El pueblo sureño lleva con orgullo ser el lugar de nacimiento o de crianza de cinco jugadores que han visto acción en el máximo béisbol
El pueblo sureño lleva con orgullo ser el lugar de nacimiento o de crianza de cinco jugadores que han visto acción en el máximo béisbol
20 de abril de 2022 - 11:40 PM
Son cinco deportistas que han inspirado a generaciones de fanáticos. Se han convertido, en distintas épocas, en leyendas del béisbol y los cinco nacieron o se criaron en Santa Isabel, siendo uno de los pueblos de la isla con mejor cosecha de peloteros.
Félix Torres, Bienvenido Rodríguez, José “Chevel” Guzmán, Benito Santiago y Carlos Correa han desfilado por los diamantes de las Grandes Ligas y, de esta forma, han enorgullecido el corazón de su gente, que fielmente pregona y alardea de su cognomento: “Tierra de Campeones”.
El narrador, periodista y analista deportivo santaisabelino, Raúl Cintrón, repasó las trayectorias de estas grandes figuras del béisbol.
El jugador de tercera base fue el primer santaisabelino en llegar a las Grandes Ligas. Debutó un 10 de abril de 1962 y jugó su último partido el 3 de octubre de 1964. Aunque fue corta su estadía en las Mayores, su historia de cómo llegó a las Mayores es digna de ser contada y recordada.
Según contó Cintrón, Torres trabajaba en la Central Cortada y, en su tiempo libre, acostumbraba a jugar pelota con sus compañeros, para luego regresar a sus labores. Pero su talento era tal, que un día llegaron a firmarlo a su lugar de trabajo.
“En las colonias de caña de Santa Isabel, el patio mayor era el área donde se cobraba y donde se guardaban los carretones, era un terraplén y lo limpiaban y empezaban a jugar béisbol. Allí jugaba y de ahí nació Félix, quien era un obrero de la caña. Él jugaba tercera base y fildeaba en esos terrenos malos y las cogía todas”, afirmó el narrador deportivo.
Entonces, se comenzaron a crear equipos de Clase A en los barrios, se hablaba de los mejores prospectos y ahí llegó el día de suerte de Torres. “Vieron jugar un domingo a Félix y, en una pieza de caña, fueron y lo llamaron y le preguntaron: ‘¿cuánto tú te ganas aquí? En aquella época pagaban unos $2.50 a $3 pesos al día, y él le dijo: ‘yo me gano $21 a la semana’. Entonces le dijeron: ‘te vamos a dar $25 pesos solo por firmarte, y vas a jugar con nosotros en la pelota profesional con Ponce. Ya no vas a trabajar más en la caña, nosotros te vamos a pagar por jugar pelota semanalmente a razón de $40 semanal’”, relató Cintrón.
Ese salto inesperado a la pelota profesional luego le abrió las puertas a las Grandes Ligas. Torres fue firmado por Angels de Los Ángeles y su vida cambió por completo. “Félix tenía una virtud que era un guante fino, por ahí no pasaba nada, tenía un brazo poderosísimo. Era buen bate y tiene unos récords con ese equipo de más ‘doble plays’ y ‘triple plays realizados”, destacó el narrador. No obstante, al no dominar el inglés, Torres dependía de otros compañeros que lo asistieran y, -temprano en su carrera- decidió abandonar el barco aun teniendo el talento para continuar jugando muchos años más.
“Cuando a él lo firman, él dice: ‘no puedo ir para allá porque no sé inglés y no sé escribir. Yo solo sé firmar y contar los billetes’. En esa época le dicen: ‘no hay problema, usted va a estar en una finca donde hay varios jugadores latinos, incluyendo de Puerto Rico: Víctor Pellot. Él fue a Doble A y Triple A con Pellot y, juntos, subieron a los Angels. Él (Félix) accedió a irse porque Víctor le servía de intérprete para todo. Después de jugar esos tres años, a Víctor lo mueven de los Angels y Félix se queda solo y, como no entendía el idioma se sintió perdido y, siendo un jugador versátil y muy bueno decide retirarse y quedarse jugando en Puerto Rico”, destacó Cintrón, quien hace un año fue responsable de coordinar un homenaje para Torres, donde a sus 92 años se le reconoció como “Atleta Distinguido” y “Persona Distinguida” de Santa Isabel.
