Al son de una batucada, y entre globos y pancartas de reconocimiento, los medallistas de plata en la Copa del Mundo de béisbol Sub-23 aterrizaron el martes en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín de Carolina.

Familiares y amigos recibieron al Equipo Nacional de béisbol Sub-23, que el pasado domingo en la mañana en Shaoxing, China -sábado en la noche en Puerto Rico- escribieron una nueva historia deportiva en la isla al quedarse con la medalla de plata.

En la final, los boricuas cayeron 5-0 ante el bicampeón Japón.

Ya de vuelta a la realidad, y con la medalla de plata colgando de sus cuellos, los jóvenes se mostraron agradecidos. El equipo llegó el martes a Puerto Rico tras dos días de viaje desde China.

“Gracias doy a mi familia, sin ellos nada. Estoy superemocionado por ponerme la jersey (de Puerto Rico) es otro feeling. Se siente brutal y me siento superhonrado... todo el mundo estaba enfocado, queríamos brindarle honor y patria a Puerto Rico”, expresó el Jugador Más Valioso (MVP, en inglés) del Mundial, Edgardo Villegas Rosado, tan pronto aterrizó en la isla.

Villegas Rosado promedió .500, al batear 10 imparables en 20 oportunidades, anotar nueve carreras y recibir 10 boletos gratis. El estudiante de la Universidad de Miami fue el campeón bate del torneo.

“Eso es el sinónimo de mucho sacrifico y gracias a Dios uno va viendo los frutos y manteniéndose enfocado. Estoy agradecido con Dios por las bendiciones que me ha puesto”, agregó el jugador, rodeado de pancartas con recortes de periódicos de los pasados días sobre el MVP.

De otro lado, el lanzador Jorhan Laboy resaltó que aunque la meta desde el día inicial fue la medalla de oro, fue “una experiencia única”.

“Tuvimos la (medalla de) plata que nunca había pasado y lo logramos. Se siente impresionante”, destacó Laboy, incluido en el equipo Todos Estrellas del Mundial junto a Villegas Rosado.

Los boricuas, que finalizaron el torneo con marca de 7-2, consiguieron su primera medalla de plata en el certamen, lo que significó la mejor actuación de un equipo patrio en un evento de dicha categoría de la Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol (WBSC).

“La meta fue jugar en familia, muchos nos conocemos desde que somos muy pequeños, y esto es un equipo muy unido”, compartió, de otra parte, el campocorto Randal Díaz.

“Podemos jugar a cualquier nivel, pero representar a tu país es una experiencia inolvidable... Uno siempre está viajando y estar aquí es otro sentimiento”, dijo Díaz sobre el eufórico recibimiento que continuaba el martes con una caravana hasta el Liberty Square en San Patricio Plaza, en Guaynabo.

La novena boricua fue dirigida por el exgrandesligas Juan “Igor” González, cuyo trabajo fue reconocido por los jugadores.

“Eso es otra cosa, tú nunca piensas que vas a estar cerca de una persona así de grande. Es tremendo ser humano y tremendo dirigente”, aseguró el campocorto Díaz.

Para González, por su parte, fue un honor proclamarse un estratega mundialista.

“Este equipo dio todo lo que tenía. Se entregaron dentro de esas dos líneas y pudimos lograr esa gesta histórica para nuestro país. (Fue) un grupo especial, unido hasta lo último y siempre llevando en mente que esas 10 letras pesaban. Así lo hicimos”, expresó el piloto, al agregar que la preparación del conjunto completo recayó en cuatro días.