Héctor “Picky” Soto recibió otro homenaje el pasado fin de semana, uno que le trae múltiples emociones al destacado exjugador arroyano y máximo exponente del voleibol masculino boricua.

La camiseta número 13 que utilizó Soto en su etapa universitaria en Purdue Fort Wayne fue retirada el pasado fin de semana en honor a todo lo que aportó el otrora atacante de sudando esa camiseta.

El miembro del Salón de Fama de Purdue y de Puerto Rico, Mejor Anotador del Mundial 2016, y quien llevó su juego a las ligas de Italia, Rusia y Japón, entre otras, dijo que este nuevo homenaje le emociona porque no lo esperaba.

“La mayoría de los reconocimientos, de cierta manera, los esperaba. Tenía una espina de que los podía recibir, pero que me retiren el número no era algo que tenía en la mente. Tiene un valor diferente a los demás reconocimientos”, dijo Soto a El Nuevo Día.

Soto fue, también, reconocido por la Salón de la Fama del Volleyball Internacional con el premio Mayoral Award of Excellence en 2023.

El boricua jugó en Purdue Fort Wayne desde 1997 al 2000. Es el máximo anotador de la Universidad con 2,193 puntos. Además, es el líder en ataques en una temporada con 705 y el de un partido con 51.

Con Soto, Purdue Fort Wayne ganó un campeonato de conferencia en 1999. Ese mismo año llegó al Final Four de la NCAA.

Hay cuatro camisetas retiradas en Purdue Fort Wayne, siendo el otro la del cagüeño Raúl Papaleo. También está retirada la camiseta de Lloy Ball, el destacado acomodador de 6’8″ de estatura que llevó a Estados Unidos a ganar el oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

Soto fue uno de los puertorriqueños que sembró la semilla del voleibol boricua en Fort Wayne. Además de Papaleo, la Universidad Purdue Fort Wayne tuvo a destacados puertorriqueños como Norman Almodóvar, Felipe “Pepa” Ralat previo a la época de Soto. Esa semilla la plantó nuevamente en años recientes el actual esquina de las Selección Nacional, Pelegrín Vargas, hijo.

“Sé (que los puertorriqueños) significan mucho para el programa porque estuvieron todos esos jugadores antes de mí. Fue un grupo que ayudó a la Universidad a subir el nivel del programa, yendo a dos Final Four entre 1991-94. Cuando llego, ya había historias de puertorriqueños y tuve la oportunidad de seguir ese legado”, sostuvo Soto agradecido de sus entonces coach, Arnie Ball.

“Picky” sembró además el deporte en su familia, que le acompañó a la ceremonia. Su hija Camila, de 18 años, juega voleibol en la Universidad Gold Coast de Florida y su menor, Mauricio, de 12 años, juega béisbol en Puerto Rico. “Mimi”, la esposa de Soto es de San Sebastián, en donde se vive el volley.

Ambos hijos se emocionaron a su manera al ver a su padre ser protagonista de una camiseta retirada.

“Camila también usa el número 13 en su universidad porque el número 12 no estaba disponible. Y me dijo ‘Papá, igual que tú’. Mauricio no dice mucho, pero sé que se lo disfruta, que lo ve como metas a seguir en béisbol, que es lo que juega ahora”, explicó. “Me dice mi esposa cuando bajé las gradas de la cancha para la ceremonia las caras de Camila y Mauricio valían un mundo”.

Posterior a su etapa en Purdue, Soto usó el dorsal número 12 en la Selección Nacional que en la década del 2000 fue mundialista y que estuvo a una victoria de ser olímpica en el 2008.

El número 12 fue grande. ¿Será retirable?

“Después de pasar el retiro de la camiseta en Purdue, uno lo piensa. Representé a Puerto Rico y a varios equipos del Voleibol Superior y le pasa el pensamiento por la mente el momento de vivirlo en mi tierra. Pero está fuera de mis manos”, apuntó Soto.