Un afluente subterráneo que cruza por debajo de la plaza pública Manuel Frías Morales originó una leyenda que da nombre al cognomento de Florida, el municipio más joven de Puerto Rico fundado en 1971, bajo la administración del entonces gobernador Luis Alberto Ferré Aguayo.

Se trata del Río Encantado, que nace en el pueblo de Ciales y desemboca en Manatí, siendo considerado el segundo torrente bajo tierra atravesado por el hombre en todo el planeta, superado por el Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa en Filipinas.

El área, protegida por el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, cuenta con un sistema de 23 cuevas que discurre, aproximadamente, a unos 250 metros de profundidad y se extiende por 16.9 kilómetros.

La llamada “Tierra del Río Encantado”, es el segundo territorio más pequeño de la isla, pero la riqueza de su belleza natural y calidad humana supera, por creces, el tamaño de este pueblo ubicado al sur de Barceloneta.

De acuerdo con la fundadora del Museo Invisible, Kiomarie Zapata Cruz, “el río pasa por el medio de la plaza pública y muchas personas mayores dicen que, cuando ellos eran jóvenes, podían pararse en la plaza y escuchar el río”.

La razón, según Zapata Cruz, “era porque detrás de la iglesia católica estaba lo que se conoce como ‘el pozo el junco’. Eso era una finca de una familia que dejaba que los vecinos pudiesen recoger el preciado líquido para sus hogares”.

Una de las primeras paradas en el pueblo es la Panadería Dulce Masa en la carretera PR-140, que sirve como punto de partida para los visitantes quienes aprovechan para desayunar antes de iniciar el recorrido.

“Luego, paramos a ver la bandera de Puerto Rico, pintada por Héctor PR, que se encuentra a la entrada del casco urbano, es lo primero que vas a encontrar a mano derecha. Inmediatamente, está la plaza de recreo Manuel Frías Morales donde se encuentra la iglesia católica Nuestra Señora de la Merced”, detalló la joven de 29 años.

Otra visita en el casco urbano es hacia la Plaza de los Fundadores, un espacio que honra a los integrantes del primer grupo de florideños que luchó para que, el entonces poblado, fuese reconocido como municipio.

“Esto para recordar y honrar a nuestros fundadores, ya que son unas personas muy importantes para nosotros porque sin ellos no hubiéramos logrado convertirnos en el último municipio de Puerto Rico. Ahí puede apreciarse la figura de Ramón Montoyo, Francisco Díaz Marchand, Carmen Padró Torres y María Torres Molina. Ellos fueron los primeros titanes y quisimos plasmar la figura de este grupo”, explicó.

Al salir de la plazoleta, está el Museo Invisible, ubicado en el segundo nivel de la biblioteca municipal, detrás de la Casa Alcaldía.

“Se llama Museo Invisible porque, cuando yo comienzo a hacer mi proyecto de maestría en Gestoría y Administración Cultural de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, no tenía un espacio a donde exponer las colecciones. Para darle algo de curiosidad a las personas que nos vayan a visitar, decidimos llamarlo invisible porque no existía”, relató.

El lugar exhibe colecciones de fotografías antiguas sobre la educación, arquitectura del pueblo y memorabilia de las reinas de Fiestas Patronales, entre otra temática.

“Una de las colecciones es dedicada a las reinas de las Fiestas Patronales y a otras reinas que han surgido de Florida. Igualmente, contamos con colecciones sobre la educación en Florida, hay un área de maestros destacados, clases graduandas y las tres escuelas que hubo para ese tiempo”, esbozó.

“Además, tenemos una colección dedicada a los edificios históricos de Florida. Se titula ‘La línea del tiempo’, que hace una comparativa con el antes y el ahora. Comparamos lo que era el edificio en aquel tiempo, por ejemplo, la Cafetería El Junco, a cómo es ahora. Igualmente, tenemos la Casa Alcaldía”, apuntó.

Entre las curiosidades sobre la ‘Tierra de los mogotes’, es que allí no hay semáforos ni ‘fast foods’. No obstante, el pueblo cuenta con más de 23 localidades de ofrecimiento gastronómico, principalmente comida criolla.

“Otro lugar para visitar es la Hacienda Don Benito en el sector La Ceiba en donde pueden apreciar interesantes antigüedades y objetos que son parte de la historia puertorriqueña. Ellos tienen una estructura antigua con el inmobiliario antiguo”, sostuvo sobre el espacio que contiene innumerables recuerdos como radios, teléfonos, utensilios de cocina, entre otros.

Entretanto, el Parque Ecológico Jannette González Sánchez, es otro de los lugares favoritos para compartir en familia, ya que cuenta con un lago artificial en un espacio donde sobresalen cientos de patitos y tortugas.

“Ahí se pueden realizar distintas actividades, entre estas, visitar alguno de sus tres concesionarios a donde pueden comer pizza, paletas de mantecado o darle comida a los cientos de patitos y tortugas que embellecen el lugar. Es un lago artificial, que desemboca en el Río Encantado, tiene un puente que pasa por encima a donde las personas caminan y se toman fotografías”, resaltó.

“Igualmente, tienen unos kiosquitos donde la gente celebra cumpleaños y fiestas familiares. Además, cuenta con pista de patinaje y un kiosco donde alquilan bicicletas eléctricas para pasear por el parque ubicado en la carretera Heriberto González”, agregó.

El recorrido culminó en el restaurante Kairos Campo Adentro, en donde además de la riquísima comida criolla, hay una granja con variedad de animalitos para el deleite de grandes y chicos.