José Manuel Lazzu lleva 50 de ellos trabajando con el coco, donde ha creado desde productos comestibles como la harina y horchata de coco, hasta artículos prácticos como platos y utensilios de cocina
José Manuel Lazzu lleva 50 de ellos trabajando con el coco, donde ha creado desde productos comestibles como la harina y horchata de coco, hasta artículos prácticos como platos y utensilios de cocina
14 de mayo de 2023 - 4:43 PM
No hay una sola parte del coco que el artesano maunabeño José Manuel Lazzu no aproveche para elaborar sus trabajos.
Desde la yesca hasta el agua, Lazzu, quien tiene 81 años, 50 de ellos trabajando con el coco, ha logrado crear desde productos comestibles como la harina y horchata de coco, hasta artículos prácticos como platos, utensilios de cocina, tiestos, abono para las plantas y joyería artesanal.
“Nos llamamos Cocoʾs Lazzu. Con ese nombre llevamos un año y medio, pero llevo como 50 años en esto. He tenido varias empresas, donde nos hemos dedicado a productos derivados del coco. La base de esta idea es que nosotros utilizamos toda la materia prima del coco, nada se bota, sino que todo es transformado en algo útil. Lo más que destaca a Cocoʾs Lazzu es el reciclaje en todos los aspectos de la palabra”, explicó el artista, quien trabaja en su taller familiar junto a su esposa Rosaura Hernández, su hijo Juan y su nieto Christian Lazzu.
La matriarca, trabaja piezas de joyería artesanal como pantallas, pulseras y collares, pero también elabora los productos comestibles como la harina, la horchata, el tembleque y otros postres a base de coco. Mientras que su hijo Juan y su nieto Christian son parte de la cadena de producción, y reconocen la importancia de aprender el negocio familiar para continuar el legado muchos años más.
“El abuelo mío lleva más de 50 años haciendo eso, en lo que él me enseña tengo que darle par de intentos para aprender porque son muchos procesos. Pero, el área de él, que es el área más fuerte, la estoy corriendo yo. Estamos tratando de aprender por lo menos la mitad de lo que él sabe”, comentó el joven de 20 años. Mientras que Juan, de 36 años y quien tiene la vena artística, ya que le gusta pintar cuadros, en unas breves palabras admitió que el taller de su padre es una “herencia que tenemos que seguir”.
Pero Cocoʾs Lazzu no es la primera firma del artesano pues el artista se estrenó como comerciante para los años 70 con el negocio “King Coco”, establecido en el pueblo de Yabucoa.
Allí, llegó a elaborar copas, platos, cafeteras y utensilios para el hogar con el casco del coco. Sin embargo, el negocio llegó a su fin en el 1973.
Pero su espíritu emprendedor le impidió rendirse y, dos años más tarde, estableció en Humacao, “Coco Arte de Puerto Rico”. Fue entonces cuando creó el abono a base de la yesca del coco, materia que usualmente se desecha, pero que Lazzu le encontró utilidad. “Tenemos la suerte de que no tenemos competencia. Hay muchas cosas que hacen, pero como las de nosotros que es un producto fino, pues no las trabajan. Son una variedad de productos artesanales únicos”, dijo el artesano, quien aseguró que lo llena de orgullo saber que su empresa ha servido para crear empleos para su gente.
José Manuel es también el creador de la Corporación Artesanal de Impedidos y Envejecientes de Maunabo (CAIEM), fundada en el 1990. El proyecto integra talleres dirigidos a la población con discapacidad y envejecientes.
“Adiestramos muchos grupos de envejecientes y también de impedidos y les enseñamos a sembrar sus matitas, le damos esa terapia para que aprendan el proceso desde que sacamos la yesca hasta que la transformamos en un producto”, comentó el artesano.
La solidez de la empresa artesanal, ha motivado a los Lazzu a lanzarse a la aventura de un nuevo proyecto. “Vamos a estar yéndonos para la Escuela de Calzada. Estamos negociando con un grupo de agricultores que tendrán esa escuela y quieren que desarrollemos nuestros productos allí. Esperamos producir todos los productos derivados del coco: joyería, tiestos, dulces, postres, alimentos, plantas ornamentales”, indicó Hernández. Además, la familia alquiló unas 10 cuerdas de terreno, donde esperan desarrollar el cultivo de palmas de coco y un proyecto recreativo muy dinámico, que se sale por completo de lo que han trabajado antes. “De las 10 cuerdas que rentamos, unas tres quedan frente al mar, donde está la playa de arena negra aquí en Maunabo. Ya comenzamos la siembra de palmas y esa finca tiene un caño que desemboca al río, por lo que tenemos miras de un desarrollo de deportes acuáticos, kayaks y todo eso, porque la finca se presta para eso”, adelantó la artesana.
El patriarca de la familia dijo haber iniciado este nuevo proyecto “por fe”, ya que representa un legado de su trabajo tanto para los suyos como para su pueblo. “Ya yo tengo 81 años y me gustaría que esto se estableciera porque es para impactar la comunidad, ya que hay mucho desempleo. Pero, necesitamos ayuda y yo lo que le pido al gobierno estatal y al gobierno de aquí (Maunabo) es que estudien el proyecto y vean si es viable”, solicitó el reconocido artesano.
Para conseguir las piezas y productos de Cocoʾs Lazzu, pueden escribirles a través de su página de Facebook: Cocoʾs Lazzu o pueden llamar al 787-920-6840.
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