La indiscutible belleza que caracteriza al pueblo de Río Grande no deja de sorprender a sus visitantes que, al recorrer sus espacios, se topan con una estructura que les haría pensar que salieron del país, pues su diseño arquitectónico se asemeja al Taj Mahal en la India.

Se trata del Santuario de Amosito, una edificación perteneciente a la iglesia Pueblo de Amós, que resalta por sus impresionantes vitrales, tres cúpulas y siete columnas que rodean el monumento ubicado en una hacienda del barrio Guzmán Abajo.

La estructura es un museo donde reposa el cuerpo de Amós Tosado, fundador de la denominación religiosa que cuenta con congregaciones en Puerto Rico, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala. También tiene congregaciones en Estados Unidos, hermanos en Canadá, España, Colombia y Perú.

Cuenta con un teatro, y exhibe objetos personales del llamado profeta o guía espiritual, entre estos, sus vestimentas, muebles, regalos y la maqueta del santuario, cuya conceptualización fue inspirada por el propio “Amosito”, antes de fallecer en el 2007.

De acuerdo con Hadassa Díaz, vicepresidenta de la Junta de Directores del Pueblo de Amós, “es un edificio que hemos levantado para honrar la vida de Amós Tosado, un puertorriqueño que ha sido un instrumento de Dios, predicando la palabra de Dios”.

“El cuerpo (de Amós) está aquí. Tenemos un mausoleo y todo lo demás es un museo. En el Santuario de Amosito tenemos unas galerías dedicadas a un ser humano en el cual papa Dios obró. Tenemos las galerías arriba que son las cositas dedicadas a los vivientes, un área que será una biblioteca donde se pondrán los mensajitos, está el escritorio, algunas vestimentas”, sostuvo la fémina, quien llegó pequeña a la congregación de la mano de su madre.

“También existe un teatro donde en ocasiones presentamos la historia de la iglesia y celebramos algunos servicios, todo para seguir llevando este mensaje de hacer el bien. Tenemos áreas de meditación”, agregó Díaz, de 46 años.

Igualmente, explicó la semejanza del santuario con el Taj Mahal.

“Cuando se diseñó el templo, Amós dijo: ‘Esto es lo que yo quiero para el templo, pero me hubiese gustado como el Taj Mahal, un edificio dedicado al amor’…

Esto es simbólico, pensamos, porque si te fijas, como creemos en la Divina Trinidad, pues las cúpulas son tres para representar la Divina Trinidad. Creemos en los siete dones del espíritu de Dios, el cual uno tiene que ser dotado para Dios obrar a través de uno. Pues tenemos las siete columnas afuera. Es como si fuera un mini Taj Mahal”, admitió.

La estructura es circundada por árboles frutales, entre estos, cítricos, mangó, aguacate, arbustos con flores y, al bajar por la hacienda, se aprecia el refrescante paisaje del río que pasa por el terreno.

“Hay una galería de siembra porque él nos enseñó a sembrar; esto es una finca con amor a la naturaleza. Dedicó unas cinco cuerdas para que las mismas familias, las congregaciones en Puerto Rico la adoptaran y sembráramos”, resaltó.

“Estamos en Río Grande porque papa Dios lo quiso y ha sido una gran bendición estar entre la naturaleza, tener al Yunque de vecino, es precioso”, agregó acompañada de otros directivos de la iglesia.

Cabe destacar que junto al santuario se encuentra la iglesia, cuya fachada con 12 columnas tiene un diseño de inspiración oriental.

“Nosotros somos cristianos, esto es la continuación de cristianismo primitivo, en el aspecto de que Jesús nos prometió un nuevo consolador, siempre San Pablo decía que nosotros fuimos creados para ser templo de Dios. Amós ha sido una persona que el mismo espíritu santo lo ha utilizado de una manera bien linda, bien poderosa para traer esperanza en todas las almas”, puntualizó al destacar que en la isla cuentan con unos 150 feligreses.

Para visitar el santuario puede llamar al 787-315-8454.