Con la intención de recolectar fondos para la comunidad haitiana, la tenismesista compartió brevemente la mesa de juego con 50 personas en Trujillo Alto
Con la intención de recolectar fondos para la comunidad haitiana, la tenismesista compartió brevemente la mesa de juego con 50 personas en Trujillo Alto
24 de agosto de 2024 - 1:35 PM
Trujillo Alto - Era una mañana calurosa en el Club de Tenis de Mesa de Trujillo Alto, en la que el niño Peter Grell Collazo se colocó en posición de servicio el sábado ante la raqueta número uno boricua, y tres veces olímpica, Adriana Díaz.
Con apenas siete años, dejó entrever sus habilidades en el tenis de mesa y, a su juicio, puso a sudar a Díaz en un intercambio que duró un minuto y 15 segundos.
Los segundos fueron el calentamiento. Mientras, el minuto, fuerte y aguerrido, fue el partido que no finalizó con un claro ganador.
“Veo talento en los niños y es algo que me ha importado mucho desde pequeña. Una de las cosas por las que juego es porque me encantaría que en el futuro hayan más niños tenismesistas. Veo que hay muchos niños con muchas energías y ganas que entrenar. El niño de la bandita (Peter) tiene siete años y mi primera competencia fue con seis. Él va por buen camino y espero verlo en un futuro”, expresó Díaz en un aparte con los medios de comunicación.
Grell Collazo es uno de los pequeños atletas que pertenecen al Club de Tenis de Mesa de Trujillo Alto, pero la razón de su intercambio en mesa no era triunfar, sino únicamente recolectar fondos para el Comité de Solidaridad para el Pueblo de Haití a través del evento denominado Tenis de Mesa por Haití con Adriana Díaz.
“Es bien importante ayudar a las personas que necesitan; de eso se trata mi carrera fuera del deporte. Siempre me ha interesado ayudar a esas personas y estoy supercontenta de estar aquí... recaudando fondos para esta causa que es bien bonita”, compartió la número 11 en el escalafón mundial del tenis de mesa, y quien acaba de regresar a la isla luego de su participación en los Juegos Olímpicos París 2024.
“Es un honor y un orgullo estar aquí, me encanta la actividad que estamos haciendo”, agregó la atleta que fue ovacionada durante toda la actividad por cientos de personas.
La inscripción de las 50 personas, entre ellas niños, jóvenes y adultos, dispuestas a retar a Adriana, tenía un donativo de $7, destinados específicamente a la Escuela Solidarité de la ciudad de Leogane.
La institución académica fue inaugurada en el 2011 por el comité, creado en Puerto Rico y fundado en el 2004.
Como parte de la iniciativa, Díaz inició los boleos simbólicos con el profesor y economista haitiano Paul Latortue. Asimismo, compartió la mesa con la joven de ascendencia haitiana, María Micaela Nieves, quien es también miembro del comité benéfico.
Otro que se convirtió en protagonista fue el joven con síndrome Down Josué Roque.
Roque es parte del grupo Artec21, que se dedica a la enseñanza de la música, el arte y el modelaje a la población de síndrome Down y autismo en Cayey. El joven carismático agradeció a Díaz con un beso en su mano.
“El deporte es una de las cosas más lindas que tenemos como país, que nos une”, sentenció la utuadeña, quien fue recibida al ritmo de las Barrileras del 8M, un proyecto artístico feminista.
El pasado julio Díaz marcó la historia de su deporte al ser la primera puertorriqueña en lograr el pase a la ronda de las mejores 16 raquetas de unos Juegos Olímpicos. Eventualmente, cayó en los octavos de final del tenis de mesa ante la norcoreana Pyon Song Gyong.
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