Policías blancos mataron a ciudadanos negros indefensos en intervenciones aisladas. Disturbios, arrestos, fuego, clamores desesperados de justicia llegaron a las calles y se convirtieron en noticia de primera plana. Luego desgarró la matanza en una iglesia afroamericana. Fue crimen de odio. Sobrevino la indignación. Ahora queman templos en Estados Unidos mientras el mundo de redes sociales exige ley y orden.
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Nota de archivo
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