Es una de las zonas de mayor actividad en el pueblo, pues además de su hermosa vista, ofrece una amplia oferta gastronómica, tanto para chichorrear como para degustar los frescos mariscos que se pescan aquí, y por supuesto, sus famosos pastelillos de chapín. Los fines de semana abren puestos de artesanías y dulces típicos, entre otros. Está a seis minutos de la plaza pública.

Como parte de la celebración del aniversario 227 del municipio, el artista puertorriqueño Héctor Collazo, conocido por su proyecto “78 pueblos y una bandera”, pintó recientemente la monoestrellada -la #68 de la iniciativa- en una de las paredes del Teatro Municipal Ramón Rivero “Diplo”, que está ubicado frente a la plaza pública.

El charco del Río Blanco de Naguabo es una piscina natural de aguas frías y uno de lugares más populares para hacer turismo. Con solo escribir “Charco El Hippie” en el GPS, se llega justo a uno de los estacionamientos que dan acceso a la vereda para llegar al charco. La entrada es libre de costo.

Este un tesoro de la costa este de la isla, que te sorprende por la variedad de tonalidades de azul que se difuminan con el cielo. Además, es un rinconcito tranquilo, ideal para un pasadía familiar alejado del bullicio de la ciudad. Está a tan solo cinco minutos de distancia del malecón.

Si algo distingue esta plaza, además de ser la segunda más grande de la isla (la primera es la de Guayama), es la cantidad de árboles centenarios de ficus que la adornan y que dan sombra a quienes disfrutan de un paseo o de una mano de dominó. También aquí se encuentran la iglesia Nuestra Señora del Rosario y los monumentos a dos artistas naguabeños: el compositor Pedro Flores y el actor Ramón Rivero “Diplo”.