El lanzador puertorriqueño José Berríos está consciente que los Blue Jays de Toronto podrían realizar algunas movidas de personal en anticipo a la temporada de Grandes Ligas de 2025, pero el derecho se siente con la autoridad como para salir en defensa de algunos compañeros, como el primera base dominicano Vladimir Guerrero, Jr.

Una autoridad que se la dan sus 16 victorias, el segundo mayor total en la pasada campaña en todo el béisbol de las Mayores, con lo que terminó entre los mejores cinco lanzadores.

De paso, Berríos, cuyo récord final fue de 16-11 y tuvo la segunda mejor efectividad de su carrera en una campaña con 3.60, volvió a demostrar también que es uno de los serpentineros de mayor durabilidad en el juego actual.

Por sexta vez en su trayectoria realizó más de 30 aperturas (en todas ha llegado a 32), y nuevamente quedó cerca de alcanzar las 200 entradas en un año.

A poco menos de llegar al pundo medio de su contrato por siete temporadas y $131 millones que firmó en el periodo muerto a finales de 2021, Berríos ha cumplido con creces su cometido en un equipo que le ha faltado empuje y que no le ha dado suficiente apoyo ofensivo cuando el boricua está en la lomita.

A pesar de eso ha ganado 39 partidos en las últimas tres campañas en un club cuyas figuras jóvenes de la alineación regular no las han tenido todas consigo.

Encima, Guerrero Jr. es mencionado como posible ficha de cambio, al tiempo que trascendió que Toronto será uno de los equipos que negociará en el mercado de agentes libres con el más cotizado de este invierno, el jardinero dominicano Juan Soto.

Guerrero, hijo, será agente libre en 2026 y Berríos aboga por una extensión de contrato para el inicialista.

“Quisiera que los que estamos nos quedemos, y que añadan, no quiten al equipo. Entiendo que la prioridad debe ser firmar a Vladimir; retenerlo. Es el niño de la organización, un gran atleta, un buen ser humano. Sí han mencionado lo de Juan Soto, pero yo entiendo que la prioridad debe ser Vladi. Después que firmen a Vladi, que adquieran lo que ellos quieran. Pero ahora mismo la proridad debe ser Vladimir Guerrero”, dijo Berríos a El Nuevo Día en un aparte tras la conferencia en que anunció detalles del evento benéfico que está organizando con el personal de su Fundación La Makina, “El Dream HR Derby & Celebrity Softball Game” el 14 de diciembre en Carolina.

Allí se unirá a su compadre, el campocorto de los Tigers de Detroit, Javier Báez, quien también está estrenando una Fundación (El Mago Foundation) con propósitos benéficos para impactar la niñez del país.

“Gracias a Dios tuve un año increíble, en el que me divertí mucho, pero a la misma vez aprendí, porque tuve un gran arranque que sonaba a ser Cy Young, pero en el béisbol uno tiene que ser consistente de principio hasta el fin. Y a mitad de temporada comencé a fallar, pero aprendí, pude hacer ajustes, y pude terminar la segunda mitad fuerte. Hasta llegué a ganar siete juegos corridos, que nunca lo había logrado en mi carrera”.

Berríos reconoció que pudo haber estado cerca de quedar incluso entre los tres finalistas al premio Cy Young al mejor lanzador de la Liga Americana, cuyo ganador se anunciará este miércoles. Al mencionársele el hecho de que sus números fueron similares a los de uno de los candidatos, el derecho de ascendencia boricua de los Royals, Seth Lugo, prefirió alabar su talento que mencionar su rendimiento de 2024.

“El béisbol ha ido creciendo y se ha complicado. Es increíble como ha evolucionado. Somos muchos los buenos, pero son tres los nominados y al final gana uno. Contento por Seth Lugo, de descendencia boricua, pero fuera de eso lo pude conocer como persona en el Clásico Mundial de 2017, y es un gran ser humano. Muy contento por él, por el éxito que tuvo en 2024″, expresó el bayamonés.

Lugo tuvo el mismo número de victorias que Berríos, con 16, pero dos derrotas menos y mejor efectividad, con 3.00, en un total de 33 aperturas. También ponchó a 181, mientras Berríos abanicó a 153.

Berríos se siente agradecido por el balance final de su temporada, aunque como equipo esperaba más.

“Pude acumular la mayor cantidad de victorias de mi carrera, algo que no me lo puedo explicar. Sí agradecido, pero no puedo explicármelo, porque realmente como equipo no tuvimos el mejor año. Me siento culpable, porque sí tuve 16 victorias, pero soy parte del equipo, y si perdemos, perdemos todos. Llegando últimos no puedo explicarme cómo pude lograr 16 victorias”.

Con registro de 74-88, los Blue Jays llegaron lejos de todo. Quedaron quintos y últimos en el sótano de la División Este de la Liga Americana, a 20 juegos de los líderes Yankees de Nueva York, y a 12 del tercer boleto ‘wild card’ de su circuito.

Muy distante de las pretensiones ganadoras que tenía la gerencia cuando contrató al dirigente puertorriqueño Charlie Montoyo hace unos años, para hacerse cargo de una plantilla de jugadores jóvenes que prometían, y que llegaron a su mejor momento en 2021 cuando los Blue Jays jugaron para 91-71 con Montoyo todavía al mando.

Pero la paciencia de la gerencia no fue mucha y a pesar de que jugaban para récord positivo en la temporada siguiente, el boricua fue despedido.

Desde entonces, al equipo no le ha ido mucho mejor.

Guerrero viene de una temporada destacada con bateo de .323 y 30 cuadrangulares con 103 carreras remolcadas, aunque venía de poner la vara bien alta en 2021 con 48 bambinazos y 111 remolcadas.

Pero otra de las piezas claves del equipo, el campocorto Bo Bichette no las tuvo todas consigo en 2024 y las lesiones lo limitaron a solo 81 juegos.

“Si me pongo a pensar y analizar, nunca voy a llegar a la conclusión. Es solo porque Dios lo quiso. El béisbol es impredecible, porque a veces el equipo batea mucho y yo pitcheo mal”.

Berríos entiende que es necesario hacer movimientos en su equipo para aspirar a playoffs en 2025, y en lo personal, está claro en sus metas.

“Realmente es mejorar la efectividad. Sigue estando la meta de poder lograr 20 victorias, pero mejorar la efectividad es algo que sería para mí. Para lograrlo tengo que trabajar para ser más consistente”.