En un espacio de 750 cuerdas de terreno, ubicadas en el barrio Caimito, de Juncos, se levantó un hermoso proyecto agroturístico donde se promueve el cultivo intercalado y la producción de leche de cabra, además de ofrecer al visitante la oportunidad de hacer recorridos educativos en contacto con la naturaleza.

Se trata de la Hacienda Dos Aromas, establecida hace poco más de un año y propiedad de Alberto Roque y Jaime Sánchez, un par de amigos con sus respectivas carreras profesionales; el primero, en la industria de la construcción y el segundo, como ingeniero mecánico, con el sueño de crear un proyecto de cultivo para producir cacao y café.

“La idea de Dos Aromas viene porque primero teníamos en mente la siembra de cacao y café, por eso la llamamos Dos Aromas. Así comenzamos a buscar fincas por todos lados, pero conseguimos esta finca hace un año, donde tenemos una parte con la altura necesaria para sembrar el cacao arábico y un café de calidad. Las dueñas eran cinco herederas, unas mujeres extraordinarias que vieron el plan de trabajo de nosotros, les gustó y nos dieron la oportunidad”, explicó Roque.

Sin embargo, a los planes del cacao y el café, se añadió de manera orgánica la producción de leche de cabra, ya que las dueñas de los terrenos son las fundadoras de Quesos Lucía. Así que el par de socios decidió continuar con ese proyecto que, para ese entonces, contaba con unas 18 cabras produciendo la leche.

“Cuando llegamos aquí ya existía el Queso de Cabra Lucía y tenían 18 cabritas. En ese entonces se le vendía leche de cabra a bien poquitas personas y ya hoy día contamos con 92 cabritas y aumentamos la producción y añadimos varios productos”, señaló Roque.

Entre los productos que confeccionan dentro de la finca están los quesos de cabra en tres sabores: el original, recao y parcha. Además, cuentan con una línea de productos para la piel que incluye cremas, scrubs y jabones a base de leche de cabra, los que se consiguen en tres fragancias: original, rosas y cítricos. A la finca también se suma el proyecto “Goatlato”, una microempresa del chef Kenneth Aguayo, quien confecciona en la cocina de la hacienda sus exquisitos gelatos a base de leche de cabra.

Y así surgió el concepto que pronto se convirtió en un lugar atractivo para mostrar al público.

“Nosotros somos una finca agroturística y tenemos diferentes tipos de actividades dentro de un mismo lugar. Introducimos los ‘tours’ de aproximadamente una hora y media, donde les damos un recorrido en los predios, se lleva a los visitantes a la cabrería para que vean lo que es la crianza de las cabras lecheras. Además, les explicamos los procesos que lleva nuestra producción de quesos”, mencionó Roque.

Una de las partes más llamativas del ‘tour’ es la interacción con las cabras, las cuales están separadas en sus corrales según su género, edad y funciones dentro de la finca.

“Se le explica todo lo que es la genética y empezamos el recorrido por los padrotes, donde pueden ver los diferentes tipos de razas que tenemos en la cabrería. Después seguimos al área de las ‘teens’, que son las jovencitas; más adelante, pueden ver las cabras que están listas para empadronar y entonces aquellas que son las productoras de leche. Para el ‘tour’, vienen personas de todas partes de Puerto Rico y ha sido todo un éxito”, afirmó el agroempresario.

Los visitantes también tienen la oportunidad de ir a la siembra, donde les explican lo que es el cultivo intercalado, que significa la siembra de varios cultivos en la misma zona; sus beneficios, las proyecciones de ventas y conocer un poco más el negocio.

De igual forma, en el ‘tour’ los participantes pueden “degustar la fruta del cacao, además prueban las cremas y también disfrutan de un ῾scoopʾ del gelatoʾ de leche de cabra que tengamos en el ‘display’ ese día”, detalló Roque.

Planes a largo plazo

Actualmente, Hacienda Dos Aromas cultiva, además, plátano, siete variedades de yuca, dos variedades de batata y pana, pero los planes más ambiciosos están centrados en ampliar la producción del cacao.

“Ya tenemos nuestro vivero y estamos generando nuestras matas. Esta área no había sido cultivada antes, pues era una finca ganadera, así que hemos trabajado con eso. Pero nuestro plan es tener 450 cuerdas de cacao, entre otras cosas, y nos convertiríamos en la finca de cacao más grande en territorio americano”, indicó Sánchez.

La meta, según el ingeniero mecánico y agroempresario, es producir unas 250 a 400 toneladas de cacao y exportar un producto hecho en Puerto Rico con los más altos estándares.

“Eso nos abre el mercado para poder satisfacer la demanda local y exportar a Estados Unidos e internacionalmente. Ese es el alcance que tiene la finca, que nos va a permitir exportar un producto 100 % puertorriqueño que no es criollo, un producto de alta calidad y de alto rendimiento”, sostuvo Sánchez.

“Nuestra meta es poder capturar ese mercado, procesar ese cacao y entre 5 y 6 años tendremos dentro de la agricultura 111 empleos directos dentro de la finca, sin contar la parte agroturística. A largo plazo, también queremos fomentar que agricultores del área cultiven el cacao y nosotros tener un centro de acopio de ese producto. Así podemos promover la actividad económica del área y que se pueda establecer una ruta del cacao como en el Ecuador y que haya personas que quieran ser estudiosos del cacao”, añadió Roque.