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¿Donald Trump entregando la Copa del Mundo en 2026? El presidente electo será anfitrión de los próximos dos eventos más importantes del deporte

Estados Unidos se alista para albergar el Mundial de FIFA y los Juegos Olímpicos en 2026 y 2028, respectivamente, al tiempo que ambas entidades enfrentan historiales distintas con el mandatario

10 de noviembre de 2024 - 4:00 PM

Donald Trump tendrá un segundo término como presidente de Estados Unidos tras prevalecer en las elecciones del pasado 5 de noviembre. (Evan Vucci)

Ginebra - Los próximos dos eventos más importantes del deporte mundial serán en Estados Unidos.

Y si el presidente electo Donald Trump aún no lo está considerando, los organizadores de la Copa del Mundo 2026 y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 ciertamente lo están.

El Mundial y los Juegos Olímpicos son momentos culturales globalmente compartidos con potencial para unificar a las personas. Pero hay preguntas sobre temas como la concesión de visas y medidas de seguridad que llegarán el escritorio de Trump.

Y eso requiere diplomacia.

La FIFA, el ente rector del fútbol, parece estar en una mejor posición para reanudar relaciones cálidas con Trump desde su primer mandato en comparación con el Comité Olímpico Internacional (COI), basado en las reacciones públicas de esta semana y las interacciones previas.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, usó su cuenta de Instagram para felicitar a Trump incluso antes de la victoria en el Colegio Electoral el miércoles temprano. Ha habido un silencio público por parte del COI, aunque sigue un código de protocolo más formal.

El presidente del COI, Thomas Bach, hizo una visita a la Casa Blanca en junio de 2017 que es parte de la leyenda olímpica por lo mal que transcurrió.

“Oren por nuestro mundo”, se escuchó decir a Bach en una llamada telefónica ese día en Washington.

Este verano, en un mitin de campaña, Trump etiquetó falsamente a dos boxeadoras campeonas olímpicas como hombres y prometió “mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos”. Es el tipo de problema que podría surgir de la administración Trump a pesar de que los deportes olímpicos de primer nivel como atletismo, natación y ciclismo ya excluyen de las competiciones femeninas a cualquier atleta que haya pasado por la pubertad masculina.

Mientras tanto, la FIFA parece tener una línea de comunicación abierta con Trump para hablar sobre posibles desafíos como la probable clasificación de Irán para la Copa del Mundo masculina y las implicaciones políticas que puede traer.

Trump llamó a Infantino “mi gran amigo” en el Foro Económico Mundial en Davos en enero de 2020.

Infantino también se mudó recientemente a Miami, al sur de la mansión de Mar-a-Lago de Trump.

La tradición para el jefe de estado de una nación anfitriona es presentar el trofeo en la final de la Copa del Mundo e inaugurar formalmente los Juegos Olímpicos de Verano.

Los deberes ceremoniales para Trump en el Mundial —que Estados Unidos está coorganizando con México y Canadá— y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles—que se realizarán después de que Bach deje el cargo— en momentos vistos por cientos de millones de espectadores en todo el mundo, son de alguna manera la parte fácil.

“Mi opinión personal sería que Trump tiene una apreciación muy astuta de estar en el escenario mundial”, dijo Michael Payne, un conocedor sobre el COI desde los Juegos Olímpicos de Verano de 1984 en LA como ejecutivo de marketing y consultor, a The Associated Press.

Pedir y obtener permiso del COI y la FIFA para organizar sus eventos multitudinarios de miles de millones de dólares requiere garantías del gobierno federal sobre seguridad y permitir que atletas, funcionarios de equipos y aficionados entren al país.

La primera administración de Trump estuvo involucrada en las campañas de licitación —ganadas en 2017 por LA y en 2018 por dirigentes de fútbol de Estados Unidos que licitaron conjuntamente con Canadá y México— y probablemente se hizo consciente de que la FIFA, el COI y los aficionados ven los eventos como pertenecientes a todos.

“La Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos, fui responsable de conseguir ambos, de hecho”, dijo Trump a Bill Belichick este mes en el podcast Let’s Go.

Durante esas campañas, cuando ambos equipos de licitación estadounidenses enfrentaron preguntas sobre una reacción adversa de los votantes globales contra la retórica de Trump, los responsables de las candidaturas de Estados Unidos señalaron que no se esperaba que él estuviera en el cargo cuando se inauguraran los eventos deportivos.

Incluso Trump, en una reunión con Infantino en la Casa Blanca en agosto de 2018, no consideró la posibilidad de perder las elecciones de 2020, lo que abrió la puerta para que se postulara nuevamente cuatro años después y regresara al cargo a tiempo para la Copa del Mundo 2026.

Organizar partidos y carreras que hacen que el mundo se detenga a mirar, que crean un raro sentido de experiencia global compartida, se ve como un privilegio. Incluso cuando los atletas y equipos provienen de países que fueron insultados por el presidente Trump, cuya política incluye prohibiciones de viaje y deportaciones.

“Esa responsabilidad se extiende a hacer que las personas se sientan bienvenidas y que el régimen de visas esté abierto”, dijo Piara Powar, director ejecutivo del grupo antidiscriminación Fare que trabaja con la FIFA para monitorear incidentes de racismo en el Mundial.

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