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Conoce los encantos turísticos de Guayanilla

Conocida como la “Tierra de Agüeybaná”, este pueblo del sur ostenta una belleza natural característica, que se suma a su exquisita oferta culinaria

3 de septiembre de 2023 - 8:00 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 1 año.
Plaza del Pescador. (Xavier Garcia)

La belleza panorámica que caracteriza a la “Tierra de Agüeybaná”, por sus espectaculares cerros y abundantes aguas, convierten a este pueblo -fundado en 1833- en una de las joyas de la zona sureña.

Para aprovechar sus encantos, basta con desplazarse por la carretera PR-132, hacia la carretera PR-378, llamada Ruta Verde o Ruta de los Charcos, a donde encontrará, al menos, una decena de pozas únicas, coronadas por hermosas caídas que prometen refrescar a quienes se dejen tentar por su oferta cristalina.

En el camino hallará el “charco de oro”, que adopta su nombre por el color de sus piedras, debido a la presencia de pirita, que es “un mineral constituido por sulfuro de hierro, de brillo metálico y color amarillo”.

Otro espacio que seduce al visitante es el “charco los peces”, conocido por su salto de unos 100 pies de altura, además de otras atractivas pozas conocidas como “la iglesia”, “la rosa” y, la cascada “Cristo te ama”, entre otras.

De acuerdo con el funcionario municipal, Gliden López Torres, “esto queda comenzando el barrio Sierra Baja, que es el recibimiento a la ruta de los ríos. De camino, hay un área donde está el establecimiento El Ventorrillo y hay un puente que tiene pintada las banderas de Puerto Rico y de Guayanilla”.

“Esta ruta es parte del cauce del río Guayanilla, que se origina en la parte sur del Monte Guilarte hasta desembocar en La Playa y cuenta con varias charcas a donde las personas pueden ir y pasar un rato en familia. Hay una diversidad amplia con más de una decena de opciones”, agregó.

No obstante, “después del huracán María hubo un cambio y algunas de estas pozas no quedaron igual y no se pueden usar para bañarse. Aunque hay otras que se crearon nuevas, pero la mayoría está funcionando”.

Paraíso del chinchorreo

El barrio Playa de Guayanilla contiene un amplio despliegue de restaurantes y kioscos, que atrae semanalmente a miles de personas que deliran por la variedad de mariscos frescos en sus diferentes presentaciones culinarias.

Considerado el eje económico principal de la “villa de los pescadores”, este sector turístico es un espacio para compartir en familia o entre amistades que prefieren un escenario alucinante que contrasta con la bahía.

Allí está el paseo tablado, que ostenta las letras de Guayanilla y, más adelante, la Placita del pescador, que es un tributo a los trabajadores del mar que salieron a buscar el sustento diario, pero no regresaron.

“Esta es la mejor zona gastronómica de la isla, con una diversidad de restaurantes en donde se puede conseguir todo tipo de mariscos frescos, muchos que son de pescadores de Guayanilla que, día tras día, salen a esa labor. Allí también está el paseo tablado a donde hay kioscos con otra gran variedad culinaria”, resaltó.

“Allí está la Placita del pescador que es dedicada a los pescadores desaparecidos, esos hombres que una vez salieron a altamar a buscar el pan del día y nunca más regresaron. En la placita hay una pirámide en reconocimiento a la memoria de esos pescadores”, acotó.

De hecho, es una de las áreas de mayor concurrencia en el pueblo sureño.

“En el tablado también están las letras de Guayanilla que tienen algo distinto a las demás y es que, cuando te retratas, tienes de fondo la bahía; una de las más profundas de Puerto Rico, única por su estilo al estar rodeada de dos montañas y, al fondo, se ve el Castillo Mario Mercado”, manifestó.

“Actualmente, este castillo es una propiedad privada, pero fue la residencia de don Mario Mercado, un hacendado guayanillense, dueño de las tierras de la central azucarera. Es uno de los tres castillos reconocidos en Puerto Rico, aparte del Castillo Serrallés en Ponce y San Felipe del Morro en el Viejo San Juan”, sostuvo.

Un vistazo al casco urbano

Concha acústica en la plaza pública.
Concha acústica en la plaza pública. (Xavier Garcia)

A pesar de los daños ocasionados por los terremotos del 2020, el centro urbano guayanillense conserva la esencia de la plaza pública Luis Muñoz Marín de donde resalta la concha acústica con un mural dedicado a las dos bandas escolares.

Igualmente, exhibe la llamada “fuente de la sabiduría”, con un homenaje al magisterio local a través de un busto dedicado a la ‘maestra de maestras’, Anabel Torres Rivera, quien dedicó su vida al servicio de la educación puertorriqueña.

“Además de este lugar tan hermoso para la recreación, tenemos la Casa Alcaldía que es el centro de gobierno y, aunque son unas ruinas hoy día, la Parroquia Inmaculada Concepción que es un templo de 1841. También está el Museo Padre Nazario, que está en reparaciones luego de sufrir daños con el huracán María y luego con los terremotos”, sostuvo.

“Este museo alberga una gran cantidad de piezas de las piedras del Padre Nazario, reconocidas en el mundo entero porque sus inscripciones presentan evidencia sobre la fundación de nuestros pueblos y el descubrimiento de Puerto Rico. Las piedras pertenecen al Instituto de Cultura Puertorriqueña. Se está acondicionando para traer de nuevo las piezas, además, hay una parte de exhibición de arte de artistas plásticos de Guayanilla”, acotó sobre el museo ubicado al costado de la plaza.

Cabe destacar que, según las proyecciones municipales, el Museo Padre Nazario estaría reabriendo antes de que finalice el 2023, al igual que el Castillo del Niño y el Parque Infantil Julio Rojas Reyes, que también están en restauración.

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