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Pura aventura en Patillas

La variedad de recursos naturales que ofrece este municipio del sureste de la Isla logra que cada visita sea una experiencia inolvidable

21 de mayo de 2023 - 6:00 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 2 años.
Los Tres Chorros, uno de los espacios icónicos de este municipio. (XAVIER GARCIA)

La variedad de recursos naturales que ofrece el municipio de Patillas para el disfrute del turista aventurero o del que tiene interés en conocer sobre lugares paradisiacos, hace de cada visita a este pueblo del sureste de la Isla una experiencia inolvidable.

Uno de los espacios icónicos de este municipio, que cuenta con una oferta selecta de distracciones, son Los Tres Chorros. Por la carretera PR-184, encontrarás este punto de interés turístico a nivel mundial, con variados niveles de dificultad para la entrada a sus cristalinas y frías aguas provenientes del Río Grande de Patillas.

“Este lugar es para toda persona que quiere conocer y pasarla bien. Aquí tenemos piscinitas para los niños, otras más largas y profundas y hasta cascadas y chorreras naturales. Se debe llegar temprano para escoger el lugar que más te guste. Hay muchas maneras de llegar hasta el Río Grande de Patillas donde nos encontramos y que aquí en este punto se le conoce como Los Tres Chorros”, explicó Ricardo “El Chino” Velázquez Laboy, propietario de Adventure and Water Sports, dedicado a organizar actividades recreacionales y educativas para locales y turistas de todo el mundo.

Charco Azul, lugar muy concurrido y conocido por los amantes de la naturaleza.
Charco Azul, lugar muy concurrido y conocido por los amantes de la naturaleza. (XAVIER GARCIA)

No lejos de allí y de camino hacia el Bosque Carite, se encuentra Charco Azul, otro magnífico lugar muy concurrido y conocido por los amantes de la naturaleza.

Con amplio estacionamiento, a partir de su entrada principal, el visitante caminará unos 20 minutos aproximadamente por una vereda pavimentada, la cual posee varios puentes antes de sorprenderse ante la majestuosidad del embalse natural de aguas prístinas.

De limitada o casi nula dificultad para su recorrido, este lugar es propicio para el esparcimiento y observación de la flora del Bosque Carite.

“Desde el estacionamiento hasta el Charco Azul toma como unos 20 minutos de caminata. No tiene mayores dificultades para los visitantes de diferentes edades y hasta condiciones físicas, siempre con todas las debidas precauciones. Aquí se puede acampar con permiso del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y existen facilidades para que los visitantes se sientan cómodos. El trayecto es de pura contemplación del Bosque de Carite, con sus quebradas y follaje”, puntualizó el guía turístico.

Los residentes del lugar estiman que la ceiba tiene sobre 5 siglos de existencia, lo que podría significar junto a la ceiba del Barrio Mosquito de Vieques, el segundo más antiguo de Puerto Rico.
Los residentes del lugar estiman que la ceiba tiene sobre 5 siglos de existencia, lo que podría significar junto a la ceiba del Barrio Mosquito de Vieques, el segundo más antiguo de Puerto Rico. (XAVIER GARCIA)

Asimismo, la Playa Inches se presenta como alternativa para los amantes del ‘surfing’. Allí también Adventure and Water Sports ofrece recorridos de apreciación de vida marina. Para quienes busquen un sector costero con aguas aptas para bañistas, está el Balneario de la Villa Pesquera.

“En toda la costa uno puede ver tortugas, delfines, langostas, pulpos, carrucho, ballenas, mantarrayas, erizos… en fin una diversidad impresionante de peces y hasta manatíes. Tenemos una barrera de coral vivo que impide que las mareas fuertes nos afecten directamente y es perfecta para el ‘snorkeling’ para todas las edades”, destacó Velázquez Laboy.

Actividades terrestres

Localizadas en la parte norte del estacionamiento principal de la Villa Pesquera, también conocida como Los Bajos de Patillas por su poca profundidad, encontramos las veredas que dan acceso hacia el Humedal Punta de Viento, distinguido por poseer sobre 16 especies distintas de cangrejos, aves migratorias de temporadas, nidos de tortugas marinas y hasta una familia de manatíes que allí habitan.

Al adentrarse en los rústicos caminos entre la vegetación propia de la costa, con sus palmeras, almendros y uvas playeras, el tiempo parece detenerse en la espesura de su vasta extensión donde, a minutos de comenzar a caminar, se aprecian las ‘ventanas al mar’, que son espacios entre los árboles y arbustos costeros en las cuales se puede tener libre camino al mar Caribe.

El hermoso paisaje no deja de impresionar por su abundante flora típica de un bosque subtropical, donde hasta mediados del siglo pasado sirvió como pieza para la siembra de caña de azúcar y donde aún pueden apreciarse restos de la vía del tren que transportaba este producto a las centrales para su procesamiento.

La zona, aunque es privada, tiene libre acceso al público en general debido, entre otros asuntos, a que allí se hallan los cuatro tipos de mangles existentes en Puerto Rico y especies en peligro de extinción, que son protegidos por leyes federales y estatales.

La Playa Inches se presenta como alternativa para los amantes del ‘surfing’.
La Playa Inches se presenta como alternativa para los amantes del ‘surfing’. (XAVIER GARCIA)

En el Humedal Punta de Viento se halla un acceso al mar conocido como ‘La Poza de los Mosquitos’ por la presencia de unos insectos voladores parecidos al aedes aegypti que se agrupan curiosamente sobre el agua, pero inofensivos para el humano.

Ese lugar tiene la característica de poseer un canal acuático dividido entre un extenso arrecife de coral y la costa, donde la profundidad permite el deporte de buceo, ‘snorkeling’ y pesca recreativa.

Un poco más adelante, la ruta conduce hasta un páramo, donde las tortugas marinas desovan en la amplia playa, y también es costumbre observar a varios miembros de una familia de manatíes que frecuentan la zona.

La caminata puede tener una duración de aproximadamente dos horas antes de llegar hasta el Bosque de Pterocarpus, una reserva en la cual se halla un humedal de agua dulce, donde crece este tipo de árbol muy llamativo por sus raíces entrelazadas y a flor de tierra. Conocidos como ‘Palo de Pollo’ por algunos, los vecinos del lugar prefieren referirse a ellos como ‘Patas de Gallina’ por el parecido que tienen las raíces con las extremidades del ave.

Otros lugares de interés para visitar

Un espectáculo que no debes perderte al visitar Patillas es la inmensa ceiba que ubica en la orilla de la carretera 7759 (ramal de la PR-181) en el sector Los Barros del Barrio Marín.

Los residentes del lugar estiman que el árbol de proporciones gigantescas tiene sobre 5 siglos de existencia, lo que podría significar junto a la ceiba del Barrio Mosquito de Vieques, el segundo más antiguo de Puerto Rico.

Finalmente, en el trayecto hacia la ceiba y en la misma carretera 181, se observa la majestuosidad del Lago de Patillas y la represa centenaria erigida en 1914. Su máxima extensión es apreciada a orillas de la vía, la que tiene varios espacios de aparcamiento para beneficio de quienes deseen detenerse a contemplar el paisaje.

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