Nick Acosta, quien trabajó más de 45 temporadas como preparador físico con los Cangrejeros de Santurce en la liga invernal de béisbol y quien laboró de cerca con legendarias figuras como Roberto Clemente y Ángel “Junior” Cordero, falleció en la madrugada de este sábado en un hospital en Carolina.

Tenía 91 años.

La información de su fallecimiento fue dada a conocer públicamente por el dirigente Mako Oliveras y confirmada por su hija Gisenia Acosta.

Nick falleció por problemas respiratorios a consecuencia del COVID-19, dijo su hija.

“Es un gran dolor perder a nuestro padre. Estamos supertristes. Papi era una persona bien humilde y que quería ayudar a todo el mundo. Trabajó muchísimo y fue una persona muy querida. Hemos estado recibiendo muchos mensajes... mensajes de peloteros y de otras personas”, compartió Gisenia con El Nuevo Día.

“Recuerdo que cuando pequeña salía con él a la calle y la gente lo reconocía. Y algunas personas le contaban de los dolores que sufrían y él las acostaba en el bonete del auto, como si fuera una camilla, y las trataba. Son cosas que nunca voy a olvidar”, compartió Gisenia.

Nick, apodado “Mano Santa” por Oliveras, fue una figura que dejó una huella en el deporte puertorriqueño como preparador físico.

En el béisbol estuvo ligado a los Cangrejeros de Santurce desde la década de 1960. Trabajó muy de cerca con el legendario Roberto Clemente. Y no solo aquí en la isla.

“Cuando Roberto jugaba con los Pirates en las Grandes Ligas, enviaba a buscar a Nick para que trabajara con él. Nick le decía que el equipo de Pittsburgh tenía su personal, pero Roberto lo quería a él”, contó el periodista Rubén Rodríguez, quien laboró por décadas en El Nuevo Día.

“Y Roberto Alomar también era otro que lo enviaba a buscar y hasta una vez trabajó con Roger Clemens, a quien iban a operar, y Nick evitó que lo operaran”.

Rodríguez también recordó que Nick estuvo en la esquina del boxeador argentino Oscar Bonavena para su pelea con Muhammad Ali en 1970. El combate se celebró en el Madison Square Garden de Nueva York con una victoria para Ali por nocaut.

“Además del béisbol, Nick estuvo bien envuelto con boxeadores y jinetes, incluyendo a Junior Cordero. Era una persona muy alegre y querida. Era el mejor”, agregó Rodríguez.

A Nick le sobreviven su esposa María Fargas y sus siete hijos. Más adelante, la familia ofrecerá información del velatorio.