Personas de todas las edades practican este deporte, que tiene un enorme arraigo en Estados Unidos
Personas de todas las edades practican este deporte, que tiene un enorme arraigo en Estados Unidos
20 de abril de 2023 - 9:51 AM
La fiebre por el deporte del rodeo está de vuelta, a juzgar por la cantidad de personas que llegan a la Hacienda Muñoz de Juana Díaz, para aprender a tirar el lazo y, conocer los secretos que envuelve el tradicional evento estadounidense.
Allí, vaqueros de todas las edades – ataviados con sombrero, mahones y botas- se reúnen los jueves con el interés de recrear las actividades que tanto gozaron hasta finales de la década de los 90, en la que se intenta montar un caballo, toro o becerro para atarle una cuerda al cuello.
Asimismo, se les enseña a enlazar la cabeza y pata del animal -que luego liberan- en un término específico, así como el corrido de barriles o capturar un cerdito engrasado con vaselina, entre otros conceptos popularizados en la pantalla grande.
De acuerdo con el propietario, Justo Muñoz Blanco, “cuando yo empecé a bregar con esto, los muchachos no tenían a donde tirar. Estaban tirando en pedacitos de alguna finca a donde iban a practicar. Mi pista está ahí”.
“Los papás de esos vaqueritos, que están tirando todavía, me hicieron un acercamiento y, entonces, decidí reabrir la hacienda otra vez, tipo western. Mi interés es sacar a los muchachos de la calle”, confesó el hombre de 77 años, quien se contagió con el auge de este deporte desde que era joven.
Muñoz se crió en la finca de 54 cuerdas, pues sus padres tenían una vaquería; la más grande de Juana Díaz. Años más tarde, convirtió el espacio en una pista de rodeo, con su cantina y otros elementos alusivos al deporte norteamericano.
“Me invitaron a hacer rodeo americano; con todas las reglas de Estados Unidos. Hice la pista y el salón establo para las fiestas de la noche vaquera. También se hizo una pista de ‘mountain bike’. Así siguió creciendo Hacienda Muñoz. Estuvo un tiempo cerrada porque mi papá se enfermó y me fui a trabajar de maestro”, recordó el hijo de doña Delia Blanco, de 98 años, y quien aún lo acompaña en sus aventuras.
“Pero la construcción ya estaba, lo que había era que arreglarla. Un ciclón, Georges (1998), antes que el huracán María (2017), me castigó. La levanté, inventando actividades con amigos vaqueros que me respaldaban. Un desarrollo de la fiebre que entró a Puerto Rico de vaquero de los rodeos americanos. Esto siguió creciendo”, sostuvo.
Así las cosas, Justo siguió trabajando las instalaciones que ocupan 20 cuerdas de terreno, sobre todo, el aspecto de seguridad.
“En esa pista, puedes meter un toro de 1,500 libras y por más que le dé a esas paredes, no va a salir al público. La seguridad es importante, en un espectáculo de rodeo que tienes tanto público, no te puedes dar el chance de que salga un animal de esos bravo al público, porque sería un desastre. Ya hemos dado unos rodeos que han sido un éxito”, esbozó.
Entre los eventos que se practican en la hacienda, está “el monte de toro salvaje, que es lo más que le gusta a la gente. Está el pata y cabeza; salen dos vaqueros, el toro está en el medio, uno le tira a los cuernos y el otro a la pata, por tiempo. Sin maltratar al toro, se enlaza y cuando toca el timbre se suelta”.
“Aquí hay un evento para niños, se embarran lechoncitos en vaselina. Se le sueltan ahí, el que coja el lechón, se lo lleva”, acotó al mencionar que, actualmente cuenta con tres empleados.
Explicó que, “los caballos tienen que estar educados. Traen novillos para que el caballo le corra detrás. Al becerro también hay que educarlo para que salga derecho, que sepa que va a salir de un lado, le van a tirar soga y, tan pronto lo sueltan, sale por el otro lado. Que sepa dónde va para no maltratarlo”.
Sin embargo, la actividad que más respaldo ha tenido son las clínicas de tirar el lazo.
“Hay un interés de las hijas y las esposas de los vaqueros. En eso se están dedicando. Estoy montando el muñeco otra vez. Tengo un montón de vaqueros viejos, veteranos, y sus hijos y los nietos me están ayudando. No competimos con otras pistas, si otra pista tiene rodeo pues, nosotros vamos allá. Esa es la idea, nos apoyamos y, vamos, venimos acá. A veces, se prestan el ganado”, reveló.
Por su parte, el instructor, Joseph Santiago Berríos, explicó que “tenemos un becerro plástico que simula la vaca, se jala con una guagua para que los niños y damas que estén interesados en el deporte, puedan verlo, aprender las destrezas y practicar”.
“Aquí se enseña el corrido de barriles, que es cuando salen caballos. Se ponen tres barriles, el caballo tiene que voltear, hacer circuito y es el enlace de pata y cabeza”, manifestó el ponceño de 32 años.
Sin embargo, “tienen que traer su caballo y su equipo. Los jueves a las 4:00 de la tarde, damos ‘dummy’ primero y, después se hace el deporte. Se empieza con los novillos de verdad y luego, hace el deporte de los barriles para los niños, damas y personas que estén interesadas”.
Para detalles puede acceder a Facebook: La Hacienda Muñoz en Juana Díaz.
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