“Ese día, él lloró, se emocionó tanto al decir: ‘mi pueblo no me olvidó. Me muero y me muero feliz’”, recordó Cintrón. Cabe mencionar que Torres aún reside en su barrio de Playita de Cortada, así que es toda una leyenda viviente de la “Tierra de Campeones”.
Este receptor santaisabelino fue uno de los primeros puertorriqueños en llegar a Ligas Negras. Jugó en la pelota profesional de la isla con los Criollos de Caguas y de ahí lo invitaron a jugar con el Chicago American Giants en las Ligas Negras. Debutó en el 1948 y se destacó como segundo cátcher y jardinero derecho de esa novena. Actualmente, Bienvenido es considerado un jugador de Grandes Ligas, pues en el 2020 la Major League Baseball (MLB) reconoció oficialmente a los jugadores de Ligas Negras con estatus de peloteros de las Mayores.
El lanzador derecho fue firmado por los Rangers de Texas de las Grandes Ligas y debutó el 10 de septiembre de 1985.
En esa novena, jugó en las temporadas de 1985-1988 y luego de 1991-1992. Ya en el 1993, pasó a los Cubs de Chicago y tuvo su última aparición en ese escenario el 23 de mayo de 1994. Varias lesiones le impidieron regresar. En sus años activos, logró un balance de 80 victorias y 74 derrotas para una efectividad de 4.05 con 889 ponches. “Yo le di clase, fue mi estudiante cuando estaba en octavo grado. Era un muchacho espigado y, cuando comenzó a lanzar, se veía que tenía potencial para firmar y firmó con Texas. Yo tuve el honor de ir a Texas y narré el primer juego de temporada donde él abrió e hizo historia”, recordó Cintrón.
La figura de Guzmán fue y sigue siendo importante para Santa Isabel, pues se desarrolló en las ligas del pueblo y se convirtió en el segundo lanzador santaisabelino en abrirse paso en el béisbol organizado de Estados Unidos, detrás de Emiliano Rivera.
“Su carrera fue algo impresionante para el pueblo. Aunque no llegó a jugar Doble A en Santa Isabel, pero sí jugó Doble A Juvenil y Clase A para luego firmar Grandes Ligas. Siempre fue buen atleta, bien educado y siempre visita el pueblo. El parque de la Playa de Santa Isabel lleva su nombre, fue reconocido hace como 10 años”, dijo Cintrón.
El receptor santaisabelino jugó “la mejor pelota del mundo” durante dos décadas, del 1986 al 2005. Su primer equipo fueron los Padres de San Diego con quienes logró el premio al Novato del Año de 1987. También se adjudicó con su trocha tres Guantes de Oro (1988, 1989, 1990) y su bateo le hizo merecedor de cuatro Bates de Plata (1987, 1988, 1990, 1991), además participó en cinco Juegos de Estrellas.
Por si fuera poco, a sus 37 años logró convertirse en el Jugador Más Valioso (MVP) de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional para el año 2002. Santiago militó en 10 novenas: Padres de San Diego (1986-1992), Marlins de Florida (1993-1994), Redes de Cincinnati (1995 y 2000), Phillies de Philadelphia (1996), Blue Jays de Toronto (1997-1998), Cubs de Chicago (1999), Gigantes de San Francisco (2001-2003), Royals de Kansas City (2004) y Piratas de Pittsburg (2005).
“Benito siempre fue un jugador fajón. Aprendió a trabajar duro porque su papá trabajaba en la construcción y Benito tuvo que trabajar con pala y virando cemento. Su niñez fue una de trabajo sólido. Se desarrolló en las ligas del pueblo. A la vez que llegó a Grandes Ligas, pasó a ser de la cosecha de receptores boricuas que abrieron paso como fueron Javier “Javy” López y Santos Alomar, por mencionar algunos. Benito también perfeccionó su estilo de batear”, sostuvo Cintrón.
En cuanto a la relación con Santa Isabel, Cintrón aseguró que Santiago nunca ha cortado el lazo con el pueblo que lo vio crecer como pelotero y eso hace que la gente le guarde un cariño especial. “Benito es un caso aparte. A diferencia de todos, Benito nunca dejó de venir a su pueblo. Un jugador novel, Guantes de Oro, campeonatos, terminaba la temporada y no pasaban tres días y ya estaba en el pueblo. Vivía en el barrio Jauca, donde el parque de pelota lleva su nombre. Él tenía un mentor que le ayudó a desarrollar, se llama ‘Ricky’ Cruz y toda su carrera siempre le ofreció ayuda para sus equipos, ya fuera con uniformes, equipos para cátcher… Siempre estuvo ahí. Venía al pueblo y me decía: ‘Yo llego como héroe, todo el mundo firma aquí, firma allá, pero a mí no me está malo porque a la semana ya soy Benito, uno más en el pueblo. Si me escondo y no le doy cara a mi pueblo, después es peor’”, mencionó el narrador.
