El excampeón mundial Iván Calderón se convertirá este domingo en el nuevo inmortal puertorriqueño del Salón Internacional de la Fama del Boxeo, en Canastota, Nueva York, tras una espera de siete años.
Su exaltación se produce en un fin de semana muy particular en la Gran Manzana, con las peleas de otros dos boricuas: el campeón peso mínimo Oscar Collazo, quien el viernes defendió con éxito su título, y el invicto Xander Zayas, quien peleaba el sábado; y con la celebración del Desfile Nacional Puertorriqueño por la emblemática Quinta Avenida.
Calderón, de 49 años, apuesta a que las actividades relacionadas a la inducción de la Clase 2024 serán divertidas y coloridas.
“Yo visualizo que ese fin de semana del Salón de la Fama será uno de fiesta, jangueo, celebración; como siempre hacemos los boricuas”, dijo Calderón en una reciente entrevista con El Nuevo Día para repasar sus primeros pasos en el boxeo.
El guaynabeño reinó en las 105 y 108 libras de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) entre 2003 y 2010. Logró 12 defensas de su título de las 105 libras y otras seis de las 108. Fue nombrado súper campeón en la OMB.
Debutó en 2001 con una victoria ante Sergio Díaz en Las Vegas y peleó por última vez en 2012 al sufrir un revés ante Moisés Fuentes en Bayamón.
Cerró su carrera con marca de 35-3-1 con seis nocauts, incluyendo 23 combates de campeonato mundial. También fue peleador olímpico en Sydney 2000.
Para esta conversación, Calderón invitó a este medio al Gimnasio Wilfredo Gómez, en Guaynabo, donde comenzó a cincelarse la historia de gloria deportiva por la que será reconocido. Ese día, tenía citado a un grupo de jóvenes deportistas para un entrenamiento, ya que Calderón ha labrado una carrera como entrenador, además de administrar esa instalación y el Gimnasio Municipal Félix Pagán Pintor, ubicado también en Guaynabo.
Mientras Calderón charlaba con la naturalidad que lo caracteriza, los aspirantes a boxeadores seguían sus entrenamientos. De seguro, más de uno sueña con alcanzar el reconocimiento que su querido técnico ha conquistado.
¿Qué significa este gimnasio para ti? Aquí fue donde diste tus primeros pasos, luego de salir del gimnasio del barrio Guaraguao, en Guaynabo.
- Este gimnasio es mi segunda casa porque de aquí salió mi éxito y me sacó de todos los problemas. Donde cambió todo, pero todo, en la carrera de Iván Calderón.
¿Cómo era el gimnasio cuando llegaste?
- Era un gimnasio donde hubo mucho amor, cariño y atención de una sola persona que se llama José “Cheché” Sánchez, que creyó en mí. Jamás pensé que una persona a la que todo el mundo le podía hablar negativo y decirle que yo no iba a ser un campeón, que yo no valía la pena por el peso, nunca dejara de creer en mí.
¿Cómo fue tu relación con “Cheché”, que se convirtió en uno de tus entrenadores?
-Es una relación de padre e hijo. Yo lo conozco antes de ser boxeador. Él era el coach de mi hermana del sóftbol, y ahí es que yo voy acercándome, conociéndolo, no como entrenador. De momento, empiezo en otro gimnasio en Guaraguao, que cerró. Cheché estaba trabajando aquí como ayudante de Quique Carrión (Enrique “Quique” Carrión). Cuando llego aquí por primera vez, él es el que me recibe. Él empezó aquí en mantenimiento y terminó siendo el entrenador de Iván Calderón.
¿Te gustaba el boxeo cuando llegaste aquí? ¿Cómo fueron esos inicios en este lugar?
- Primero me gustó porque era totalmente diferente al gimnasio donde yo estaba, que era un solo salón pequeño. Venir aquí, ver este gimnasio tan grande, ver tantas personas, tantos muchachos... Yo creo que motivó a querer seguir viniendo a entrenar.
Cuando miras tu carrera en retrospectiva, ¿qué piensas de ella?
- Que lo hice todo. Donde sale lo negativo, llega lo positivo. Creo que lo que me ayudó fue tener confianza en mí mismo, en no dejar que la gente me quitara el espíritu de lograr mi sueño y solo creer en mí y en mi familia, que eran los que me apoyaban.
