El fallecimiento el lunes del legenderio exjugador de los Reds de Cincinnati, Pete Rose, ocurrió por causas naturales, específicamente un par de condiciones de salud según la Oficina Forense del Condado de Clark en Nevada.

La cadena ESPN fue la primera en reportar los resultados de la autopsia, citando una declaración de la forense Melanie Rouse, que identificó las causas como “enfermedad cardiovascular hipertensiva y aterosclerótica con un estado significativo de diabetes mellitus”, en otras palabras, presión arterial elevada y endurecimiento de las arterias.

Rose, poseeedor del récord de todos los tiempos de hits conectados en el béisbol de Grandes Ligas, con 4,256, murió a los 83 años, apenas un día después de participar junto a varias figuras de su época en una evento de firma de tarjetas de peloteros, en Nashville, Tennessee.

Uno de esos fue el otrora primera base de los Reds y compañero de Pete, Tany Pérez, quien dijo en entrevista con El Nuevo Día que lo notó el domingo cansado y sin el mismo ánimo jovial de antaño. Pérez dijo también que al parecer Rose no se estaba cuidando de sus condiciones.

En total Rose jugó 24 temporadas en las Mayores para los Reds de Cincinnati, los Phillies de Filadelfia y los desaparecidos Expos de Montreal. Ganó tres títulos de la Serie Mundial, dos con Cincinnati y uno con Filadelfia.

Además ganó un premio de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1973, y el trofeo de Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 1975. También fue el Novato del Año de la Nacional en 1963.

Su promedio de bateo de por vida fue de .303. Entre sus múltiples logros consiguió tres títulos de bateo.

Nunca fue considerado para exaltación al Salón de la Fama al descubrirse en 1989, cuando dirigía a los Reds, que había estado involucrado por años en las apuestas deportivas, en béisbol, y la oficina del béisbol de Grandes Ligas (MLB, por sus siglas en inglés), lo castigó de por vida.