El egresado del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) es el agricultor detrás del concepto que opera en una finca del barrio Morovis Sur
El egresado del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) es el agricultor detrás del concepto que opera en una finca del barrio Morovis Sur
24 de agosto de 2023 - 11:40 PM
Félix Esteban Class Vega es un orgulloso trabajador de la tierra que mantiene sus sembradíos en una finca del barrio Morovis Sur, de donde extrae los ingredientes para confeccionar su propio sofrito y vender la pulpa de algunos frutos.
Se trata de Agroempresas Hábitat, un proyecto diseñado por el joven agrónomo de 31 años -graduado de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez- sin alterar el hogar de unas 40 especies que forman parte del espectáculo natural que, a su vez, conjuga con la faena diaria.
Consciente de los retos que enfrentan los cultivos de la zona montañosa, Class Vega no solo suple al país con sus cosechas de cítricos, plátano y ajíes dulces, sino que aprovecha la hermosura del campo para educar sobre la vida de un agricultor.
Esto, a través de recorridos certificados por la Compañía de Turismo de Puerto Rico, en los cuales Félix Esteban muestra los pormenores del terreno y, el proceso desde que se planta la semilla hasta la recolección. Además de disfrutar de los contrastes del ambiente.
“El que se dedicaba a esto era mi abuelo, Esteban Class, que falleció hace unos años y, él fue el único que vi que bregaba la tierra y me gustaba. Desde chiquito siempre sembré cosas en casa. Después, me incliné a estudiar agronomía. Empecé en un programa de traslado en Utuado”, relató el hijo de Nancy Vega Marrero y Félix Class Otero.
Fue su padre quien le regaló la finca de ocho cuerdas, en la cual desarrolló su proyecto.
“Tan pronto me gradué, yo tenía cosas sembradas en la finca. La tenemos desde 2011, mi papá la compró y me la regaló. Sembraba aquí y venía los fines de semana desde Mayagüez. Tenía ajíes y habichuelas, nada más”, contó.
No obstante, en su intento de buscar el sustento diario, Félix Esteban optó por laborar en una fábrica ubicada en Manatí, hasta que el huracán María arrasó con sus plantíos, el 20 de septiembre de 2017.
Asimismo, expresó que, “no fue hasta el 2019 que entonces, se empezó a sembrar en grandes cantidades. Mayormente (sembraba), parcha, limón y china. Actualmente, aquí se siembra parcha, plátano, ajíes, limón, china, algo de mandarina y un poco de toronja rosada”.
Igualmente, apuntó que, para el 2019 también surgió el proyecto de hacer el sofrito artesanal, bajo la marca Sofrito Hábitat, el cual posee la etiqueta de Hecho en Morovis.
El producto es elaborado por Félix Esteban y su madre y, “está en (supermercados) Selectos de Morovis, Ciales y Orocovis”.
“Además, hacemos jugos naturales: china, limón y parcha. También tenemos clientes que nos compran pulpa; vendemos la parcha en pulpa, plátano, limones y chinas. Si usted está en San Juan y va a tomarse un jugo o trago, sepa que se hace con parcha de Morovis”, acotó.
Entretanto, mencionó que la operación agrícola genera dos empleos a tiempo completo, mientras que, cuando la finca está en su máxima producción, “puede aumentar a cuatro empleados a tiempo parcial”.
De acuerdo con Class Vega, el recorrido agroturístico se realiza los sábados e incluye “una caminata por la finca de aproximadamente, entre una hora y media a dos horas”.
En el camino, “se le explica cada cultivo, el proceso de cada uno en particular. Incluye una degustación de nuestros productos, jugos y platanutres; en el área de la quebrada, ponemos una mesita y ahí, le ofrecemos el refrigerio. Durante el recorrido, hay unos spots para tirarse fotos”.
“Aquí verán los cultivos, un área donde hay gallinas ponedoras, que están en un carrito con ruedas para que pastoreen, las vamos moviendo y, así, no tenerlas en cautiverio total, sino que están libres dentro del carro y van consumiendo lo que encuentran a su paso. También las alimentamos con frutas y plátanos”, expuso.
Además, “tenemos sobre 40 especies de aves. De hecho, parte del nombre Hábitat porque nosotros hemos creado ese lazo, tenemos la finca, pero a la misma vez, estamos en armonía con las especies”.
“Tenemos áreas como el jardín, que estamos tratando de atraer las abejas y polinizadores. Hay pitirres, changos, diferentes tipos de paloma, guaraguao, cotorras, ruiseñor, pájaro carpintero, turpiales, garzas, entre otros. Se pueden escuchar y se pueden ver si es bien temprano”, resaltó al destacar la colaboración de su esposa Génesis Santos.
“Queremos que la gente vea cómo es la agricultura en la montaña. Porque la agricultura es bien distinta en el sur, (que es) todo llano, y en los llanos del norte. Aquí es más trabajoso, todo a mano, no se puede mecanizar prácticamente nada. Es bueno que la gente vea y, sepa el trabajo que se pasa para poder llevar el alimento a los hogares”, confesó.
La próxima meta del joven agrónomo es el acondicionamiento de dos guaguas que adquirió; una para convertirla en tiendita y la otra como fábrica, con la intención de elaborar sus productos.
“La meta es que, antes de que termine el año, tenerlas funcionando como una pequeña cocina industrial para hacer el sofrito, jugos, platanutres y también vendemos tostones en bolsa cuando tenemos mucho plátano”, reveló.
“Me siento contento de hacer esto. Muchas veces, no se valora lo que el agricultor hace. Aunque hay un resurgir de apreciar la agricultura, pero aún no es suficiente. Sin agricultura no hay vida”, concluyó.
Para detalles puede llamar al 787-617-8527 o visitar las páginas de Agroempresas Hábitat en Facebook e Instagram.
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