Al visitar Arroyo, de inmediato se percibe la esencia histórica en cada estructura que compone el casco viejo del pueblo y su reconocido Malecón Paseo Las Américas, desde el cual comienza su fundación y apogeo económico a mediados del siglo 19.

Conocido en sus momentos de mayor actividad mercantil en el puerto como “La Pequeña París”, debido a la gran cantidad de inmigrantes franceses y de otras nacionalidades europeas que hasta allí llegaron, Arroyo conserva esa pátina en la memoria colectiva de la zona, entre otros, por sus ruinosos molinos de viento de La Berdedera y en la urbanización La Milagrosa, que narran el legado comercial que allí se desarrolló y que aún permanecen para disfrute del visitante.

“Esos molinos servían para moler la caña que aquí se colectaba en varias centrales azucareras del pueblo. La principal fuente de economía de Arroyo, sin lugar a dudas, era la industria del azúcar y el más reciente recuerdo que tenemos es la desaparecida central Lafayette, que comenzó operaciones para el 1895 y culminó sus trabajos en el 1973″, mencionó el historiador y secretario del Centro Cultural Arroyano, Justo Echevarría.

Aparte de los molinos y su importancia histórica, Arroyo posee varios puntos de interés como el Monumento Samuel B. Morse, dedicado al pintor y pionero en la industrialización del telégrafo, a quien se debe que el pueblo fuera el primero en Puerto Rico en poseer el novedoso sistema de comunicación para el 1859.

“Morse instala la primera línea de comunicación telegráfica entre la mansión donde vivía su hija mayor, Susan Morse, con el almacén donde trabajaba su esposo en la playa de Arroyo, el danés Edward Lind, quien a su vez, era el propietario de la Hacienda La Enriqueta. Era una pareja pudiente del pueblo y tenían mucha producción de azúcar, melaza y ron”, explicó la encargada del Museo Antigua Aduana, Digna Fontánez Santiago.

Proveniente de una gira promocional desde Europa, Morse llegó a Puerto Rico en 1858 con la intención de conocer la calidad de vida de su hija, quien dos años antes se casó con el hacendado danés y se estableció en Arroyo. “Al ver la distancia entre la residencia y el almacén, es que Morse se propone hacer e inaugura la línea telegráfica el primero de marzo de 1859. Un momento histórico para la Isla porque a partir de ahí, el sistema telegráfico en Puerto Rico comenzó a expandirse a otros pueblos”, dijo Fontánez Santiago.

Otro lugar que cuenta con una historia interesante es el edificio de la Antigua Aduana, ubicado en la calle Morse, el cual en la actualidad alberga una exposición permanente de fotos antiguas de la ciudad y objetos ligados a la historia del pueblo. Asimismo, cuenta con dos salas que están destinadas a exposiciones itinerantes de obras plásticas con temas diversos.

“El edificio sirvió en el siglo 19 como centro administrativo de todo lo que entraba, salía, y negociaciones comerciales que en el puerto se desarrollaba. En1993 comienza el museo como hoy lo conocemos y en donde se desarrollan variadas actividades artísticas, educativas, culturales, conciertos y presentaciones de libros entre otras tantas del quehacer cultural arroyano y de la isla entera. Las personas nos pueden visitar libremente de lunes a Viernes, de 8:00 de la mañana a 4:30 de la tarde”, explicó la encargada del museo.

Otro de los espacios de interés en este pueblo es el Teatro Renacimiento, ubicado a pasos del Museo Antigua Aduana, el cual fue construido en 1920 bajo el nombre de Fausto y que en la actualidad sirve para eventos cívicos, culturales y obras de teatro.

En la misma cuadra, se halla el Museo del Deporte Arroyano, con 6 salas de exposición sobre diversas disciplinas y en el cual se han exaltado 114 inmortales del deporte en el pueblo.

Como parte del recorrido por las atracciones importantes del municipio y en las inmediaciones de Punta Guilarte se encuentra El Faro de Punta Figura, construido en 1893, y el cual se encuentra inoperante luego de los daños causados por los fenómenos atmosféricos y la corrosión por el salitre. El visitante, no obstante, puede apreciar su antigua estructura desde sus alrededores; única en su clase para el momento de su fundación debido a sus ornamentos que no estaban presentes en otras estructuras similares en toda la isla.