Carolina - Hace cuatro años el miembro del Salón de la Fama Atanasio “Tany” Pérez visitó el hogar del hermano de Roberto Clemente para escoltar un bate firmado por uno de los boricuas en el recinto inmortal de Cooperstown, Orlando “Peruchín” Cepeda.

Ese enero de 2020, Pérez le prometió a Justino “Matino” Clemente que regresaría para otorgarle un madero firmado por él. Ese día llegó este sábado, cuando Pérez, que reside en Miami, le entregó a “Matino” en sus manos un bate marca Louisville Slugger, modelo 125, en el mismo escenario en que se lo prometió.

El madero no podía tener otras especificaciones, pues posee justamente las descripciones del que utilizó Tany a lo largo de sus 23 temporadas en las Mayores. El mismo madero, confirmó Pérez, utilizó el legendario Babe Ruth.

“Matino, por haber mantenido viva la imagen de su hermano Roberto... con respeto y admiración, Tany Pérez, Hall of Fame”, fue la dedicatoria que escribió el expelotero de los Reds de Cincinnati en el bate, y que le leyó a “Matino” al entregárselo.

“Yo se lo prometí y yo sé que a él no se le olvida. Hubo cosas que para conseguir el bate no fue fácil, pero pude conseguirlo... me siento muy orgulloso, hoy es un día grande porque “Matino” ya está satisfecho”, dijo, además, Tany.

El rostro de Justino, acompañado de sus hijas Janet y Judith Clemente, resplandeció al instante.

“En recordación de Roberto, uno de los días más felices para mí ha sido esta entrega que me ha hecho Tany, lo quiero mucho y a su familia. Lo respeto”, respondió “Matino” con la promesa ya en sus brazos.

El bate firmado por el también campeón de dos Series Mundiales y siete veces Jugador Todo-Estrella se une al de los recién fenecidos Cepeda y Willie Mays, y de otros boricuas en el Salón de la Fama como Roberto Alomar y Edgar Martínez. Aún le falta eganalar en su museo del 21, un madero firmado por Iván Rodríguez.

No obstante, la visita de Tany sirvió, a su vez, para que se llevará la asignación -no obligatoria- de conseguir el bate firmado por Iván.

“Cuando lo vea, se lo digo, lo hablaré...”, expresó Pérez.

El propósito principal de la visita de Tany era la entrega del bate, pero fue imposible no recordar historias de los años en los que coincidió con el protagonista del inolvidable hit 3,000, que consiguió Roberto el 30 de septiembre de la temporada de 1972, que resultó su última pues apenas tres meses luego moriría trágicamente al caer al agua el avión en que llevaba suministros para las víctimas del terremoto de Nicaragua. en diciembre de ese año.

“Yo era novato, y un día Roberto estaba en el right field y estaba bateando un zurdo con dos outs. Entonces, estoy corriendo en primera, dan un hit al right field y yo dije, ‘voy a correr hasta tercera base’, pero el coach me está pidiendo que me tire y yo pienso, ‘pero por qué si yo debo llegar parado’. Cuando me deslizo ya la bola me estaba esperando. Y yo dije, ‘pero, ¿que pasó?’, y el coach me responde ‘mira para allá, allí está Roberto’. Nunca más le corrí”, recordó Tany, mientras los pocos presentes rieron a carcajadas.

El exaltado al recinto inmortal de Cooperstwon en el 2000 admitió tenerle miedo al bate de Clemente cuando él defendía la primera base de los Reds. Pero la misma sensación tal parece que también la tenía Clemente, de acuerdo a “Matino”.

“Cuando Tany bateaba, Clemente decía que no seguía la bola hasta que daba en la verja porque retrocedía muy fuerte. Si la iba a buscar, podía dar hasta un jonrón de pierna. Lo velaba mucho”, recordó “Matino”, que procuró que Tany posara con el madero y se mostrara “intimidante”.

Entre tantos otros momentos, Tany recordó y compartió el respaldo que siempre sintió de Clemente, aun siendo rivales.

“Él era una inspiración. Siempre que hablábamos te decía algo para ayudarte, para mejorar, como si fuera de la familia. Era para que te superaras. Él siempre estaba alabando a uno, no a mí nada más, sino a muchos latinos”, sentenció Pérez, al reconocer las luchas que dio Clemente en las Mayores por los peloteros latinos y los negros.