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Artesana deslumbra con talla en hueso

Iris Socorro Torres Meléndez confecciona desde figuras de los Tres Reyes Magos, vírgenes hasta el sol taíno

2 de septiembre de 2024 - 8:59 AM

La artesana orocoveña Iris Torres Meléndez. (Suministrada)

Transformar un hueso en obra de arte, es la especialidad de la maestra artesana Iris Socorro Torres Meléndez, quien derrama su esencia en cada pieza que moldea con sus manos desde su taller en Orocovis.

La mujer de 69 años, oriunda del Cerro La Guaira, aprendió de los mejores: su fenecido esposo Rafael Avilés, quien también fue un maestro artesano cuya cepa se distinguió, especialmente, por sus trabajos en sortijas de corozo, talla de figuras en madera y en hueso.

“Me intereso por las artesanías en 1974, cuando me caso con Rafael Avilés, maestro artesano de la familia Avilés de Orocovis; una familia de talladores bien reconocida. Mi esposo era hijo de don Celestino Avilés, un artesano muy reconocido que empezó con las sortijas de corozo en la década del 1960, cuando vino de Estados Unidos con siete hijos”, relató.

Con el paso del tiempo, Iris apoyó a Rafael con la confección de las sortijas y en la venta de las artesanías en distintas ferias. Más adelante, la artesana también asumió el reto de elaborar piezas en madera. Entre las piezas talladas en madera que confecciona, sobresalen los reyes a caballo y las vírgenes.

Además, hace alrededor de 22 años, la artesana orocoveña comenzó a trabajar artesanías en hueso de res.

“No hay nadie más en Puerto Rico que trabaje la talla en hueso porque era Rafy que, cuando muere, nosotros continuamos. Cuando Rafy murió, eso me sirvió de terapia para estar en el taller trabajando y explorando hasta el sol de hoy”, reveló.

Un proceso minucioso

Para crear las piezas en hueso, Iris comienza este meticuloso proceso en las carnicerías.

“Es hueso de res, porque voy a las carnicerías y lo compro; como ya esa res pasó inspección para uno comer, puedo trabajarla. El hueso que sirve es el de la pata que es el más fuerte, no tiene poro, porque el hueso de la costilla es bien bonito y todo, pero es poroso y no pule los trabajos, no quedan con ese brillo”, manifestó.

Una vez en su casa, la artesana cocina estos huesos en una olla grande.

Una de las piezas elaboradas por Torres Meléndez.
Una de las piezas elaboradas por Torres Meléndez. (Suministrada)

“Entonces, le pongo un poquito de algunos químicos, como, por ejemplo, bicarbonato de soda para que me ayude a ablandar y suelte la carne. Después que lo limpio, le saco el tuétano, todas las impurezas que tiene el hueso. Entonces, lo pongo a secar en un lugar del taller que no haya mucha humedad ni mucho sol”, detalló.

“Después los pongo de pie, y lo que le quede al hueso de suciedad, ahí se encarga la hormiga que me termina el trabajo. Lo empiezo a usar después de cinco a seis meses de cocinado y limpiado. Hay que dejarlo que la hormiga y el tiempo lo seque más; queda limpiecito, blanquito. Luego se talla con puntas de diamante. Lleva mucha lija a mano, cortado a mano con segueta”, agregó al tiempo que explicó que el hueso es una alternativa al marfil.

Sus creaciones van desde piezas artesanales de los Tres Reyes Magos, vírgenes hasta el sol taíno, el coquí y pequeñas caritas de los Reyes para colocar en cadenas.

“La artesanía ha sido para mí algo tan especial. Mi esposo y yo criamos a nuestros hijos con las artesanías y no me quejo; no les faltó nada. El día que no puedo entrar al taller, ese día no soy yo”, subrayó.

Para más detalles, puede llamar al 787-396-8696.

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