Con una potente recta a 101.1 millas, el cerrador boricua Edwin “Sugar” Díaz abanicó al peligroso Kyle Schwarber para sellar la victoria y el pase de los Mets de Nueva York a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en la jornada del pasado miércoles.

Los Mets salían airosos 4-1 en el cuarto choque de la Serie Divisional para sacar del camino a los Phillies de Filadelfia, gracias a un ‘grand slam’ del boricua Francisco Lindor.

De inmediato, la euforia se apoderó del Citi Field; en las gradas y en el terreno de juego. Lo usual es que los jugadores salgan a celebrar con el lanzador en medio del diamante.

Esta vez, no fue así.

Díaz fue muy cuidadoso. Y se pudo observar en la manera que le pedía a sus compañeros que llegaran calmados al lugar donde él estaba. Tenía una razón de peso para hacerlo.

Hace más de un año vivió una pesadilla en una situación similar. En el último juego de la primera ronda del Clásico Mundial de Béisbol 2023 en Miami, el naguabeño ponchó a los tres bateadores de República Dominicana para que los boricuas avanzaran de ronda y eliminaran a los dominicanos.

De inmediato, los jugadores de Puerto Rico salieron a celebrar con Díaz. Y allí ocurrió lo inesperado. El lanzador cayó al suelo y se lastimó la rodilla derecha, que requirió una cirugía y le hizo perder toda la temporada 2023 con los Mets en las Grandes Ligas.

Así que esta vez, Díaz está más cauteloso. Y sus compañeros lo entienden.

Los Mets ahora esperan por el ganador del juego decisivo entre los Padres de San Diego y los Dodgers de Los Ángeles a celebrarse el viernes en la noche.