aunque un día nunca es suficiente en París, quedamos satisfechos con este vistazo rápido, algo recomendable para cogerle un saborcito a esa maravillosa ciudad.

El Museo del Louvre-La “Casa de la Mona Lisa”, es el museo más grande del mundo, por lo que necesitaría ir por más de una semana para verlo completo, pero puede al menos podrá retratarse en su exterior, incluyendo su famosa pirámide.

Catedral de Notre Dame-La icónica catedral, reabierta en diciembre de 2024, luego de su renovación por cinco años tras un incendio, es una obra arquitectónica y religiosa que debe ver. La entrada es gratis, pero requiere reservar. Puede caminar en los alrededores, y ver la Universidad de la Sorbona en el Barrio Latino, con librerías, tiendas y restaurantes, o ver el Panteón.

Musée d’Orsay-También cercano a Notre Dame, esta otra joya artística parisina, cuenta con la colección de arte impresionista y postimpresionista más grande del mundo. Ubicado en una antigua estación de tren, que parece un palacio, desde allí puede ir también el Jardin Des Tuileries (cuyo nombre se debe a la fábrica de tejas que había en la antigüedad), la Asamblea Nacional y la Sainte Chapelle de París, espléndida muestra del arte gótico francés, Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Caminar a lo largo del corredor del Río Sena-Otro imperdible donde va a encontrar artistas pintando sus obras, entretenimiento callejero, vendedores de todo tipo de souvenirs y espectaculares oportunidades para fotos. Si no quiere o no puede hacer el crucero clásico por el Sena (los más famosos incluyen cena), podrá ver el río desde muchos lugares de París, como la Catedral de Notre Dame, el Museo Orsy y la Torre Eiffel.

Los Campos Eliseos-Cuando se dispone de tan corto tiempo, es mejor recorrerlos en el autobús, para llegar a la parada del Arco del Triunfo. Esta avenida, de casi dos kilómetros, es el corredor de tiendas más famoso y elegante de París (pendiente a ver la vidriera de la tienda más grande de Louis Vuitton), pero además es el lugar donde celebran los acontecimientos y desfiles más importantes de París. Allí puede ver la Plaza de la Concordia.

Grand Palais y el Petit Palais-Estas bellísimas estructuras son un recuerdo de la Exposición Universal de 1900 y de la Belle Epoque. Ameritan al menos un par de fotografías, (el Petit Palais es sede del Museo de Bellas Artes de la ciudad). Para un viajero de corto tiempo, un vistazo por fuera (no se pierda la cúpula acristalada del Grand Palais), será suficiente.

Torre Eiffel-Esa es una de las visitas obligadas en París. Aunque desde el autobús obtendrá buenas fotos, separe entre una o dos horas, para disfrutarse este símbolo de París, caminar con calma y admirar de muy cerca esa maravilla y sus alrededores. Para la experiencia completa, reserve una entrada para subir a la torre.

La Opera Garnier-La también llamada “Opera de París” es un “must”, aunque usted no le guste este género artístico. Es todo un monumento histórico, obra maestra de la arquitectura teatral del siglo XIX, con el techo de la sala realizado por Marc Chagall. Cerca verá las también históricas Galerías Lafayette, un shopping center, de siete pisos, con estructura estilo Art Noveau. En sus tiendas verá marcas de lujo, pero también de variados precios (reciben más de 37 millones de visitantes anuales).

Otros imperdibles son el Barrio de Montmartre, con su Basílica du Sacré-Coeur (Sagrado Corazón), y el Moulin Rouge, pero por la distancia del resto de los monumentos, ameritan al menos una tarde completa.