El campocorto es la única estrella activa en las Mayores con sangre santaisabelina. Correa se desarrolló jugando en las ligas de la “Tierra de los Potros” y fue el primer pick del draft del 2012. En su debut con los Astros de Houston, Correa fue escogido como Novato del Año de la Liga Americana (2015) y para el 2017 ganó su primer anillo de Serie Mundial.
Además de todos esos logros a sus 27 años, Correa ha sido seleccionado para dos Juegos de Estrellas y recientemente fue merecedor de un Guante de Oro y Guante de Platino, ambos en la pasada temporada (2021). Luego de haber quedado en la agencia libre, el santaisabelino firmó un contrato con los Twins de Minnesotta por tres años y $105 millones, a razón de $35 millones por temporada.
La historia del siore aún está escribiéndose, pero sus primeros pasos fueron importantes para quien es hoy día uno de los mejores peloteros que ha dado Puerto Rico.
“Recuerdo que siempre que lo entrevistaba de muchacho decía que quería ser como Derek Jeter. Ese niño a los seis años era un bambino, llevaba la bola lejos. Lo entrevisté porque establece un récord de cuadrangulares en la Liga Pampers (5 y 6 años) y su papá me llama y me pide que lo anunciara en mi programa. Ahí les dije que me lo llevara para entrevistarlo y ese niño de la misma manera en que aprendía a jugar pelota, aprendía a educarse. Cuando lo fui a entrevistar, dijo: ‘Gracias, señor Cintrón, por invitarme a su programa. Estamos en época de Grandes Ligas y para mí es bien importante que usted haya sacado tiempo para entrevistar a un niño como yo de seis años. Yo se lo agradezco de corazón’. Tuve el honor de seguirlo entrevistando en diferentes categorías”, rememoró el periodista, que aseguró que la grandeza en el diamante se notaba desde que comenzó a pisar el terreno en las categorías menores.
El pueblo se hizo parte de su carrera y llegó a celebrar actividades para darle un empuje económico a Correa para que pudiera cumplir sus compromisos previos a firmar en MLB. De la misma forma, su gente celebró por todo lo alto su firma con Houston y su premio como “Novato del Año” 2015. Todo esto también ha sido recíproco, pues Cintrón dejó claro que Correa siempre ayuda a sus compueblanos, aunque afirma que ya no se ve por el pueblo.
“Viene al pueblo, pero no lo vemos. Pero, recuerdo que cuando él firmó, me llamó y me dijo que le quería dedicar en el Día de Reyes un día para los niños que juegan ligas infantiles. Hicimos la ceremonia y les regaló camisas y guantillas a todos. En el segundo año, volvió e hicimos otra actividad parecida. Él tiene buen corazón, aunque estos últimos años no ha podido venir al pueblo, ayuda a las ligas infantiles, envía dinero para repartirlo y, si hay algún niño que tiene algún padecimiento, Carlos Correa levanta la mano y envía lo que sea. Siempre está pendiente a las cosas del pueblo y a ayudar a los que necesitan”, afirmó.
Otros que tienen un vínculo especial con Santa Isabel son los hermanos Santos Alomar y Roberto Alomar. Ambos ex peloteros de Grandes Ligas, que tanta gloria le dieron al país, se criaron y desarrollaron en los parques de este pueblo y, eso, los santaisabelinos lo llevan en el alma.
“Los Alomar firmaron en Santa Isabel, aunque eran de Salinas. Jugaron en nuestras ligas infantiles y jugaban pelota doble A en Santa Isabel. Para nosotros y, el mismo pueblo de Salinas sabe, que ellos se desarrollaron aquí. La firma de Santos y Roberto fue en el Estadio Escolástico Sotero Fourtier, mejor conocido como el ‘Colicolo’, después de un juego. Eso no nos los quita nadie y se suma a que somos ‘Tierra de Campeones’. Si los Alomar no vienen a Santa Isabel, no firman”, sentenció Cintrón.
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