Hace más de cuatro décadas, la organización comunitaria Casa Pueblo, en Adjuntas, trazó su modelo de un nuevo país a través de un proyecto de autogestión que ha marcado un legado inmenso.

Sus fundadores, el ingeniero Alexis Andrés Massol González y su fenecida esposa, Faustina “Tinti” Deyá, se entregaron en cuerpo, alma y espíritu para librar una batalla que le ganó el respeto de miles de personas, que han visto en su propuesta una carta de amor hacia la protección de nuestros recursos naturales y humanos.

Como ejemplo de lo anterior, basta con mencionar el Bosque del Pueblo, el Bosque Escuela Ariel Massol Deyá, la escuela de música, el mariposario, la emisora comunitaria Radio Casa Pueblo, el café Madre Isla y la revolución energética que ha devuelto la esperanza en cientos de hogares y pequeños comercios en la montaña.

Tampoco puede dejarse a un lado la lucha contra la explotación minera y la construcción de un gasoducto que atravesaría gran parte la isla, demostrando una admirable valentía para enfrentarse y vencer a dos gigantes en distintos tiempos.

Desde su centro de operaciones, una antigua casona ubicada en el corazón urbano adjunteño, Massol González repasó la enorme gesta que inició con la madre de sus cuatro hijos, quien se despidió del mundo terrenal en agosto de 2021.

Asimismo, detalló cómo ha sido su vida sin su adorada Tinti y qué proyectos encaminará para continuar la obra que comenzaron juntos, en 1980, tras la creación del entonces Taller de Arte y Cultura de Adjuntas.

“Después de la lucha contra la explotación minera, vino algo que ha sido fundamental para el día de hoy, y es que aprendimos la resistencia sola, la defensa de nuestro idioma, de la cultura y de la tierra. Resistir es importante, pero nosotros evolucionamos y le pusimos resistencia más alternativa; eso es Casa Pueblo”, manifestó el hombre, de 79 años.

“Tenemos Casa Pueblo y la casa nos da la sede para soñar, construir proyectos y luchar contra el gasoducto, contra lo que sea, pero también para presentar un modelo de un país que queremos. Eso es Casa Pueblo y, poquito a poquito, hemos ido construyendo el proyecto de soberanía ecológica, cultural, educativa y energética”, acotó.

El ganador del Premio Ambiental Goldman 2002 resaltó que “Tinti dejó aquí un legado, la gente aquí está aprendiendo porque todo el que entraba por esa puerta, ella le daba el sentido de que esto era de ellos. Casa Pueblo era de todo el que llegaba”.

“Ella (Deyá) es la gestora de la independencia económica de Casa Pueblo, tiene unos legados aquí increíbles. Lo fundamos juntos, pero ella le dio el sentido económico; de una economía no capitalista, sino una economía con un fin social”, esbozó el padre de Ariel, Arturo, Axel y Alexis.

Al cumplirse dos años sin la presencia física de su esposa, Massol González admitió que “estoy reviviendo a Tinti dentro de mí. Eso me da alegría, felicidad, porque la nostalgia es la felicidad de los que tienen algo que perdieron o no está presente. Entonces, mi nostalgia es felicidad, no es tristeza”.

“Nosotros hemos hecho muchos proyectos: el Bosque del Pueblo, el Bosque Escuela, café Madre Isla. Pero ahora, en mi caso, en esta etapa, yo quiero seguir haciendo lo que empecé con ella: la revolución del amor. Todo lo que hago va enfocado en el amor, en la ternura y el respeto”, sostuvo.

“He entendido que la manera de luchar es a través de ganarse la confianza a través del respeto, y del respeto viene la amistad. Tenemos que querernos para poder ir a luchar. No solamente es la misión de parar las minas o de construir un bosque, es una misión que va junto al amor”, asintió.

De otra parte, reveló que su próximo paso es crear un proyecto piloto en la región central, que consta de “un modelo de gobierno con cierto grado de soberanía, donde están incluidos los bosques, las aguas, la energía, donde hay una sede con un gobierno comunitario, participativo y de una democracia radical”.

“Algunos me dicen que es imposible, pero creo que lo podemos construir. Ya está construido. Nosotros manejamos los bosques, tenemos la escuela de música y hemos hecho más de 400 proyectos con energía solar. Por ejemplo, una comunidad que se llama el Alto de Cuba, son 34 casas y todas son independientes con energía solar, al igual que el colmadito que sirve a esa comunidad”, repasó.

“En la plaza de Adjuntas, hay más de 1,000 paneles (solares) puestos. Los 20 establecimientos (alrededor de la plaza), dentro de poco, serán independientes de la energía. Van a tener contadores y van a pagar la luz, pero ese dinero irá a un fondo comunitario para que el gobierno solar pueda dar mantenimiento y, con el dinero que se acumule, hacer casas solares a la gente humilde de Adjuntas. Los fondos salen de abajo hacia arriba, es el sueño, la construcción del modelo de gobierno comunitario”, agregó.

Finalmente, expuso que “el futuro lo vamos haciendo en la marcha. Con la partida de Tinti, nos dejó el amor que está reconectando para sanar y continuar”.