Desde que comenzó a dirigir en propiedad en 2017, la trayectoria de Wilhelmus Caanen para lograr un campeonato como técnico en el Baloncesto Superior Nacional (BSN) estuvo llena de retos.

En el 2019, perdió una serie final al mando de los Leones de Ponce contra los Santeros de Aguada. Luego, en 2022, sufrió una barrida en cuatro juegos en las semifinales frente a los Vaqueros de Bayamón, que le costó el trabajo en la Perla de Sur, su pueblo natal.

En 2023, Caanen aceptó el reto de dirigir a uno de los equipos de abajo al tomar la dirección de los Grises de Humacao, que terminaron quintos en la Sección B y no avanzaron a los playoffs. Este año, la franquicia de Humacao se mudó a Caguas y él siguió al frente del conjunto. Caguas no era una plaza desconocida para él, ya que allí jugó del 1996 al 2000.

Caanen comenzó a practicar bajo un nuevo logo el pasado 20 de febrero, el primer equipo que se tiró a la cancha de cara al torneo 2024. El viernes, 30 de agosto, Caanen finalmente pudo decir que es campeón del BSN, cuando los Criollos vencieron 96-81 a los Osos de Manatí en el séptimo y decisivo partido en el Coliseo Roger Mendoza.

“Todo son procesos de crecimiento. Cada vez que surge algo bueno o malo, especialmente en las adversidades, me ayudan para educarme y seguir creciendo”, dijo Caanen, de 54 años, a El Nuevo Día en medio de la celebración criolla.

“He tenido un equipo de apoyo en mi hogar durante todos estos años. Cuando la gente piense que yo estoy pasando por un mal momento es que estoy pasando por un buen momento. Eso me lo enseñó mi gente cercana, familia y amigos”, agregó.

Los Criollos de Caanen dieron un golpe temprano en la fase regular con siete victorias consecutivas. Pasaron semanas en el primer lugar de la Sección B. Al final de la fase regular, culminaron terceros con récord de 19-15.

En cuartos de final, Caguas derrotó en siete juegos a un viejo rival de Caanen, en los Santeros de Aguada. En semifinales, despachó en seis partidos al equipo que dirigió por un lustro: los Leones.

La final tocó contra los Osos de Manatí, una escuadra con un talento nativo envidiable con Chris Ortiz, Isaac Sosa, Jhivvan Jackson, Ethan Thompson, Alex Morales, Jordan Howard y Tyler Davis.

Caanen dijo que lo vivió esta temporada no fue normal. Los Criollos no ganaron sus primeros tres juegos de la final en su casa, pero sí respondieron saliendo airosos tres veces en la carretera, obligando el séptimo juego de vuelta al Roger Mendoza, donde finalmente pudieron frenar a Manatí para el primer campeonato de Caguas desde 2006.

“Llegamos a Caguas con esta administración, con este grupo de personas, no es normal. Yo comencé en el Baloncesto Superior en 1989 y lo que he vivido este año no es normal. Dios nos bendiga y nos acompañe. Sé que acabamos de quedar campeones y Dios nos dará a entender la importancia de creer en los procesos para seguir hacia adelante”, comentó Caanen, sin saber cómo reaccionar a algo que nunca había experimentado.

“Me imaginaba que íbamos a tener un equipo unido, que iba a entender que íbamos a vender caras la derrotas, que íbamos a ser los más duros que jugábamos. Que aquí nadie iba a josear más que nosotros. La meta era clasificar. Una vez clasificamos, teníamos que seguir creciendo de ese momento y se nos fue la mano. Gracias a Dios primero que todo por darnos esta fortaleza, que las cosas haciéndose bien se logran”, finiquitó.

Caanen, Dirigente del Año en 2017 con los Atléticos de San Germán, es el primer mentor en quedar campeón en el BSN en una década fuera de Nelson Colón, Rafael “Pachy” Cruz y Carlos González.

Colón ganó con los Leones en 2014 y 2015, y con los Vaqueros en 2020 y 2022. Cruz alzó campeonatos con estratega con los Capitanes de Arecibo en 2016, 2018 y 2021. González, por su parte, alzó títulos con Quebradillas en 2017, con Aguada en 2019 y con Carolina en 2023.