¿Pensaste en algún momento que ibas a ser un hall of famer?
- Nunca pensé que iba a ser campeón mundial. Entiendo que hay boxeadores que vienen con esa mentalidad, tienen ese sueño, pero nunca vine con esa mentalidad. Simplemente vine por mi hermano, y de querer ver lo que era el boxeo, y saber lo que es estar en fama, y ver todas esas nenas pidiéndole autógrafo a uno.
¿Cuál fue el momento más significativo en tu carrera?
-El momento más significativo es, primero, cuando fui a una Olimpiada. Que ya cuando uno va a una Olimpiada, ahí es que empieza uno a decir: ‘Yo tengo potencial para hacerme un buen campeón mundial’, porque el que vaya a una Olimpiada, ya es una señal o un sello de que es un buen boxeador.
¿Qué significa para ti que tu nombre está al lado de peleadores como Miguel Cotto, Héctor “El Macho” Camacho y Félix “Tito” Trinidad -entre otros- en el Salón de la Fama?
- Significa algo bien grande en el sentido de que estoy entre los mejores boxeadores que ha tenido Puerto Rico. Y no solamente los mejores, los nombres. Macho Camacho, Historia... estamos hablando de un Tito Trinidad. Estamos hablando de que mi hermano Miguel Cotto y yo estuvimos juntos en una Olimpiada (Sidney 2000) y ahora vamos a estar en el Salón de la Fama.
Además de los tres peleadores mencionados, Puerto Rico cuenta con los púgiles Herbert “Cocoa Kid” Hardwick, Pedro Montañez, Edwin “Chapo” Rosario, Sixto Escobar, José “Chegüí” Torres, Wilfredo Gómez, Wilfred “El Radar” Benítez y Carlos Ortiz. También fueron inmortalizados el árbitro Joe Cortez y el periodista Mario Rivera Martinó.
¿Te faltó hacer algo?
- Nada. Yo siempre lo he dicho y lo digo siempre en broma, ser stripper. Pero ahora mismo lo he hecho todo. He trabajado de comentarista, entrenador, administrador, bailarín... he hecho todo lo que me he propuesto. Siempre doy el máximo porque entiendo que si tengo la habilidad de hacer algo, significa que también puedo tener habilidad para otras cosas. Es ponerle empeño, hambre y deseo, y eso lo tengo yo.
Posteriormente, Calderón reconoció que como entrenador le gustaría tener un campeón mundial.
¿Alguna pelea que te hubiera gustado hacer y no se dio?
- Con Chocolatito (el nicaragüense Román“Chocolatito” González). Fui a Nicaragua y me retó, pero yo era campeón de las 108 (libras) y el de las 105. Él no era nadie, yo era como un trampolín para él, y ya yo tenía mi negocio. Y nunca quise cogerle esa pelea en ese momento. Cuando él sube de división, que empieza a coger su nombre, ya Iván Calderón estaba en su retiro. Me arrepiento de no haberla hecho, pero sí, quién sabe, siempre estamos haciendo comebacks.
¿Cuál fue tu pelea más difícil?
- Carlos Leyva. Fue un mexicano que vi peleando en mi tercera pelea como profesional. Me enfrenté a él confiándome que podía noquearlo y que iba a ganar cómodamente. Y fue cuando mejor se entrenó y fue la pelea más difícil donde yo pensé que iba a ser mi primera derrota.
Esa pelea se realizó el 31 de julio de 2004 en el MGM Grand, en Las Vegas, Nevada. Calderón ganó por decisión unánime.
¿Cómo quieres que te recuerden?
- Como el ídolo de los pesos pequeños y el Iron Boy humilde que siempre ha sido.
¿Cómo visualizas el fin de Semana del Salón de la Fama?
- Yo visualizo ese fin de semana del Salón de la Fama será uno de fiesta, jangueo, celebración; como siempre hacemos los boricuas. Recuerda que hay tres boricuas activos. Oscar Collazo pelea el día siete, Xander Zayas pelea el día ocho, la Parada Puertorriqueña e Iván Calderón cogiendo su sortija del Salón de la Fama. Fiesta total de los puertorriqueños.